Por: Estefanía Camacho Jiménez - septiembre 29 de 2014 -
TIEMPO REAL, Tiempo Real - M y S - 6 comentarios En años anteriores el café era recogido en las áreas silvestres del sureste de Asia por los granjeros pero, ante la alta demanda, se inició todo un proceso de producción. Foto: Shutterstock Ciudad de México, 26 de septiembre (SinEmbargo).– El café más caro del mundo es expulsado en el excremento de una civeta. Estas criaturas comen, digieren y defecan las cerezas de café que los granjeros recolectan y venden a los empresarios que producen el café Kopi Luwak para el consumo humano. La cantidad de 800 pesos puede costar una taza de este café en Santa Mónica, California, en Estados Unidos, donde es servido en una exclusiva cafetería de la zona. Un colaborador de la revista Forbes hizo una crítica sobre el café donde explicó que se cultiva en Sumatra con “la ayuda del animal Luwak”. En realidad estos animales no “ayudan” a la producción, las civetas son enjauladas en condiciones terribles al sureste de Asia y son forzados a comer y defecar cerezas de café para producir cantidades sustanciales para su comercio. Esta dieta en la que los civetas se alimentan únicamente de cerezas de café lleva a los animales a tener una corta y malnutrida vida. La organización mundial World Animal Protection (WPA) lanzó una campaña en el que denunciaba que el café de civeta era vendido como un “producto de lujo” y buscan transformar esta industria que “ocasiona gran sufrimiento a las civetas al Sureste de Asia”. Las civetas son unos animales pequeños y nocturnos, nativos de las regiones tropicales de Asia y África. El proceso del “café de la crueldad” comienza desde la captura de estos animales, a través de trampas y perros de caza, éstos últimos les ocasiona varias heridas. Las civetas son una especie nocturna y tímida. Bajo el cuidado de los humanos suelen tener comportamientos nerviosos. Foto: Shutterstock. La mayoría son vendidos en mercados o a los granjeros directamente, quienes los meten en cajas pequeñas en donde no están cómodos. Además que muestran señas de estrés al ser manipulados por humanos, lo que les ocasiona que se lastimen a sí mismos. Adam Pesce, director de la Tostadora de Reunion Island Coffee, aseguró en un blog de The Huffington Post que la popularidad de este café fue “por culpa de Jack Nicholson”. En la película de “Antes de partir”, donde aparece el actor de “El Resplandor” y el también histrión Morgan Freeman, se hace mención del café sosteniendo su posición adinerada para poder tomarlo. “Al principio era casi algo inofensivo, realmente una idiota extravagancia para los ricos. Una historia para decir en las fiestas”, sin embargo adjudica que se convirtió en un indicador que la industria debía de incrementar la producción de esta bebida. La organización mundial de Personas por el Trato Ético de los Animales (PETA, por sus siglas en inglés) lanzó un video llamado “Crueldad en cada taza”. Donde en un minuto y medio muestra imágenes de civetas enjauladas, comiendo cerezas de café únicamente y conviviendo en un espacio muy pequeño. Algunos de estas especies aparecen con lesiones en la piel y se encuentran en granjas muy pequeñas donde casi no pueden moverse. Naturalmente, el precio de estos cafés asciende por la poca producción al año: por lo menos 500 kilos recolectados anualmente, por lo que comprar una libra del Kopi Luwak cuesta 160 dólares la libra. Sin embargo, no son los únicos animales explotados para la producción de café “lujoso”. El Black Ivory Coffee es obtenido de las heces de los elefantes de Tailandia, quienes consumen granos de café arábigo para tostarlo y convertirlo en uno de los “más raros y caros” cafés en el mundo. El costo de una taza de café de excremento de elefante asciende a más de 500 pesos. Pesce sugirió que quien guste de tomar café profesionalmente que no crean nada de la moda que se creó. “Kopi Luwak no vale lo que cuesta, ni siquiera para probarlo. El café más costoso y recomendable que encontrarás, será en tu café local y será mejor que cualquiera que haya pasado por el intestino de un animal”. La WPA propone que liberen a las civetas y que los granjeros recolecten de forma natural los granos de café. Para que los animales vivan en su hábitat natural y los mismos recolectores tengan ganancias para las comunidades rurales. Los consumidores del café podrían agradecer tomar una taza de un producto obtenido naturalmente y no de los actos de inferiorizar cruelmente a una civeta enjaulada.
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