Sinembargo.Mx
25 junio 2012
Es la comadre de los hermanos Moreira Valdés: Humberto, ex gobernador de Coahuila y ex líder nacional del PRI, es padrino de primera comunión de Ángel, su primogénito, mientras que Rubén y su hermana Montserrat son padrinos de bautizo de Thelma, su hija más pequeña.
México, DF. Ella es Mary Telma Guajardo Villarreal, quien desde el 22 de marzo pasado coordina la bancada del PRD en el Congreso, en sustitución de Armando Ríos Piter.
Pero, a sólo unos meses de su arribo a esa coordinación, ahora se sabe que la comadre y amiga personal de los Moreira desde hace muchos años, ha creado una red de nepotismo en la estructura administrativa de San Lázaro.
De acuerdo con información del diario Reforma, en la Cámara de Diputados laboran un cuñado, una hijastra y una sobrina de la diputada. Además, la pareja de Guajardo Villarreal, Trinidad Morales Vargas, está en el tercer lugar de la lista plurinominal por una diputación en la cuarta circunscripción, como cuota de la corriente Nueva Izquierda.
Y aun antes de ser la coordinadora de la bancada perredista, como integrante del Comité de Administración y como presidenta de la Junta de Coordinación Política, la diputada acomodó a familiares en puestos altamente remunerados. “Guajardo facilitó que su cuñado Jesús Ernesto Morales accediera al puesto de subdirector de Operación y Mantenimiento.
Su sobrina María de la Luz Pérez Guajardo entró a la Cámara como asesora en mayo de 2011. A partir de abril de este año, cuando Mary Telma Guajardo ya era coordinadora de la bancada perredista, Pérez Guajardo fue designada subdirectora de Operación en la Dirección de Talleres Gráficos”, describe el diario capitalino. Y eso no es todo.
El pasado 29 de noviembre, el diario Vanguardia, de la ciudad de Saltillo, reportó la entrega de 43 patentes notariales a allegados del gobernador Rubén Moreira.
Entre esos burócratas “premiados” con su “regalo de Navidad”, planteó Vanguardia, apareció Blanca Nelly Guajardo Villarreal, quien en abril de 2010 fue designada líder del PRD en Saltillo, y es hermana de Mary Telma.
Identificada con la corriente que lideran Jesús Ortega Martínez y el actual presidente nacional del PRD, Jesús Zambrano Grijalva [la de “Los Chuchos”], Telma Guajardo es acusada en Coahuila de ser una especie de “Matahari”: al mismo tiempo que se ha beneficiado del PRD, es también la supuesta responsable de que el partido haya perdido su registro en esa entidad en las elecciones del 3 de julio de 2011 y de “haber vendido” la campaña a los Moreira, de acuerdo con quien fuera el candidato del PRD-PT-Convergencia al gobierno de ese estado, Jesús González Schmal, a quien apoyó Andrés Manuel López Obrador.
En esas elecciones, el Partido de la Revolución Democrática de Coahuila perdió todas sus prerrogativas al no haber llegado siquiera a 1% de la votación para elegir al gobernador y a los integrantes del Congreso local.
El porcentaje fue de 0.97%, uno que jamás en la historia política del partido se había obtenido en esa entidad, reconoció Adrián Puentes Adriano, quien entonces era presidente del Consejo Estatal del PRD y quien también responsabilizó de la debacle perredista a la diputada federal Mary Telma Guajardo: “Fue la principal impulsora y operadora, primero de una fallida alianza con el PAN y después de tácticas equivocadas que condujeron a una fractura interna del partido del Sol Azteca. La principal responsable política de los bajos resultados es la legisladora federal”, insistió.
Desde antes, en noviembre de 2010, Mary Telma, siendo diputada federal por el PRD, se declaró en favor de la candidatura de Rubén Moreira al gobierno de Coahuila, y de la de Humberto Moreira como presidente nacional del PRI.
Guajardo Villarreal, quien nació en Cuatro Ciénegas, es, como los Moreira, profesora normalista. Ocupó diversos cargos en la estructura sindical del SNTE y de ahí viene ese fuerte lazo con la familia que domina desde hace más de siete años la política coahuilense.
También se ha destacado por ser una de las más feroces críticas de López Obrador. A finales de 2011, la profesora se lanzó contra el ahora candidato de las izquierdas a la Presidencia de la República por no impulsar, en su opinión, las alianzas en Coahuila, Nayarit y Chiapas con el Partido Acción Nacional.
“Estoy en contra de la izquierda autoritaria y conflictiva que dirige [Andrés Manuel López Obrador]”, dijo entonces.
Se le recuerda también por ser parte del grupo de perredistas que ayudó a ingresar al Palacio Legislativo de San Lázaro a Julio César Godoy Toscano, el 23 de septiembre de 2010, para que tomara protesta, pese a que era prófugo de la justicia por sus supuestos nexos con el narcotráfico.
“El diputado Godoy estaba en su derecho de ir a tomar protesta como diputado federal”, dijo en su momento Guajardo Villarreal tras señalar que no cometió ninguna ilegalidad al ayudarlo.
Y pese a todo esto, el PRD la tiene ahí como su coordinadora de su bancada y ahora, está comprobado, alimenta su nepotismo al servirle a sus familiares con la cuchara grande.
¿Por qué la izquierda no aprende? ¿Acaso el PRD está esperando que les reviente otro gran escándalo para actuar contra esos elementos que lo dañan?
Mucho le critican al PRI por corrupción, pero al final es más efectivo en sus decisiones: ¿en dónde está el propio Humberto Moreira, en dónde está Tomás Yarrington Ruvalcaba? Están fuera de la política y de ese partido. Y aunque sea sólo por imagen, o por la coyuntura electoral, el tricolor se ha deslindado de éstos. Pero la izquierda nomás no aprende, y ahí está Mary Telma como botón de muestra.
El cierre de campaña de Enrique Peña Nieto en el Estadio Azteca, inmueble que es propiedad de Televisa, ofrece datos duros que el IFE no debe pasar por alto. Para ese evento, los priistas acarrearon a miles de “simpatizantes” que provenían, de acuerdo con las crónicas, del Estado de México, Coahuila, Tabasco y otras entidades gobernadas por el PRI.
Los datos duros: usaron mil 628 camiones y si se calcula que la renta promedio de cada uno de esos autobuses es de 5 mil pesos, sólo en transporte se gastaron 8 millones 390 mil pesos. Esos mil 628 camiones transportaron a unas 67 mil 120 personas, a las que se les repartieron torta, refresco, playera y gorra.
Por estos “regalos”, el partido se gastó, por lo menos, otros 12 millones de pesos. Pero, si el dispendio es tan evidente, ¿quién fiscaliza estos eventos? El Instituto Federal Electoral, que preside Leonardo Valdés Zurita, se mantiene defendiendo su imparcialidad, pero poco o nada hace por investigar aun cuando los datos sobre los recursos erogados estén a la vista de todos.
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