25 de septiembre, 2014
etcétera
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Después de que Noticias MVS, a través del espacio informativo de Carmen Aristegui, transmitiera el pasado lunes un video sobre el encuentro entre el líder de los Caballeros Templarios con el periodista Eliseo Caballero, y el director de la agencia de noticias Esquema, José Luis Díaz Pérez. El ahora, ex corresponsal de Televisa, publicó una carta donde afirma, una vez más, que se vio obligado a asistir con “La Tuta”, porque su vida y la de sus seres queridos corría peligro.
En la misiva, Caballero explica que fue en abril de 2007 cuando recibió una primera amenaza contra su vida, después de que Noticieros Televisa de la Ciudad de México recibiera una llamada donde decían que un grupo de narcotraficantes de Uruapan lo tenían como blanco. Entonces “tuve que cambiar mis rutinas, alejarme de mi familia y hubo una investigación de la PGR para protegerme por un lado y para tratar de dar con la fuente de la amenaza”. El proceso duró seis meses, hasta que la PGR determinó que no había riesgos.
En 2008, comenta, volvió a su rutina de cobertura sin sobresaltos, hasta septiembre cuando se dieron los granadazos. “Fue entonces cuando comenzaron los 'levantones', desapariciones, presión a todos los sectores económicos, políticos, sociales y hasta culturales de Michoacán. La muerte de personas conocidas de la sociedad como directivos de escuelas privadas, prominentes empresarios, hombres de negocios, agricultores, notarios públicos, funcionarios, todo para someter y aterrorizar”.
Caballero dice que en ese contexto llego al 2013, cuando surgen las autodefensas que comenzaron la guerra contra los templarios. Fue ahí, cuando llegó la “convocatoria” de interactuar con Servando Gómez, “una 'invitación' precedida por un llamado telefónico de advertencia 'esta no es una petición, es una orden y si no vas, nosotros te llevamos' recuerdo palabras más palabras menos, acompañado de un listado de nombres de personas allegadas a mi de las que dijeron saber todas sus actividades, solo para asegurar mi asistencia”.
Bajo esta circunstancia, afirma que tomó la decisión de asistir, “sabiendo lo sanguinario del accionar de este grupo criminal (...) el no acudir a la cita no era opción, quienes optaron por ese camino terminaron o muertos o perseguidos”.
El periodista detalla que en la reunión tuvo que hacer todo lo posible por parecer “amistoso”, alguien a quién no viera como su enemigo sino como alguien en quien “confiar”, “pero siempre con la intención de buscar no ponerme en su mira y de evitar a toda costa que se enfadara y cambiara su actitud hacia mi; se que sí no hacía eso, tarde o temprano me exigiría publicar notas que no podría publicar y con ello vendría el consiguiente castigo”.
“Soy un ser humano que me vi obligado a acudir a un lugar inadecuado, pero no soy un delincuente, me conduje de la manera que consideré más adecuada para salir bien librado y en lo posible no hacer enfadar a un grupo que resolvía o resuelve sus desacuerdos matando a quien no hace lo que quieren y yo logré NO hacer lo que me solicitaban y aún así no tener consecuencias contra mi integridad, mi vida o las de mis compañeros de la corresponsalía”.
Finalmente, ratifica que en ningún momento colaboró con el grupo criminal, hecho que puede comprobarse en sus reportajes para la televisora. “Puedo afirmar que nunca colabore publicando lo que solicitó la tuta, le respondí preguntas que fueron editadas del video y en todo momento tuve conciencia de que estaba en riesgo si rechazaba alguno de sus comentarios o acciones”.
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