Francisco López Bárcenas
Era una jugada maestra pero resultó fallida. Cuatro secretarios de Estado, el director general de la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas, los procuradores agrario y del Medio Ambiente, el presidente de la Unión Wixárika de Centros Ceremoniales de los estados de Jalisco, Durango, Nayarit, una asociación civil a la que se identificó como representantes del pueblo wixaritari, y el presidente de Bienes Comunales de San Andrés Cohamiata, municipio de Mezquitic, Jalisco; así como el representante de la minera First Majestic Silver, el día 24 de mayo pasado informaron que la minera, en un acto de sensibilidad, cedía al pueblo huichol, a través del gobierno federal, los terrenos que amparaban las 35 concesiones que la Secretaría de Economía les había otorgado. Por tanto, se concluía, no se realizaría trabajo alguno de explotación minera en esa superficie.
El hecho de que el anuncio se hiciera en vísperas del Wirikuta Fest, donde diversos artistas se solidarizaban con el Consejo Regional Wixárika para la Defensa de Wirikuta y el Frente en Defensa de Wirikuta Tamatsima Wahaa, sembró en muchos la sospecha de que no era una medida para solucionar el problema de la afectación de los lugares sagrados del pueblo wixárika por la empresa minera, sino para aminorar los efectos del Wirikuta Fest sobre la opinión pública. Esa duda se confirmó al escuchar al Secretario de Economía decir que la empresa cedía su derecho sobre las concesiones en lugar de que el gobierno las cancelara, y que en ese espacio se construiría una reserva minera. A partir, de ahí, se dijo, en el futuro no se podrían otorgar más concesiones, lo cual sólo en parte es cierto, pues eso sucede mientras el terreno esté incorporado a la reserva, pero la ley minera autoriza al gobierno federal a desincorporarlo cuando cambien los supuestos que motivaron su incorporación. Si se toma en cuenta que First Majestic Silver ha declarado que sus planes de explotación son para los años 2013 y 2014, bien puede tratarse de una maniobra para desmovilizar a los inconformes.
No se puede perder de vista que la demanda del Consejo Regional Wixárika para la Defensa de Wirikuta y el Frente en Defensa de Wirikuta Tamatsima Wahaa, es la cancelación de las concesiones mineras en todo el territorio wixárika porque esa actividad atenta contra el derecho de este pueblo a vivir según su propia cosmovisión y si los planes de explotación minera prosperan ese derecho será violado y con ello el derecho del pueblo a su misma existencia. Desde esa perspectiva, la cesión de First Majestic Silver no soluciona el fondo del problema, sólo lo aplaza; además de que el espacio involucrado sólo abarca el cerro de El Quemado, ignorando que existen otros sitios sagrados, como la misma autoridad federal reconoció en el anuncio. Tampoco se puede olvidar que con todo y lo importante que resultan los planes de explotación de First Majestic Silver por los impactos que pueden tener sobre el territorio sagrado wixárika; por su extensión, el más agresivo es el proyecto minero Universo, del cual no se dice nada.
Así, el anuncio de las autoridades federales sobre las medidas que tomaran para la protección del territorio sagrado del pueblo wixárika es importante porque es un logro de ese pueblo y de quienes caminan a su lado, pero no puede verse como la solución al problema. Hay que seguir luchando por la cancelación de las concesiones, porque en su otorgamiento se violó el derecho a la consulta y al consentimiento previo e informado y porque de llevarse a cabo la explotación minera atentaría contra la cosmovisión y el derecho a la existencia del pueblo wixárika. Pero sobre todo, hay que unir esfuerzos con las luchas antimineras que en otras latitudes del país enarbolan demandas similares: modificar las leyes y políticas que hoy permiten a las empresas saquear los recursos mineros del país y devolverle a este la soberanía en la materia, para que la explotación de sus riquezas sirva para su desarrollo y el bienestar de los mexicanos.
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