EL UNIVERSAL/MÉXICO, D.F.
El último de los responsables de la muerte de las periodistas Ana María Marcela Yarce Viveros y Rocío González Trápaga, ocurrida el pasado 31 de agosto del 2011, fue detenido.
Se trata de un sujeto de nombre Jonathan N, integrante de una banda dedicada al robo de microbusés, delito por el cual ya estuvo una vez en la cárcel.
Esta tarde, a 10 meses de los hechos, la PGJDF lo presentó tras su captura, gracias a datos que dio uno de los sujetos con los que asaltaba a pasajeros.
Después de los homicidios de las comunicadoras, el sujeto recibió 16 mil pesos y un vehículo Jetta, como pago por llevar las armas con las que fueron asesinadas.
Luego estuvo escondido en Ameyac, en Toluca, informó el procurador capitalino, Jesús Rodríguez Almeida, quien aprovechó para aclarar que no se encontró ninguna irregularidad de la casa de
cambio, propiedad de una de las periodistas.
Jonathan fue capturado tras el robo, el pasado 11 de junio, a usuarios del transporte público en avenida del Imán, donde su cómplice Ricardo N fue golpeado por el chofer de un microbús de la Ruta 1, por lo que disparó cuatro veces, hiriendo de muerte al conductor, pero también a su cómplice Tania Angélica N, quien ahora se encuentra en el hospital en calidad de detenida.
También Ricardo fue aprehendido, y fue éste quien dio datos del lugar en que se escondía Jonathan, en casa de unos familiares.
De las pesquisas se estableció que Jonathan participó en el doble feminicidio de las periodistas, coludido con Oscar Yair y Lázaro N, quienes ya están sujetos a proceso en el Juzgado 21 del Reclusorio Preventivo Oriente; así como un menor de edad, detenido en Querétaro, Querétaro.
De acuerdo con los antecedentes del caso, Jonathan, Lázaro y el menor se quedaron de ver en un parque para luego dirigirse hacia las inmediaciones de la estación del Metro Iztacalco, a donde llegó Oscar Yair en compañía de las periodistas.
Arribaron en un vehículo Pontiac negro, propiedad de la víctima Rocío González Trápaga, el cual dejaron en las cercanías del lugar y abordaron una camioneta tipo Lobo, seguida por un automotor, tipo Explorer.
Se dirigieron hacia un domicilio situado en la colonia El Mirador, perímetro de Iztapalapa, lugar en el que, de acuerdo con los probables responsables, se realizaría un intercambio de divisas extranjeras, donde mataron a las dos víctimas.
Los cuerpos fueron colocados en una camioneta Pick Up, tipo Lobo, y trasladados hasta un paraje ubicado en el predio Las Maravillas, a un costado del campo de fútbol y a espaldas del panteón San Nicolás Tolentino, en avenida Morelos, sin número, donde abandonaron los cadáveres y huyeron.
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