lunes, 5 de enero de 2009

Cárteles usan a sicarios “desechables”

Su vida útil es de 3 años, pues son eliminados o encarcelados


Julieta Martínez Corresponsal El Universal
Lunes 05 de enero de 2009
TIJUANA, BC.— Un pequeño grupo de individuos, en su mayoría con personalidad sicopática, es responsable de la escalada de violencia más alta que registró la historia de esta ciudad. Son muy jóvenes y “desechables”, cuyo promedio de vida útil no rebasa los tres años, porque terminan muertos por sus contrincantes o sus propios jefes y a veces en la cárcel.

Llegan en busca de poder y dinero fácil; son sicarios que se aglutinan en las filas del crimen organizado. En sus métodos sangrientos y crueles reflejan su sicopatía, condición que les impide percibir su crueldad y “ponerse en los zapatos de sus víctimas”.

El criminólogo Jesús Cureces Ríos y el antropólogo Víctor Clark Alfaro describieron así a los sicarios que durante 2008 cometieron casi 900 asesinatos en la guerra que libran al menos dos cárteles de la droga en esta frontera.

Coincidieron en la urgencia de frenar la situación antes de que impacte a la comunidad más allá de la afectación que ya reporta, con altos niveles de temor y estrés debido a la posibilidad de ser víctimas de hechos violentos.

El gobernador de Baja California, el panista José Guadalupe Osuna Millán, reconoció que 2008 fue el más violento de la historia, sobre todo para Tijuana. Advirtió así que la estrategia de combate a la delincuencia debe replantearse en 2009.

Clark Alfaro, estudioso del fenómeno criminal desde la llegada de los hermanos Arellano Félix a Tijuana, a principios de los 90, explicó que la contratación de sicarios cada vez más jóvenes, es una realidad que se explica y justifica en las experiencias para quienes ingresan a esas filas.

“Es una vida llena de sobresaltos, pero con un enorme poder que da el traer un arma, recursos y el apoyo de grupos que les dan la posibilidad de tener en sus manos la vida de otros como ejecutores de penas de muerte. Esto, para un joven de 19 o 20 años, va más allá de sus expectativas, aunque su periodo de vida útil sea tan bajo”, dijo.

Sin embargo, para quienes los contratan, no son más que mano de obra desechable, porque cuando ya no les sirven, incluso los pueden ejecutar ellos mismos y contratan a otros, porque hay abundancia enorme de gente con sus características en el mercado. Esto explica su corto promedio de utilidad en esas filas, reflexionó el antropólogo.

Su condición de adictos a las drogas, problemas de desintegración familiar y pobreza, los convierten en esa mano de obra desechable, pero su personalidad sicópata les dan el elemento adicional para cumplir con el objetivo de un sicario, expuso Cureces.

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