sábado, 18 de octubre de 2014

MÁS DEUDA, SIGUE LA OPACIDAD



Víctor Manuel Sánchez

POR:  VÍCTOR MANUEL SÁNCHEZ

Reinventando a Maquiavelo
La única forma de pagar la millonaria deuda que se contrató en el sexenio de Humberto Moreira y su sucesor Jorge Torres, es que la administración pública estatal, se apriete el cinturón, que destine la mayor cantidad posible de dinero para disminuir los pasivos y que bajo ningún motivo, le pida más dinero a los bancos. Pero a juzgar por la evidencia, el Gobierno de Rubén Moreira ha fallado de manera consistente en estas tres actividades: el tamaño del aparato burocrático sigue siendo desmedido, en lugar de ir saldando pasivos, la actual administración se la ha pasado renegociando la deuda, o lo que es lo mismo, ha ido dilatando el pago, pero a costa de pagar intereses por un mayor número de años, pero la cereza del pastel, es que hace poco más de una semana, el Congreso del Estado autorizó al Gobierno Estatal la contratación de deuda hasta por 2 mil 500 millones de pesos, para saldar las deudas que se tenía con distintos proveedores. 
La única forma en la que se puede calificar a la actitud del Gobierno del Estado, es de irresponsable, no se vale endeudar a las futuras generaciones, para resolver un problema coyuntural de la actual administración. Los proveedores tienen todo el derecho de recibir el pago por los servicios que ya prestaron, lo grave, es que la administración estatal usa una serie de argumentos tramposos, para hacernos creer que la única opción que tenía para pagar a los proveedores, era recurrir a nuevos préstamos bancarios, cuando otra opción factible, era disminuir de forma sustantiva el gasto corriente del Gobierno del Estado.
Además de irresponsable, la actitud del Gobierno de Coahuila es poco ética y evidencia un profundo desprecio por los ciudadanos que con sus impuestos, mantienen el funcionamiento del Gobierno, no se vale que la administración estatal pretenda endeudar más a la entidad, cuando es fecha que los coahuilenses, no sabemos a dónde fue a parar la mayor parte del dinero de la deuda contraída en el sexenio anterior. 
Los coahuilenses sabemos que debemos una importante cantidad de recursos a instituciones bancarias, por culpa de los malos manejos de Humberto Moreira, Javier Villarreal, Jorge Torres y un número indeterminado de funcionarios, pero no tenemos claro ¿cuál fue el destino de los 35 mil millones de pesos, que hoy constituyen la deuda pública del estado?, ninguno de los informes de actividades dicen dónde quedó el dinero, pero de lo que muchos estamos seguros, es que el costo de las obras que fueron construidas en el sexenio anterior y el gasto de los programas sociales, no suman la cantidad que adeudamos.
La actual administración se ha quejado varias veces, del estado en el que el gobierno anterior dejó las arcas públicas, pero ésta es una actitud que se queda en el discurso, el Gobierno de Rubén Moreira ha hecho hasta lo imposible por ocultar los documentos que avalan el destino de los recursos de la deuda, al grado de reservar por 12 años, un cúmulo de información que por ley es pública, por ende, esa reserva es ilegal. Los funcionarios responsables de la deuda, en su mayoría siguen libres y la Procuraduría del Estado avanza a paso de tortuga en las investigaciones, por no decir que en tres años, no han movido un dedo para aclarar los hechos.
¿Con qué cara viene el Gobierno de Rubén Moreira a decirnos que nos va a endeudar con 2 mil 500 millones, sí aún no nos ha dicho como gastaron los 35 mil millones de la deuda original?
Rubén presume que su Gobierno es transparente, entonces que nos diga dónde quedó el dinero que se gastó en la administración anterior, también presume que su gobierno tiene un programa de austeridad, pues entonces es la oportunidad perfecta para apretarse más el cinturón y dejar de comprometer los recursos de las siguientes generaciones.
Si el Gobernador quiere ideas de cómo hacer ahorros en el gasto público, aquí le van tres: primero, no destine un sólo peso al gasto en publicidad y promoción, puede hacer importantes ahorros prescindiendo de los miles de spots de radio y de televisión que compra el Gobierno y deje de pagar por espectaculares y la inserción de noticias pagadas, eso sólo alimenta su ego, pero no es socialmente útil, segundo, deje de crear dependencias y organismos que hacen una función que ya se venía cumpliendo, ya que cada dependencia que crea, significa más burocracia, que consume más presupuesto, y la última idea es, focalice los programas públicos, mucho del dinero del gobierno se va en apoyos clientelares, que terminan en manos de personas que no los necesitan, es decir, que se deben generar una serie de diagnósticos socioeconómicos y sólo las personas que los cumplan, puedan recibir los apoyos.
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