jueves, 8 de agosto de 2013

Astillero

 

Ajustes finos
Cierran tratos
Riesgos del gas shale
Luego, paso redoblado

Julio Hernández López

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MORENA INTEGRA SUS CUADROS. Andrés Manuel López Obrador tomó ayer protesta a los integrantes de los comités ejecutivos del Movimiento Regeneración Nacional en la delegación Miguel HidalgoFoto Carlos Ramos Mamahua
 
No es a causa de resistencias o reconsideraciones de fondo que Enrique Peña Nieto ha pasado para la semana próxima la presentación de su propuesta de reforma energética. Los jaloneos en cuanto a redacción y detalles menores se dan justamente en la élite que aprobará un proyecto compartido. Son ajustes, afinaciones, entendimientos entre aliados antes de emprender la batalla legislativa pero, sobre todo, la política y la social.
Lo esencial del plan peñista se mantiene, es decir, la apertura a los capitales nativos y extranjeros para beneficiarse de la renta petrolera. Para ello se considera llegar al extremo de modificar artículos constitucionales, pues de ese tamaño es el rediseño buscado, sobre todo en función de que los inversionistas ya apalabrados tengan la máxima seguridad jurídica (y sus gobiernos la plataforma legal que permita presiones, exigencias, demandas, en caso de que posteriores administraciones mexicanas o una eventual oposición social fuerte llegara a plantear revisiones o cancelaciones).
En aras de ese proyecto mayor, el compartir con particulares las ganancias del proceso petrolero, el peñismo ha hecho concesiones de índole táctica a los dirigentes de los dos principales partidos que forman la oposición, que ha devenido en colaboración. Como suele ocurrir en toda transacción de grandes vuelos, antes del estampado de las firmas obsecuentes hay regateos y reparos.
En esta ocasión, los opositores demandan una reforma política que les permita argumentar una presunta obtención de ganancias democráticas a cambio de lo petrolero. Los Pinos ofrece algunas cesiones en términos electorales, pero los gusmaderistas y los chuchos quieren más canicas políticas para defenderse ante previsibles reclamos. En esos y otros terrenos de regulación secundaria de anteriores reformas constitucionales están los atorones que han hecho que Peña Nieto incumpliera su propia promesa de presentar su propuesta esta misma semana, y que tampoco se haya podido definir aún la agenda de asuntos a tratar en un segundo periodo extraordinario de sesiones, a realizarse este mismo mes.
Cuando queden cerrados los tratos, esa maquinaria ajus-tada habrá de caminar a marchas forzadas y con paso marcial hacia su objetivo ya convenido. El equipo de Los Pinos ha comprobado que el calendario puede acomodarse conforme a las circunstancias, siempre y cuando la esencia de lo planeado se cumpla. Peña Nieto anhelaba presentar en su toma de posesión en San Lázaro el Pacto por México, pero el sol azteca tenía problemas internos que no permitían la presentación ensociedad del citado pactoen la misma ceremonia de instalación de Peña Nieto. El anuncio se hizo un día después, en el Castillo de Chapultepec, ya ajustados los intereses concurrentes.
Tan evidentes arreglos unita-rios de quienes aprobarán la reforma en el terreno legislativo son confrontados actualmente sólo por una dispersa discrepancia con poca organización y una graduación que va de la documentada irritación en ciertas franjas minoritarias bien informadas hasta el conformismo fatalista de las mayorías bombardeadas por la desatada propaganda oficial y oficialista de optimismo petrolizado. Las fragorosas tareas de afinación de la estrategia del aperturismo a lo privado sólo tienen como contrapunto anunciado el mitin en el Zócalo el próximo 8 de septiembre. Ya se verá si el tiempo y las circunstancias escogidas para el inicio de la resistencia social fueron las adecuadas o resultaron tardías.
Un grupo de investigadores del sector energético, que ha pedido que sus nombres sean omitidos para evitar acoso laboral, ha hecho llegar a esta columna un texto en el que da cuenta de los riesgos que implicaría la aprobación de la propuesta del peñismo y sus aliados respecto al gas esquisto, o shale.
Según el documento, se está frente a “una reforma cuyo eje principal es la privatización de nuestro petróleo y el fomento de la exploración y extracción del gas shale, un gas que no traerá empleo ni desarrollo, sino muerte y destrucción, dado que la técnica de extracción de dicho gas consume millones de litros de agua, hoy tan escasa en nuestro país y que, además, arrojará al ambiente cientos de sustancias altamente tóxicas”.
Plantean: “¿Por qué no invertir el dinero que se empleará para fracturar la tierra (en el caso del gas shale), en apoyo a las ciencias básicas y de aplicaciones para la implementación de tecnologías limpias? Al contrario, Conacyt ha disminuido el número de convocatorias para acceso a recursos económicos y ha concentrado los recursos pa-ra favorecer trabajos de investigación y desarrollo de tecnología que permitan jerarquizar, cuantificar, explorar y explotar yacimientos de gas shale (también conocido como gas lutita)”
Según esos empleados en áreas de energéticos del gobierno federal, éste “autorizó disponer de 3 mil 133 millones de pesos del Fondo Sectorial Conacyt-Sener-Hidrocarburos para este propósito. ¿Por qué no continuar con el proyecto de las refinerías? ¿Por qué no considerar, desde ahora, una reurbanización con implementación de ecotecnologías y cambiar nuestra forma de vida? ¿Por qué no pensar en mejorar el transporte urbano, expropiar nuestros ferrocarriles mexicanos para masificar el transporte y tratar de disminuir el parque vehicular? ¿Por qué invertir en un espejismo si a nivel mundial se ha demostrado que la extracción de gas shale tiene fuertes impactos ambientales y a la salud; además de no garantizar su rentabilidad económica?”.
Por otra parte, el presidente del comité nacional del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), Martí Batres, ha escrito El desastre, las cifras del neoliberalismo, un texto en el cual analiza y recopila las evidencias del fracaso al que han llevado a México las políticas aplicadas durante las décadas recientes por los gobiernos del PRI y el PAN. El libro comenzará a circular en próximos días, justamente cuando se agudiza el debate respecto a los proyectos neoliberales propuestos por el gobierno federal y sus aliados para modernizar Pemex. ¡Hasta mañana!
Twitter: @julioastillero
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