■ Asesinato de un interno ayer al mediodía, origen del enfrentamiento entre dos grupos de reos
■ Dos de los finados tenían 15 días de haber ingresado al Cereso de la capital por homicidio
■ Dos de los finados tenían 15 días de haber ingresado al Cereso de la capital por homicidio
Saúl Maldonado (Corresponsal)
Durango, Dgo., 2 de noviembre. Siete reos del Centro de Rehabilitación Social (Cereso) de esta capital murieron, y dos resultaron heridos, durante una riña ocurrida esta noche en el penal. Según testigos, el origen del zafarrancho fue que, pasado el mediodía, dos internos dieron muerte a Everardo García Hernández, también preso, con una punta fabricada en el mismo penal.
La pelea se inició luego de que familiares y amigos de los reos se retiraron del Cereso donde este día, como la mayoría de los domingos, fue de visita. Compañeros de Everardo respondieron por el homicidio pocos minutos antes de las 19 horas.
Los camaradas de Everardo y los presos que lo mataron, ambos grupos armados con puntas y objetos contundentes, se enfrentaron en el área de sentenciados B. Según versiones de custodios no hubo armas de fuego en este combate.
Luego de comenzar el enfrentamiento, personal de seguridad del mismo penal separó a los rijosos, con el apoyo de elementos de la policía estatal preventiva. Al volver la calma, se descubrieron en el suelo los cuerpos de seis personas: los hermanos Tránsito y Filemón Contreras Rojas, Ángel González Gurrola, Ismael Labrador Rodríguez, Rogelio López Ortiz y Juan José Meza Irigollen.
Además, quedaron mal heridos Carlos Montiel Larreta, Cayetano Valles y Gregorio Arsola. El primero de los heridos falleció mientras recibía los primeros auxilios, mientras los otros dos fueron trasladados de urgencia al Hospital General de la ciudad de Durango.
El pleito no se generalizó en el penal, por lo cual las autoridades penitenciarias no consideraron necesario solicitar la presencia del Ejército Mexicano o de elementos de la Policía Federal Preventivas.
A las 21 horas, el secretario general de Gobierno, Oliverio Reza Cuéllar, ingresó al penal para dialogar con los internos y tratar de poner orden, aunque el reclusorio estaba ya controlado por los custodios y elementos de la PEP.
El funcionario permanecía en el reclusorio al cierre de esta edición, por lo que no hubo alguna voz oficial que intentara aclarar lo que ya se sabía en el exterior.
Del secretario de Seguridad Pública estatal, Jorge Torres Castillo, se dijo que “estaba en una junta”, analizando los sucesos en el penal. El director de Cereso, Carlos Burciaga, también se negó a hablar, no dio la cara a los medios de comunicación y mantuvo apagado su teléfono celular.
A las 21:30 horas y más allá, ningún familiar regresó al centro penitenciario para averiguar si alguno de los muertos o heridos era conocido suyo, por lo que el penal se mantuvo en tranquilidad total, como si nada hubiera sucedido.
Viejas rencillas
Algunas versiones señalan que en marzo pasado los dos grupos que se disputan el control del penal tuvieron una primera fricción, lo que habría dejado un muerto y cuatro lesionados, y desde entonces “se la tenían jurada”, pero apenas este 2 de noviembre pretendieron arreglar sus diferencias, con el resultado ya descrito.
Los hermanos que resultaron muertos, Tránsito y Filemón, apenas tenían 15 días de haber ingresado al penal por el deli- to de homicidio y, según autoridades de la Procuraduría General de Justicia del Estado, la mayoría de quienes perecieron eran originarios del municipio de Pueblo Nuevo. En este pleito, aparte de los muertos y heridos, participaron alrededor de 20 internos más.
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