Vanguardia
22 abril 2012
Además de las amenazas que recibió el párroco de la iglesia del Ojo de Agua en Saltillo, el vicario de la Diócesis de Saltillo, Gerardo Escareño Arciniega, dijo tener conocimiento de otro caso similar.
“Él (sacerdote de quien no dio su nombre) me platicó que recibió una llamada, pero colgó y no se presentó nada más. Ahí termino la situación”, comentó.
Si bien el Ejército se encuentra en las calles por la situación de inseguridad, espera que no se vuelva recurrente pedir protección a las autoridades ante actos de grupos delictivos.
En lo que respecta a los atracos a templos, comentó Escareño Arciniega, no han aumentado notablemente, pero sí se observan daños en las instalaciones como puertas, ventanas y cristales.
En lo que va del año, añadió, se han presentado tres robos a iglesias, “aunque probablemente haya más que los padres no reportan ni denuncian”, dijo.
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