Ante el inicio de los trabajos de extracción del gas, señalan que no hay una legislación que regule el desarrollo de la actividad
Fuente: Jesús Peña Sánchez
Fuente: Jesús Peña Sánchez
Así lo denunció en entrevista para VANGUARDIA Javier Valdés Villarreal, activista ambiental originario del municipio de Zaragoza, quien compartió la preocupación de los habitantes de las zonas de Piedras Negras, Guerrero, Hidalgo, Nava y Múzquiz, por la falta de normas oficiales que dicten, exactamente, cómo se va a realizar el aprovechamiento de este recurso natural.
Y expuso, como ejemplo, que una de las características de la llamada fractación hidráulica, o fracking, método por el que se extrae el gas shale del subsuelo, es el uso de 15 millones de litros de agua, por pozo, que se inyectan revueltos con cerca de 300 mil litros de químicos altamente tóxicos para el ecosistema, el ser humano y los animales, y que una vez utilizados son recuperados en un 50 por ciento, sin que hasta la fecha se haya destinado un área específica y apta para la disposición de tales desperdicios.
“¿Cómo es posible que se estén haciendo los trabajos sin tener un lugar dónde depositar estos residuos? Todavía no hay un basurero dónde echarlos y la pregunta es, ¿dónde los están poniendo, si ya están trabajando?, para que nos digan y no andar por ahí cerca”, reclamó el activista Valdés Villarreal.
Reveló que hasta el momento se tiene noticia de la operación de alrededor de 12 pozos para la exploración, extracción y explotación de gas shale en la Región Norte del estado, de los cuales, calculó, se podría estar sacado como resultado del proceso, un volumen de 6 millones de litros de agua, en cada uno, mezclada con sustancias peligrosas.
“Estás hablando de 300 viajes de tráileres manejados por choferes que no sabes ni quiénes son y que un chofer con tal de ahorrarse diesel o de ahorrarse un dinero, sin que nadie lo vea, puede perfectamente disponerlos en un monte. Yo sé de 12 pozos, no te sabría decir si hay más, no tengo la información precisa, lo que sí sé es que le Secretaría de Energía anunció 170 pozos en los próximos dos años. Tiene que haber un control de todo eso y para eso existen las normas oficiales, que son las que dicen con detalles cómo se deben de realizar los trabajos”, agregó.
Eso sin contar, dijo Javier Valdés, los estragos que causará la extracción del gas shale sobre los acuíferos de la región, dados los altos volúmenes de agua utilizados en el proceso.
“En 2008 la Comisión Nacional del Agua recomendó la veda del acuífero, porque ya se encontraba en crisis, y a ese acuífero es al que se le van a sacar el agua”.
Javier Valdés advirtió además que no existe una manifestación del impacto ambiental que podría ocasionar el aprovechamiento de este recurso.
“Ya hicimos una solicitud de información y se nos respondió que no hay, que no hay manifestaciones de impacto ambiental específicas para la fractación hidráulica. Un estudio geológico que diga ‘ustedes no se preocupen, ese material peligrosísimo no se va a revolver con al agua que toman, ni con la que usan para regar sus cultivos’”, apuntó.
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