sábado, 27 de septiembre de 2014

Lo privado de lo público


Por Rocío Sánchez
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Lo privado de lo público.
No todos los periodistas luchan por la verdad ni son mártires ni paladines de la justicia. Como en cualquier oficio, los hay íntegros y los hay corruptos. Estos últimos son el centro del relato de Chayote, la más reciente puesta en escena del dramaturgo Alberto Castillo.
En el argot periodístico, el chayo, como ha sido apocopado, es el regalo que un comunicador recibe por parte de un funcionario, un político o una entidad gubernamental, a cambio de publicar información favorable al obsequiante. No hace falta ahondar en que es una práctica contraria a toda ética, pero eso no significa que no esté presente un poco aquí, otro poco allá, salpicando todo tipo de medios de comunicación.
Sobre algo tan público como la información, la trama se desarrolla en un espacio muy privado: una habitación de hotel. Es por esto que la obra tiene lugar en el Hostal Regina del Centro Histórico de la ciudad de México, sitio que con su belleza y peculiaridad completa el ambiente para unas pocas decenas de espectadores quienes, cuando tienen tiempo de notarlo, ya se han vuelto cómplices del secreto que los dos periodistas urden entre cuatro paredes.
El montaje apela al voyeur que todos hemos asumido sin recato a partir del boom de las redes sociales. Es como si el espectador espiara con cámara oculta y así lograra entender la complejidad de hilos que se mueven entre la política y los medios masivos.
La ambición, el ansia de poder y la mezquindad, el hambre de triunfar a toda costa y ser “el chingón” mueven a los dos personajes implicados, que son capaces de llegar de la camaradería al enojo en unos pocos minutos, cuando se ponen en juego la lealtad y la palabra.
Chayote es retadora en muchos sentidos: Cuestiona la integridad de un gremio nacional que, si bien no es todo corrupto, sí tiene una larga cola que le pisen. Hace un recordatorio de cuán enredados pueden estar el poder político y el mediático. Y pone en tela de juicio la figura del macho prepotente que puede incluso acercarse eróticamente a otro hombre, siempre y cuando lo justifique diciendo que lo hizo para responder al clásico desafío: “O qué, ¿eres puto?”.
Con la actuación de Rok Lozano y Javier Espinoza bajo la dirección del mismo Alberto Castillo, Chayote se presenta todos los viernes a las 21:00 horas en la habitación 22 del Hostal Regina, ubicado en Andador Regina esq. 5 de Febrero (Centro Histórico), hasta el 10 de octubre.

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