Horizonte ciudadano
Rosa
Esther Beltrán Enríquez
Septiembre
3 de 2014
*No
todo se mueve
El leitmotiv o idea
central del discurso de Enrique Peña Nieto en toda la argumentación de su
mensaje de ayer fue, “estamos moviendo a México”; se trató de un suceso cargado
de triunfalismo y reverencia en el que revivió el aplausómetro, en cada pausa
los aplausos emanaban, y a veces hasta el mismo Presidente aplaudía. Peña Nieto
repasó en su mensaje los 5 ejes que ofreció al inicio de
su administración que serían la guía de su gobierno.
Lo que más importa a
los mexicanos es que la economía crezca, pero ésta va cuesta abajo: en 2013 el
crecimiento fue de apenas 1.06 % en
términos reales; en 2014 se está repitiendo la misma dinámica, cuando el
pronóstico era de 3.9% bajó a un 2.7%. Siendo candidato Peña Nieto prometió un
crecimiento “de por lo menos 3 veces el mediocre crecimiento de los últimos
años” –aludiendo a los 2 sexenios panistas- entramos ya al último cuatrimestre
del año así que su promesa quedará en nada.
La secuela obligada del
estancamiento económico es el desempleo, según indican datos del IMSS, entre
diciembre de 2012 y julio de 2014, se crearon cerca de 904 mil nuevos empleos
formales, muy por debajo del millón de empleos anuales que como candidato presidencial,
Peña Nieto reconoció como una necesidad
para el país.
En la historia de
México de los siglos 20 y 21 la política social, en la que entra la Cruzada
contra el Hambre, sólo ha perpetuado la política asistencialista, todos los
programas sociales tienen esa orientación que no alcanza a convertirse en
política de Estado que erradique la pobreza, la desigualdad social ni la de la distribución
del ingreso. De ahí México no se mueve.
El combate a la
corrupción fue el primero de los 266 compromisos que Peña Nieto firmó ante
notario público como candidato presidencial, fue también el tema principal de
las primeras dos iniciativas formales que envió al Congreso como Presidente
electo, no obstante es una promesa olvidada porque es la agenda que menos
avances tiene en este gobierno a pesar de que
al firmar el Pacto por México se comprometió a crear una Comisión
Nacional Anticorrupción (CNA), establecer un órgano que vigile los contratos de
publicidad entre el gobierno y los medios de comunicación y otorgar más
facultades al Instituto Federal de Acceso a la Información y Protección de
Datos, de éstas sólo la tercera se ha cumplido, la primera está en la
congeladora de la Cámara baja y la segunda ha sido ignorada.
Siendo Presidente electo Peña Nieto propuso al
Congreso la extinción de la Secretaría
de la Función Pública (SFP) y la creación de una CNA que contara con autonomía
y facultades para prevenir, investigar y sancionar administrativamente los actos
de corrupción cometidos por funcionarios de los tres órdenes y niveles de gobierno,
así como de particulares; también propuso crear un Consejo Nacional para la
Ética Pública, un organismo ciudadano que desarrollaría acciones de mitigación
y de coordinación de las instancias encargadas de prevenir y combatir la
corrupción en el país, describiéndola como un mal que debía ser atacado
urgentemente, pero nada se hizo. La SFP es una
secretaría desmantelada a cargo de un encargado de despacho y al no
poder crearse la CNA se estableció la Fiscalía Especializada en Materia de
Delitos Relacionados con Hechos de Corrupción que depende de la PGR, que hasta
el momento es inoperante. De ahí México no se mueve.
Lo que si se mueve como
avalancha es el gasto en la autopromoción
de Peña Nieto, de manera que en dos años gastará más de 9 mil millones de pesos, a pesar de
que en el Pacto por México se comprometió a: “se creará una instancia ciudadana
y autónoma que supervise la contratación de publicidad de todos los niveles de
gobierno para transparentar y racionalizar los recursos que el Estado”, no ha
cumplido y está violando el Artículo 134 constitucional.
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