LA TRANSICIÓN EN EGIPTO
Manifestantes opuestos al antiguo régimen le han prendido fuego con 'cócteles mólotov'
Ricard González El Cairo 29 MAY 2012
Los pronósticos de una seguna vuelta de las elecciones presidenciales en Egipto tan tensa que saltarían chispas ya se han cumplido. Y la primera chispa ha prendido fuego al cuartel general de Ahmed Shafiq, el ex primer ministro de Mubarak que se disputará con Mohamed Morsi, el candidato de los Hermanos Musulmanes, la presidencia del país árabe a mediados de junio.
Tan solo unas horas después de que la Junta Electoral anunciara los resultados definitivos, confirmando el pase de Shafiq a la segunda vuelta, un grupo de detractores del candidato realizó una marcha de protesta que culminó en la sede de su campaña. Varios de ellos asaltaron la mansión, y lanzaron varios cócteles mólotov provocando un incendio en su cochera que fue rápidamente apagado por los bomberos.
"Eran unos 200 chavales. Algunos saltaron la valla, empezaron a tirar piedras contra los cristales, y entraron en la sede. Todos los que estabamos dentro hemos salido por la puerta de detrás para evitar enfrentamientos", explicó a El PAIS Saleh, el coordinador de la campaña en la provincia de Qaliubiya, que participaba en una reunión para preparar la estrategia de cara a la segunda vuelta.
"Se han llevado material de campaña, y antes de marchar, han tirado los cócteles mólotov. Pero ya no había nadie, y no hay ningún herido", añadió el coordinador, que aseguró que algunos de los atacantes pertenecían al Movimiento 6 de Abril, mientras otros eran seguidores de los presidenciables Hamdin Sabahi y Jaled Ali. Sabahi fue tercero en los comicios, justo por detrás de Shafiq, y unas horas antes la Junta Electoral desestimó su recurso alegando irregularidades en el proceso electoral.
La estructura principal de la villa no presentaba signos de violencia, más allá de algunos cristales rotos. Una pintada con spray rojo rezaba "No a Shafiq". Esparcidas por el suelo, había miles de tarjetas de propaganda electoral del aspirante. Pocos minutos después de conocerse la noticia del asalto, centenares de seguidores del ex comandante de las Fuerzas Aéreas realizaron una concentración espontánea de apoyo.
"¡Que caiga, que caiga, el gobierno del Guía Supremo!", coreaban refieriéndose al líder de los Hermanos Musulmanes, rehaciendo un popular eslogan de los revolucionarios de Tahrir contra la Junta Militar. "Shafiq es un hombre fuerte, un militar, que puede devolver la paz y la estabilidad al país, y mantener a raya a los Hermanos Musulmanes", decía Islam, un joven estudiante de Derecho, mientras sostenía un póster de su presidenciable favorito.
Figura altamente polarizadora por sus estrechos vínculos con el régimen de Mubarak, Shafiq ya sufrió varios actos boicot durante el final de la campaña de la primera vuelta, obligándole a cancelar algunos mítines de su gira por el sur del país. Incluso tuvo que esquivar en un mitin el lanzamiento de un zapato. Sin embargo, según algunos analistas, estos ataques le favorecieron electoralmente porque le permitieron presentarse como una víctima del presunto caos en el país, y reafirmarse en su promesa de traer orden. De hecho, en el último tramo de campaña su respaldo creció notablemente.
Las primeras elecciones pluralistas en la historia de Egipto representan la última etapa del proceso de un azaroso proceso de transición. De acuerdo con la hoja ruta de la Junta Militar, el próximo 30 de junio entregará sus poderes al presidente electo. Sin embargo, la transición no se habrá completado hasta que se redacte la nueva Constitución, bloqueada por la falta de acuerdo en el Parlamento entre islamistas y laicos.
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