lunes, 6 de octubre de 2014

Crónica de la detención de Héctor Beltrán Leyva: “Al menos se fue con la barriga llena”


lunes, 06 de octubre de 2014
“¡Héctor!, ¿traes pistola cabrón?”, fue la frase que soltó un agente federal encubierto cuando desenfundó su arma y apuntó a Héctor Beltrán Leyva “El H”, sentado en una mesa del restaurante Mario´s.
El presunto líder del Cártel de los Beltrán Leyva mostró sorpresa y respondió con un breve “no”.
Otro agente apuntaba también con un arma a la mesa donde Beltrán comía con Germán Goyeneche, su supuesto operador financiero.
En un primer momento, autoridades municipales afirmaron que el capo y su cómplice habían sido detenidos en el restaurante ‘Pescau’. Sin embargo, la empresa negó ayer que las detenciones se hubieran registrado en ese lugar.
Eran las 13:30 horas del miércoles pasado cuando “El H” llegó a la plaza comercial “Pueblito”, ubicada en la colonia San Antonio, a bordo de una camioneta Mercedes Benz con matrícula UKP 4144 de Querétaro.
Acudió acompañado de Goyeneche y ocuparon una de las cinco mesas que existen en Mario’s.
Se ubicaron cerca de la entrada al área de cocina.
A las 13:45 horas arribaron dos parejas jóvenes y se sentaron a un lado del sitio donde Beltrán Leyva comía ceviche y callo de hacha.
Al fondo del lugar, en una mesa estaba la señora Josefina de la Paz Cepeda, propietaria del sitio y quien hace un año llegó a San Miguel de Allende acompañada de su hijo Mario Cabrales de la Paz.
Decidieron dejar su tierra, Mazatlán, para probar suerte con el restaurante donde la especialidad son mariscos estilo Sinaloa.
Las parejas jóvenes no ordenaron platillos fuertes, solo unas entradas y unas limonadas. A doña Josefina le llamó la atención una de ellas. Era guapa, joven, alta y fuerte. Fue la que finalmente esposaría al líder del cártel que lleva sus apellidos.
A las 14:50 horas los dos hombres que estaban acompañados de sus parejas se levantaron bruscamente, se identificaron como agentes de las Fuerzas Armadas de México, sacaron pistolas y apuntaron a la mesavecina.
Beltrán Leyva no tuvo tiempo de nada. No opuso resistencia alguna y agachó la cabeza sobre la mesa tal como se lo ordenaron. Goyeneche Ortega quiso argumentar algo pero fue interrumpido con un severo y eficaz “¡Cállate, cabrón!”.
Al momento del amago, una mujer salió corriendo y enseguida regresó con elementos de la Marina.
Ingresaron y sometieron a Beltrán Leyva que se mantenía sentado.
El hijo de la propietaria y dos empleados se quedaron quietos en el área de cocina.
Cuando las fuerzas federales ingresaron pidieron al presunto narcotraficante que se pusiera de pie. Fue esposado y subido a un vehículo de fuerzas federales. Goyeneche no fue esposado y fue conducido tomado de la espalda por dos agentes.
Casi a punto del infarto doña Josefina no podía hablar, pero seguía con la mirada cada momento. “Cálmese señora, no pasa nada. Este es un animal, una bestia”, le soltó un agente a la dueña del lugar.
“Fue algo espantoso. Dios mío, yo pensé que se iban armar los balazos. Vi cuando dos hombres que llegaron con dos mujeres sacaron sus pistolas y apuntaron a Héctor, porque así lo llamaron”, señaló en entrevista la dueña.
Los marinos y agentes federales estuvieron en el restaurante menos de cinco minutos y partieron.
Hace un año Josefina y su hijo llegaron de Mazatlán.
“El terco de mi hijo me convenció de venirnos para acá para poner un restaurante”, comentó.
El pequeño sitio es concurrido por personas de nacionalidad estadounidense.
“Al menos se fue con la barriga llena, comió mucho, casi de todo, estaba comiendo a manera de bota el callo de hacha y el ceviche, ya iba a pagar”, señaló Mario Cabrales en relación a Beltrán Leyva, cuya camioneta permanecía hasta ayer en la zona de estacionamiento.

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