*Las economías emergentes se desarrollarán más rápido que las del primer mundo, afirma
*La crisis global ha dejado pérdidas por 30 billones de dólares, estima el grupo financiero
*Las medidas de los bancos centrales ayudaron a absorber el shock, asegura Juan Ruiz
Israel Rodríguez J.
Enviado
Santander, España, 5 de julio. América Latina, incluido México, tardará dos años más en retomar la senda del crecimiento, aseguró José Juan Ruiz, economista en jefe de la división América del Grupo Financiero Santander, al señalar que las economías emergentes de la región se desarrollarán más rápido que las de países industrializados. Sin embargo, advirtió sobre tres riesgos que podrían obstaculizar el proceso de recuperación, el cual ya empieza a observarse.
Al realizar una presentación sobre el comportamiento de las principales economías del mundo, el responsable del área de análisis para Canadá, Estados Unidos y Latinoamérica consideró que si la tolerancia al riesgo se colapsa, se podría retardar la recuperación de América Latina. Otro desafío sería defraudar a los ciudadanos generando empobrecimiento adicional y una fragmentación del continente.
José Juan Ruiz, quien ha trabajado en el gobierno español durante 13 años, desde la presidencia de Felipe González, manifestó que América Latina ha tomado “pista” y está lista para “despegar” y retomar el crecimiento entre 2011 y 2012, aunque la recuperación se podrá manifestar a partir de 2010, dado que la zona no se ha quedado inerme ante la crisis financiera y ha reaccionado con rapidez.
Quien fue el tercer hombre en importancia en el Ministerio de Hacienda de España, expresó que la crisis financiera internacional, generada en Estados Unidos, ha destruido riqueza por 30 billones de dólares; sin embargo, ya se empiezan a observar cierta recuperación. “Se han recompuesto unos 8 billones de dólares de riqueza patrimonial, que han tenido un impacto positivo mundial”, y eso permite anticipar que la recuperación de la economía mundial empieza a gestarse.
Sin embargo, advirtió: “no es el final de la crisis, pero es el final del principio”. Indicó que “el mundo comenzó a tener cierta tolerancia al riesgo y volvemos a estar en los radares de los operadores financieros, es decir, volvemos a ser protagonistas”.
En una exposición previa a la inauguración del seminario Todos contra la crisis, el especialista aseveró que las políticas seguidas por los bancos centrales de la región han ayudado a absorber el shock por la crisis; destacan las políticas monetarias expansivas, la inyección de liquidez y el abatimiento de la inflación.
En ese sentido, dijo que Latinoamérica cuenta con 443 mil millones de dólares en reservas, además de los fondos soberanos y la línea swap activada por México, que han logrado que los tipos de cambio vuelvan a recuperarse y la inflación se mantenga relativamente baja. El monto de reservas representa más de tres veces a las que tenía la región en la crisis de los años 90.
“A partir de abril de 2009 la zona ha comenzado a acumular reservas, lo que se manifiesta en la apreciación del tipo de cambio.” Así, éste ha absorbido el shock de la inestabilidad financiera. El crecimiento, destacó, sigue con caídas muy relevantes, pero América Latina ha aprendido a tener capacidad de respuesta.
La idea fundamental, agregó, es que Latinoamérica no ha estado inerme y ha tenido capacidad de respuesta. Pero, aclaró, ningún país va salir de la crisis antes que Estados Unidos.
Utilizando una analogía médica, dijo: “El mundo va a salir de cuidados intensivos y lo van a subir a planta, pero no podemos quitar la respiración al sistema”. A diferencia del pasado, en América Latina no se ha presentado una depreciación en el tipo de cambio, no ha habido alza inflacionaria incontrolable y las tasas de interés han descendido.
Recordó que en el caso de México el tipo de cambio llegó en meses anteriores a 15 pesos por dólar y el viernes pasado se cotizó en 13.25 pesos, con una inflación de alrededor de 5 por ciento. Todo el mundo ha llegado al consenso de que mantener déficits públicos sensatos, acumulación de reservas y estabilidad política ha permitido que la región se revalorice.
La respuesta de México, abundó, ha sido superior a la de la crisis de 1994.
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