“ La verdadera despedida al virrey estaba en las calles: la nobleza le había dado formas de sonetos y epigramas ofensivos, ultrajantes, de juegos de palabras, de anécdotas y apodos que sacaban a la luz la impiedad, el libertinaje y mal gobierno de Caracciolo”
El archivo de Egipto
Leonardo Sciascia
Juan Monrreal López
Noviembre 25 del 2008
Hace exactamente un año, Carlos Salinas de Gortari 2 y el enriquecido Humberto Moreira Valdés,- el programa Cero marginación comenzó por él mismo-, montaron una farsa en los yermos del Ejido Batopilas, para auto alabar sus respectivas gestiones públicas; 363 días después, la bufonada se volvió a montar, sólo que en escenario distinto; el lujoso hotel Crown Plaza, donde el organismo patronal dedicado a la grilla, el llamado Instituto Político Empresarial (IPE) placeó a quien la gente identifica como uno de los presidentes más aberrantes de la Historia nacional.
Actor de segunda clase, como su anfitrión Humberto Moreira, - quien sueña con la más grande del país -, Salinas de Gortari, hizo presencia el 23 de noviembre ante las miradas de políticos priistas, empresarios laguneros y algunos de sus vástagos, que desean hacer mezcla de recursos públicos con sus peculios desde cualquier área de la administración pública; vía que ya descubrieron es efectiva para potenciar las ganancias, y donde la impunidad juega un papel central.
Con una indumentaria gastada, zapatos medio aseados, una chamarra de cuero negro, Carlos Salinas de Gortari, habló como lo que es, revisionista de pacotilla, muy lejos de la formación profesional, política o dirigencia mundial, de Nikita Krushev, uno de los revisionistas modernos más importantes, que intentó acomodar hechos históricos a sus pretensiones ideológicas y políticas; tal como Salinas de Gortari busca hacerlo, con sus conferencias, escritos y los dos libros publicados para decir su verdad a partir de tergiversar hechos, entre éstos, la ocupación ilegítima de la presidencia de la República, o negar la entrega de los bienes nacionales a particulares que de ninguna manera desatoraron los nudos de pobreza.
Con esos acomodos a la realidad, casi dicen que las madrizas que ordenaron los porros Humberto y Rubén Moreira Valdés a sus contrarios de la Escuela Normal Superior, eran los “correctivos indicados”.
Así, como toda ópera bufa, las ocurrencias que suceden, deben tomarse como chuscadas que pretenden enmascarar los verdaderos móviles de los actores. Vestimentas, propósitos, histriones, incluso espectadores, actuando para encubrir el verdadero entramado de lo que está pasando.
Así, mientras los juniores de la IPE en realidad representan los capitales que sus papitos han forjado mezclando el poder con intereses particulares, - el diputado saliente, Antonio Juan Marcos Villarreal; el diputado electo, Jaime Russek Fernández, por ejemplo -; los que quieren, mezclar poder empresarial con obtención de poder público, Nessim Issa Tafich, René Cantú Quintero, Arturo Gilio Hamdam, ex matador de toros, una especie de IPE conurbado, pues en la Laguna de Durango, se ostentó como presidente de este organismo. Ni que decir del presidente de la IPE, Antonio Kuri González.
Para orlar las chacotas, que mejor que traer a Carlos Salinas quien se encuentra urgido de ser escuchado, aunque en realidad la sociedad mexicana ya lo tiene bautizado por todos estos tiempos y los que vendrán.
Como en las óperas bufas, los actores son bufones, los que digan no puede tomarse como cierto. Con seriedad.
Una muestra.
El 25 de noviembre del 2007, bajo la carpa montada ex profeso en el Ejido Batopilas, para que el bautizado como “El Innombrable”, hablara junto con su pupilo ideológico Humberto Moreira; Carlos Salinas dijo que, “me felicito y los felicito por tener un gobernador que sabe cumplir y sabe estar del lado del pueblo (Salinas, dixit)”, entre otras frases del lugar común.
Ese día, Humberto Moreira, emocionado, prometió entregar 2 millones de pesos al Ejido Batopilas, con el fin de invertirlos en el programa ganadero de la comunidad, concretamente en el establo del lugar.
