El mar se adentró en Salinas del Marqués
Alberto López
Corresponsal El Universal Jueves 15 de enero de 2009
JUCHITÁN, Oax.— Al grito de “¡Pemex lo prohibió, pero Dios lo proveyó!”, cientos de pescadores y sus familiares capturaron ayer toneladas de camarones y especies de escama de altamar que sorpresivamente arribaron a las playas de Salinas del Marqués, al adentrarse el mar a la playa cuatro metros a causa de un fenómeno denominado pleamar.
El fenómeno natural, que no había ocurrido antes en la historia de esa pesquería perteneciente al puerto de Salina Cruz, en el Istmo de Tehuantepec, pudo originarse por el enfriamiento de las aguas del Océano Pacífico, provocado por el frente frío 24, dijeron los pescadores.
Desde las 16:00 horas del miércoles, unas 700 personas, entre pescadores, sus esposas e hijos, se lanzaron a la captura del crustáceo, escamas y pulpo.
“Al principio, todos pescaban con las manos en la playa”, dijo admirada la agente municipal Griselda Gallegos Martínez.
“Este fenómeno se debe al efecto del norte”, dijo contento el pescador Alejandro Bustamante, quien en un primer viaje a la playa había llenado un canasto “como con 25 kilos de camarón” y se disponía a capturar mucho más.
Virginia Gallegos, esposa de un pescador, narró que “la gente con atarrayas, las manos y los pies, se ganó la vida hoy, pese a que desde hace 10 años Petróleos Mexicanos nos prohibió pescar” en esa zona cercana a los muelles petroleros.
En protesta por esa restricción, los pescadores ribereños, encabezados por Joel Gallegos, han realizado desde el año pasado bloqueos a las vialidades que conducen a las instalaciones de la paraestatal.
La protesta más reciente ocurrió el pasado 8 de enero, cuando los pescadores ribereños se enfrentaron con petroleros de las secciones 1 y 10, que intentaron romper un bloqueo hacia la Terminal Marítima.
“Esto es regalo de Dios”
“Vea usted si no nos quiere Dios que hasta la playa nos trae los camarones para comer y vender”, dijo doña Virginia Gallegos. “Este es un regalo de Dios”, añadió acompañada de su nieto de 12 años, quien jubiloso presumía la cubeta llena del crustáceo.
“Ahora ya no habrá desabasto de camarones”, decían otros pescadores en alusión al paro de la flota camaronera.
“Pemex lo negó, pero Dios lo proveyó”, gritaban otros, que alegres, una y otra vez capturaban sus productos con una gran facilidad en la orilla de la playa.
Casi frente a las boyas donde se realizan las maniobras de carga de los buques petroleros, cientos de personas cubrieron la playa y capturaron, además de camarones y escamas, pulpo, mantarrayas y pececillos.
“El mar se vio generoso con la gente de Salinas del Marqués”, remató la agente municipal Gallegos Martínez, quien dijo que “el agua se metió como cuatro metros a la playa”.
Hace dos años, debido al fenómeno conocido como pleamar, las aguas del Pacífico desbordaron varias playas a lo largo de la costa oaxaqueña e inundaron diversas comunidades.
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