■ Pese a la crisis, no habrá huelgas generales, promete en Nuevo León
David Carrizales (Corresponsal)
Monterrey, NL, 22 de noviembre. El dirigente nacional de la Confederación de Trabajadores de México (CTM), Joaquín Gamboa Pascoe, señaló que si bien los trabajadores no son responsables, sino víctimas de la crisis económica, están dispuestos a un mayor sacrificio, que tendrá que ser compartido por empresas y gobierno, para que el país pueda salir adelante.
Por lo pronto –aseveró dirigiéndose a un grupo de empresarios–, “algunas de esas medidas ustedes ya las están disfrutando”, pues los sindicatos cetemistas han aceptado reducción de jornadas laborales, que sólo se trabaje dos días a la semana o que haya paros técnicos hasta de dos meses con pago de 25 por ciento del salario.
Comentó que algunos de los sectores más afectados por la crisis, y donde se han puesto en vigor tales medidas, son el automotriz, que está prácticamente paralizado por la caída en las ventas de vehículos ante la elevada cotización del dólar, y el textil, mientras la industria llantera ya desapareció porque a las armadoras les resulta más barato adquirir estas refacciones en China, ya que se pagan salarios irrisorios de un dólar por día.
Además –prometió–, “no haremos huelgas generales, aunque sabemos que a muchos patrones les encantaría eso, para poder cerrar, porque creemos que todos tenemos la obligación de jalar parejo para sacar a México de este bache inmenso en que estamos”.
Durante el acto Diálogo de los sectores productivos ante los retos de la economía global, donde estuvieron presentes líderes del sector privado y funcionarios del gobierno de Nuevo León, Gamboa Pascoe afirmó que la crisis no ha tocado fondo, y aunque las medidas que se han tomado son las correctas, no son suficientes para resolver el problema.
Dijo que frente a esta coyuntura, la central obrera asume la postura de que lo más importante es conservar el empleo y que las empresas no cierren, porque una vez que lo hacen es muy difícil que vuelvan a operar.
Expuso que ya quedó en la historia la etapa en que obreros y empresarios se miraban como enemigos y los primeros tuvieron que utilizar hasta las armas frente a situaciones de gran injusticia.
“En las nuevas relaciones obrero-patronales, los empresarios son y deben ser nuestros amigos, pero no de entreguismo, sino de comprensión, pues quien invierte tiene todo el derecho de obtener una utilidad, y nosotros queremos que haya mayor productividad para que eso nos permita un mejor nivel de vida”, declaró. Sin embargo, reprochó a los patrones de Monterrey que recurren a crear su propia organización gremial (Federación Nacional de Sindicatos Independientes), en la creencia de que las organizaciones obreras son para que hagan lo que ellos manden, no para buscar equilibrio entre los factores de la producción.
Igualmente –dijo–, hay quienes sólo buscan mayor productividad de sus obreros, pero no se preguntan si han hecho lo que les corresponde en materia de capacitación, el uso de tecnologías más avanzadas y acciones correctas para la comercialización de sus productos.
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