Para el poeta, el premio es uno de los tantos actos generosos que México ha
tenido con él
También participaron Marco Antonio Campos, Francisco Magaña y José Ángel
Leyva
Fabiola Palapa Quijas
Periódico La Jornada
Lunes 1º de octubre de 2012, p. 9
Lunes 1º de octubre de 2012, p. 9
El poeta Juan Gelman (Buenos Aires, 1930), quien salió de su país y
vive exiliado desde hace décadas en la capital mexicana, fue distinguido ayer
con la Medalla de Oro de Bellas Artes por su trayectoria y obra de gran
trascendencia para la vida artística y cultural del país.
Gelman recibió la presea de manos de la directora del Instituto Nacional de
Bellas Artes (INBA), Teresa Vicencio, en el Palacio de Bellas Artes, donde
emocionado dijo: “argenmex es como se autobautizaron los miles de
argentinos que se refugiaron en México, pero debo decirles que en realidad yo
soy mexargen.Estuve exiliado en otros países, sobre todo en Europa y una breve estadía en Nicaragua, pero el primer día que pise México, en 1961, hace exactamente medio siglo y un año, quedé absolutamente fascinado; fue como un estallido dulce dentro de mí, y hace 24 años decidí quedarme para siempre aquí, sostenido por mi amor a este gran país y por el amor a una mujer, mi mujer.
El poeta expresó que el premio es uno de los tantos actos de generosidad que México ha tenido para él y para los miles de refugiados que llegan al país. Señaló que pese a la violencia generada por la lucha contra el narcotráfico, nunca abandonará el país:
Me voy a quedar aquí; que después me lleven a tocar el violín en otro barrio. Yo me quedo en México.
Ciudadano del mundo
En la ceremonia efectuada en la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de
Bellas Artes Gelman fue acompañado por los poetas Hugo Gutiérrez Vega, Marco
Antonio Campos, Francisco Magaña y José Ángel Leyva, quienes hablaron sobre la
obra del galardonado.
Gutiérrez Vega sostuvo que “la medalla de oro del INBA adquiere un resplandor
especial al llegar a las manos de este argenmex, este ciudadano del
mundo, este humanista, que a pesar de todo el estruendo y la furia, sigue
creyendo y defendiendo a los seres humanos y a la voz callada de la poesía, la
música callada, la soledad sonora”.Al iniciar su intervención, el director del suplemento La Jornada Semanal leyó un fragmento del poema Carta abierta, de Juan Gelman, y con la voz entrecortada expresó: ¡Pinche Juan, siempre me haces llorar, carajo!
Abundó que la poesía de Gelman está llena de preguntas y de admiraciones. “Gelman ejerce el oficio de la poesía día y noche, con dolor, con amor, bajo la lluvia y en la catástrofe. Lo hace obligado por el dolor del mundo y por las separaciones, pero también por los besos del encuentro. Por eso trabaja con palabras que son como sangre. Su ars poética llega a un extremo solidario que supera las limitaciones del individualismo cerrado”.
La Medalla de Oro a Juan Gelman (en la imagen) es un
apapacho a un poeta universal que vino a nutrir lo local, dijo José Ángel LeyvaFoto Cristina Rodríguez
Crea sus propias reglas gramaticales y las dota de la versatilidad necesaria para que sean adjetivos, sustantivos o verbos, es decir, criaturas dotadas de una libertad tan amplia que rebasa todas las limitaciones y establece sus propias y, por supuesto, efímeras convenciones.
Francisco Magaña evocó momentos compartidos con el poeta galardonado y las enseñanzas que ha recibido de la poesía.
Juan ha logrado que su experiencia sea una forma de cantar los abismos de la realidad y los deseos utópicos pero alcanzables de los sueños, conciliar los opuestos y minimizarlos es uno de sus méritos. Fundar una legión fiel de lectores, es otro. Ser su lector es un privilegio, un premio, sostuvo Magaña.
José Ágel Leyva comentó que Gelman es un referente cultural en México, sin perder su argentinidad. Explicó que después del premio Cervantes, al poeta sólo le espera el Nobel de Literatura, y que la medalla de Bellas Artes que le otorgó el gobierno mexicano es un
apapacho a un poeta universal que ha venido a nutrir lo local.
Leyva subrayó que la poética de Gelman responde a una dinámica interior, donde las imágenes, pero sobre todo las palabras, buscan acomodo no en una musicalidad convencional, sino en una sintaxis de ruptura, de cortes rítmicos pero bien temperados.
Marco Antonio Campos optó por leer un poema. Juan Gelman finalizó la emotiva ceremonia –a la que asistió también la embajadora de Argentina, Patricia Vaca Narvaja– con la lectura de sus poemas, entre ellos Arte poética.
Entre los galardones que ha recibido Juan Gelman figuran: el Premio Nacional de Poesía en Argentina (1997), el Juan Rulfo de Literatura Latinoamericana y del Caribe (2000), así como el Reina Sofía y Pablo Neruda (2005) y el Cervantes de Literatura (2007).
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