martes, 14 de julio de 2009

“Es una injusticia; la embajada no hizo su trabajo”

Carlos García, corresponsal/La Jornada


Salamanca, Gto., 13 de julio. “Están cometiendo una gran injusticia”, afirmó entre lágrimas Isabel Moreno Martínez, madre de Alejandro Ordaz Moreno, estudiante becado por el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) que fue sentenciado a más de 8 años de cárcel en Sevilla, España, acusado de intento de homicidio contra dos policías.
“El poder judicial de España comete una gran injusticia, porque Alejandro pagó los 30 mil euros que pidieron los policías por reparación de daños, estuvo un año en prisión y en el juicio todos los testimonios fueron a su favor; no sé en que estén basando la sentencia, es una injusticia”, recriminó.
Isabel Moreno hizo un llamado para que el gobierno del presidente Felipe Calderón gestione que la sentencia de Ordaz Moreno sea reducida y pueda ser extraditado. Además, señaló que la embajada de México en España no hizo bien su trabajo desde que el joven fue arrestado: “Todo esto se alargó por el consulado; la persona que estuvo cuando Alejandro fue arrestado no actuó, no hizo lo que debió, espero que ahora el gobierno mexicano le eche todos los kilos.
“El gobierno español está echando a perder la vida de un estudiante brillante, como ustedes se dan cuenta somos gente de trabajo, de bien; todos mis hijos estudian, él siempre fue el mejor alumno de la familia”, expresó Moreno Martínez, quien sostiene a su familia con los ingresos de su pequeño restaurante; su esposo acompaña a Alejandro en el proceso judicial en España.
Alejandro es egresado de la Facultad de Ingeniería Mecánica Eléctrica y Electrónica (FIMME) de la Universidad de Guanajuato. Gracias a su alto aprovechamiento el Conacyt lo becó para que estudiara una maestría en Sevilla.
De acuerdo con declaraciones del estudiante, el 8 de marzo del 2008, cuando salía de un bar, tres personas armadas intentaron subirlo a un automóvil; forcejeó y desarmó a una, al final fue sometido y resultó que esas personas eran policías vestidos de civil y fue acusado de intento de homicidio.
Desde que el guanajuatense fue detenido denunció que fue golpeado y fue objeto de racismo, vejaciones y humillaciones. En diciembre de 2008 consiguió llevar su proceso judicial en libertad, después de pagar 30 mil euros por reparación de daños, y estuvo preso 10 meses.

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