“La lucha contra las mafias no sólo es cuestión de policías y jueces: es un combate en el que la sociedad debe involucrarse y el Estado cubrir las necesidades de sus ciudadanos para que dejen de ser súbditos de los criminales”
Gian Carlo Caselli
Procurador General en Turín y ex jefe antimafia en Palermo
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Juan Monrreal López
Noviembre 7 de 2008
http://www.democratanortedemexico.com/
http://www.democratanortedemexico.blogspot.com/
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La violencia, como la miseria, continúa creciendo en Durango. Muertes a domicilio. Sobre las calles. En la serranía. Tras las rejas. El lugar no importa. El asesinato llega sin permiso; en tanto, el gobernador Ismael Alfredo Hernández Deras, sigue impávido, sin anunciar medida alguna que aumente la seguridad de los habitantes de la entidad. Vamos, no existe siquiera un pronunciamiento que traiga sosiego a la población atribulada con las ejecuciones.
El fin de semana, fue aciago. La tarde del viernes 31 de octubre, en plena calle Allende de Gómez Palacio, en pleno centro de la ciudad y ante un buen número de curiosos, fue rafagueado Salvador Solís Colunga; quedando mal herido, Roberto Gerardo Agüero Berumen.
Dos horas más tarde, en la populosa Colonia Fidel Velázquez, conocida como Chapala, un par de sicarios embozados, dieron muerte a Rogelio de Santiago Elorreaga, sin que las autoridades dijeran nada.
El domingo 2 de noviembre, en el CERESO 1 de Durango, se desató una reyerta entre reos, sin que los custodios intervinieran. El saldo arrojó 9 muertos. Ismael Hernández Deras, tampoco pronunció palabra alguna en forma oficial, pese a las 9 víctimas que fueron asesinadas con cuchillos y puntas de los propios internos.
Hasta el día 7 de noviembre, la página oficial del gobierno del estado no registró boletín que anunciara la postura gubernamental acerca de estos hechos.
Con un jefe de Comunicación social como Amaury Alvarado Reyes, sin mayor compromiso que el uso del poder para cubrir sus aficiones a la dolce vita,- fiestas que son auténticas bacanales, drogas incluidas-, a la transa, a la compra de reporteros; los sucesos de la vida pública, quedan relegados de sus prioridades.
Con los muertos encima, el 3 de noviembre, los reporteros de la fuente tuvieron que arrancar la postura del ejecutivo montados sobre la banqueta. El gobernador sólo divulgó que el director del CERESO 1, Carlos Burciaga Rosales, había sido removido de su cargo. Pero hasta allí.
Fiel a su costumbre, Hernández Deras, habló timoratamente acerca de los 9 asesinatos cometidos al interior del CERESO 1, a consecuencia del pendencia entre internos. Dijo que el Director del centro penitenciario ya había sido destituido, “que ya estamos viendo tres personas (sic) para el cargo”.
El perfil de Carlos Burciaga Rosales retrata en mucho porque tanto desorden e incapacidad en la actual administración estatal.
Burciaga Rosales, fue recaudador de Rentas del estado en Gómez Palacio. Después lo hicieron director general de Transporte (DGTE). De allí lo enviaron como director del CERESO 1, una vez que acusaciones severas de corrupción lo empezaron a envolver.
Los resultados de improvisar “todólogos” se encuentra a la vista; 9 muertos con armas fabricadas por los internos.
Además Burciaga Rosales trae consigo una larga cadena de señalamientos de deshonestidad, entre las que figuran la denuncia de haber recibido un “moche” de 2 millones 500 mil pesos de la CUDEPO para regularizar al menos 100 juegos de placas de taxi, cuando éste fue director de Autotransporte del estado.
También desde que fungía como director del penal, parientes de los internos lo denunciaron reiteradamente porque “los custodios introducen drogas al penal, sin que se proceda contra ellos”.
Además, a decir de los familiares de algunos internos, Burciaga Rosales mantenía un sistema de canonjías para los presos más pudientes.