Un año después, faltan por entregarse 1 millón 40 mil pesos, de aquella promesa, pero lo que es peor, el dinero proviene del Fondo de Apoyo Ganadero, un programa federal que ya depositó el dinero en las cuentas del gobierno coahuilense, pero Humberto Moreira lo mantiene retenido.
Montada por fantoches, la lectura del discurso de Salinas de Gortari, se aderezó, con una defensa de la política económica del gobierno de Felipe Calderón Hinojosa, un presidente ilegítimo al igual que él.
La alusión al panista Calderón, no agradó en nada a los asistentes, mucho menos a los anfitriones, “los hermanitos Humberto y Rubén Moreira Valdés”, quienes en el papel, hacen señalamientos al gobierno federal panista, para finalmente plegarse en aras del “beneficio de Coahuila”, dejando causas tan justas como las viudas de Pasta de Conchos, los familiares de los fallecidos por causa del estallido del camión cargado con explosivos en el ejido Celemania, etc, quienes siguen esperando la respuesta del gobierno del estado.
Para completar el cuadro de la bufonada; muy temprano, Hugo Andrés Araujo de la Torre, se apersonó en Batopilas, para traer hasta el Crown Plaza, un pequeño grupo de campesinos que explicaran a Carlos Salinas y Humberto Moreira, los avances productivos logrados este año.
Ser-vil como cuando fue secretario general de la CNC en el periodo salinista, Andrés Araujo, quiere reflectores para asustar con el petate del zombi que es ahora Salinas de Gortari. Bueno, tales son las ansias de agradar a los ipecos, que el diputado local electo, el “arrepentido de las luchas populares”, Jesús Salvador Hernández Vélez, saluda hasta a quien no lo quiere ver.
Del dinero que no se ha entregado al Ejido Batopilas, no se dijo nada.
Total en esa comedia de disparates se terminó felicitando a Batopilas y su gente por los políticos y empresarios, quienes los apalearon en 1976 cuando decidieron tomar la pequeña propiedad exigiendo pagos justos a sus jornales.
Pura dicha, salinista- moreireana, pues. Verdadero encuentro de fantoches.
Lo cierto es que de lo que dijo Salinas de Gortari, en el estrado ¿qué explicación puede tener el estallido de la guerra en Chiapas, producto del endurecimiento de las políticas federales, estatales y patronales, representadas por los finqueros chiapanecos? ¿Cuál fue la explicación rendida por Carlos Salinas, por el asesinato de Luis Donaldo Colosio? ¿Qué puede decir a los mexicanos de su enriquecimiento desmesurado e ilícito?
Y así, una innumerable serie de preguntas que retratan el periodo salinista de gobierno, no tendrán repuesta apegada a los hechos; sólo en el mundo revisionista que priva en la cabeza desmesurada de Carlos Salinas, como la hilarante versión de que participó en la toma de tierras del Ejido Batopilas; hecho que jamás aconteció.
Coaligados por la búsqueda de dominio público que potencie sus riquezas, los patrones torreonenses deberían saber que, en mayo del año 2006, Humberto Moreira, habló ante los habitantes del ejido de San José del Aguaje, refiriéndose con desprecio hacia ellos, dijo que “los riquillos de Torreón todo quieren, pero no hacen nada por los más pobres y que a él no le importan, esos que viven en casotas”, pero los tiempos cambian, y ahora, la lisonja de Humberto, ya la hizo suya Rubén, “el zerevro” del gobierno de la gente, quien quiere barrer con la oposición en el estado, en las elecciones federales y municipales, del año 2009; mientras ansiosos, los miembros de la IPE acarician la posibilidad de tomar una porción de poder que les brinde impunidad que aumente sus riquezas, muchas de éstas, sin fuente lícita.
El asunto que dentro de la repulsa que sienten los empresarios por Humberto Moreira, entre otras cosas, por su incapacidad por detener los cientos de secuestros que existen en La Laguna coahuilense, - por cierto, los ciudadanos deben saber de la íntima amistad que existe entre el gobernador de Coahuila, Humberto Moreira y el “secuestrador” Ariel Jesús Maldonado Leza- ; pero como en las óperas bufas, todos actúan como arlequines; unos buscando dinero y otros poder, para lograr la combinación perfecta de dominio público; lo torcido es lo derecho, en este mundo moreireano, lleno de óperas grotescas.
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