Morelia, Michoacán, 25 de septiembre de 2014.
Me encuentro en una situación difícil por eventos que tuve que afrontar dentro de mi actividad periodística que me llevaron a reunirme con el ahora prófugo más buscado de la justicia de Michoacán Servando Gómez Martínez “la tuta”.
Es de todos conocido que hasta hace poco más de ocho meses la vida de todos los sectores de la sociedad Michoacana estaba sometida por la presencia del grupo delictivo que ahora líderea la tuta, los caballeros templarios.
Esta situación compleja, se vivió específicamente en los últimos 8 a 10 años en Michoacán, desde que comenzó el accionar de la entonces llamada familia michoacana.
En los diversos acontecimientos sangrientos que desde entonces comenzaron a tomar forma de las actividades de este grupo estuvo la aparición de descabezados, la conformación de una red de complicidades con algunos mandos policíacos y la siembra del terror total en todos los sectores de la población de Michoacán.
Aproximadamente el mes de abril de 2007 hubo una llamada anónima a las oficinas de noticieros Televisa en México donde decían que un grupo de narcotraficantes de Uruapan me tenían como blanco para atentar contra mi vida.
En ese entonces Noticieros Televisa interpuso una denuncia en la fiscalía de atención a delitos contra periodistas de la PGR y se me pidió extremar precauciones.
Tuve que cambiar mis rutinas, alejarme de mi familia y hubo una investigación de la PGR para protegerme por un lado y para tratar de dar con la fuente de la amenaza, por otro, todo este proceso tuvo una duración de seis meses.
En ese tiempo, seis meses, viví cuidando mis espaldas, con temor día y noche, tenía que trabajar desde oficinas diversas, oculto y tuve que alejarme de la convivencia con mis familiares y seres queridos hasta que la investigación de la PGR determinara que no había riesgos, lo que ocurrió en algún momento de inicios del 2008.
Volví en ese año a una “rutina” de cobertura relativamente sin sobresaltos de todos los acontecimientos michoacanos y digo sin sobresaltos porque posteriormente todo se complicó en esta entidad y la violencia escaló a todos niveles.
En ese tiempo se dieron los granadazos de septiembre de 2008.
Fue entonces cuando comenzaron los “levantones”, desapariciones, presión a todos los sectores económicos, políticos, sociales y hasta culturales de Michoacán.
La muerte de personas conocidas de la sociedad como directivos de escuelas privadas, prominentes empresarios, hombres de negocios, agricultores, notarios públicos, funcionarios, todo para someter y aterrorizar.
Es en ese contexto que llego al 2013 y en medio de toda la vorágine de dominio territorial que tenía esta organización liderada por el Chayo Moreno y la tuta Gómez, que comienza el surgimiento de autodefensas, grupos de personas que ya estaban hartas de abusos, sometimientos e impunidad y comenzaron la guerra a los templarios.
Entonces llega la “convocatoria” a interactuar con la tuta, una “invitación” precedida por un llamado telefónico de advertencia “esta no es una petición, es una orden y si no vas, nosotros te llevamos” recuerdo palabras más palabras menos, acompañado de un listado de nombres de personas allegadas a mi de las que dijeron saber todas sus actividades, sólo para asegurar mi asistencia.
Sobra decir que volvió a mi todo el recuerdo de lo vivido por la investigación de la amenaza del 2007 y lo que significó el vivir con el miedo y el temor, ahora acrecentado sabiendo lo sanguinario del accionar de este grupo criminal.
Fue entonces que me vi obligado a pensar en mi seguridad, de pensar en como evitar pasar por otro periodo amenazas o de ataques directos contra mi vida, el no acudir a la cita no era opción, quienes optaron por ese camino terminaron o muertos o perseguidos.
Me vi obligado entonces a conocer al convocante y una vez en su presencia, hacer todo lo posible por parecer “amistoso” para el, alguien a quién no viera como su enemigo sino como alguien en quien “confiar”, pero siempre con la intención de buscar no ponerme en su mira y de evitar a toda costa que se enfadara y cambiara su actitud hacia mi; se que sí no hacía eso, tarde o temprano me exigiría publicar notas que no podría publicar y con ello vendría el consiguiente castigo…
Es así que desde el primer momento y con la firme idea de no volver a pasar por los miedos del 2007 y de tratar de salir lo mejor librado me vi obligado a tomar el riesgo de asistir y no involucrar para nada a Televisa además de que en todo momento dije que yo no tenía ninguna influencia, forma de contactar a alguien de quienes toman decisiones y cualquier otra forma de acceder a los contenidos informativos de los noticieros.
Se todo lo que puse en peligro acudiendo a la “convocatoria” que se videograbo, ahora se sabe que no había en quién confiar, a que autoridad acudir para comentar este tipo de reuniones a las que hacían ir igual a notarios, ganaderos, campesinos, comerciantes, tortilleros, abogados y que muchos de ellos que se negaron a ir terminaron muertos.
Dentro de todo lo malo que esto parecerá, escuchar hablar al tipo este con el que asistí a la reunión me permitió tener información de primera mano y contexto de muchos sucesos que ocurrieron en los últimos años en Michoacán y con lo cual pude consolidar información confirmada y muy apegada a la realidad, mucha de la cual tengo recopilada y documentada.
Soy un ser humano que me vi obligado a acudir a un lugar inadecuado, pero no soy un delincuente, me conduje de la manera que consideré más adecuada para salir bien librado y en lo posible no hacer enfadar a un grupo que resolvía o resuelve sus desacuerdos matando a quien no hace lo que quieren y yo logré NO hacer lo que me solicitaban y aún así no tener consecuencias contra mi integridad, mi vida o las de mis compañeros de la corresponsalía.
No es la mejor manera de defenderse, pero fue la única que pude aplicar, porque además creí que así podría, al menos, tener información y conocimiento más cercano de asuntos que para muchos tenían historias inventadas o erróneas y poder así tener reportes internos, no notas para publicar, con información más apegada a la realidad.
Creo que no es necesario recordar que los controles editoriales de la empresa Televisa hacen imposible que hubiera habido una nota aceptada (ni siquiera la hubo como propuesta) con las características que estos grupos requerían y que eran: ataques directos a autoridades federales, al ejército, a los gobernantes, ocultamiento de información o difusión de mantas, datos y acontecimientos falsos o tendenciosos), lo cual se pude confirmar con los archivos históricos de todas mis coberturas periodísticas.
Por ello puedo afirmar que nunca colabore publicando lo que solicitó la tuta, le respondí preguntas que fueron editadas del video y en todo momento tuve conciencia de que estaba en riesgo si rechazaba alguno de sus comentarios o acciones.
Sinceramente
Eliseo Caballero Ramírez.
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