De hecho, desde que Burciaga Rosales fue el Recaudador de rentas en Gómez Palacio, recibió señalamientos de torcer trámites, “billetes de por medio”.
Así, sin preparación, con la única convicción de mantenerse en la nómina, Carlos Burciaga brincó de recaudador a director de Transporte en el estado. Después Hernández Deras lo hizo director del CERESO 1 del estado.
Las consecuencias no se hicieron esperar.
En este sitio, donde las condiciones de hacinamiento; favores vendidos por los custodios y la disputa por la distribución de narcóticos, forman la mezcla explosiva para que las pasiones se desborden, tal como aconteció este día de muertos, con 9 internos asesinados.
Mientras Hernández Deras era cuestionado por los periodistas en plena banqueta, y éste anunciaba cambios maquillados con la destitución de Burciaga Rosales, - por cierto este gobierno tiene la marca más alta de cambiar burócratas-, ese mismo 3 de noviembre, sobre la carretera a la Ciudad de México, un comando armado rafagueó al director operativo de la Dirección estatal de investigaciones (DEI) Eduardo Montaño Huerta, junto con José Domínguez Montelongo, elemento de esa misma corporación.
Ambos agentes se encuentran graves.
Por si esto no fuera suficiente, en plena ciudad de Durango, sobre la Avenida Prolongación Lázaro Cárdenas, desconocidos lanzaron una granada de fragmentación sobre un ecotaxi, lesionando a un ciclista que transitaba por el lugar.
Más tarde en un paraje de la carretera Durango-Mazatlán, fueron encontrados 3 cuerpos en descomposición, con múltiples casquillos percutidos a su lado.
Con estos hechos, no hay duda. En Durango se libra una guerra por el mercado de la droga y giros negros.
Mientras, el improvisado Secretario de Seguridad Pública, Jorge Torres Castillo, hizo mutis ante los hechos. En tanto los muertos del penal yacían en las frías bartolinas, el ex perredista y “grillo” de profesión, no quiso dar la cara aduciendo encontrarse en reunión.
Si acaso, Jorge Torres Castillo hizo aparición pública, fue para anunciar al nuevo encargado del centro penitenciario; responsabilidad que recayó en Nahún Efrén Medina Marrufo, un abogado de Santiago Papasquiaro, que laboró como delegado de la Procuraduría General de Justicia (PGR) pero sin experiencia carcelaria.
Como se sabe, desde mayo del presenta año, Ismael Hernández, se había desentendido de los asuntos de seguridad, como si eso no compitiera a su investidura.
Peor.
Lejos de encomendarle al Secretario de Seguridad pública del estado, Jorge Torres, el rediseño de una estrategia de seguridad, o cuando menos convertirse en el vocero del gobierno para enterar a la población acerca de los hechos de inseguridad provocados por la delincuencia organizada; Hernández Deras, delegó la vocería en el Secretario de gobierno, Oliverio Reza Cuéllar, como si el asunto de Seguridad Pública correspondiera a esa dependencia.
La decisión prueba la confusión del gobernante respecto a cómo combatir los hechos violentos en la entidad.
Por eso, no es sorprendente que al finalizar octubre sumen más de 50 ejecuciones, según denunció en rueda de prensa el 4 de noviembre, el diputado local del Partido del Trabajo (PT) Juan Cruz Martínez; quien además aseveró que “producto de la inseguridad, se han perdido más de 4 mil empleos, pues los empresarios ya no quieren invertir en el estado”.
Después la Secretaría de trabajo y previsión social declaró el 5 de noviembre, que Durango ha perdido 4 mil empleos, 2 mil de ellos en Gómez Palacio; quizá 10 mil al cierre del año.
Si mayo fue violento y las ejecuciones llenaron de sangre al estado; octubre lo superó; presagiando que los crímenes, lejos de amainar, se incrementarán pese a los operativos de militares y policías federales.
La pregunta es; si no hay obra pública, como tampoco inversiones en el estado; si los pocos empleos que existen se están perdiendo; pero además, no hay seguridad pública ¿a qué se dedica Ismael Hernández Deras?
La verdad, si es un peligro para Durango.
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