Hankismo como insignia
Modelo nacional
Comprar elecciones
Vallejo:
Modelo nacional
Comprar elecciones
Vallejo:
gobernara golpes
Julio Hernández López
En 2007, el ex presidente municipal de Tijuana, Jorge Hank
Rhon (centro), contendió por la gubernatura de Baja California. En la imagen,
durante una conferencia de prensa en la sede nacional del PRI, acompañado por
Sebastián Lerdo de Tejada y Graciela OrtizFoto Jesús
Villaseca
Las condiciones nacionales y regionales son altamente propicias para
que Jorge Hank Rhon sea el próximo gobernador de Baja California (aspiración que
el empresario de juegos de azar ayer confirmó). En realidad, no se trataría de
una reivindicación única, personal, del ex presidente municipal de Tijuana que
seis años atrás había buscado el mando estatal, sino de toda una filosofía del
ejercicio político y de su vinculación expresamente lucrativa con los negocios:
el erario y la discrecionalidad en contratos y convenios como fuente de
enriquecimiento, y la inversión de parte de esas ganancias económicas en la
promoción de candidaturas que, a su vez, seguirán manteniendo y mejorando las
condiciones de prosperidad de las empresas particulares. El ciclo nefasto del
hankismo tradicional: un político rico es un hombre rico en posibilidades
políticas.
En su estricta circunstancia personal, Hank Rhon tiene todo a su favor. En
especial, el escandaloso desgaste del panismo en el poder estatal, luego de
cuatro periodos consecutivos con la gubernatura en sus manos, gracias a la
inaugural cesión de 1989 como parte del pago político para legitimarde facto a Carlos Salinas. Después del arranque presuntamente épico de Ernesto Ruffo, el PAN colocó a los tres siguientes mandatarios estatales: Héctor Terán Terán, Eugenio Elorduy y José Guadalupe Osuna Millán.
La erosión del panismo llegó en 2010 al extremo de que el PRI ganara las cinco presidencias municipales de la entidad y la mayoría en el Congreso estatal. Es decir, Osuna Millán ha sido un gobernador decorativo, arrinconado, torpemente auxiliado por personajes como Francisco Blake, quien de ser secretario de gobierno de BC fue insólitamente elevado por Felipe Calderón a la Secretaría de Gobernación federal, desde donde hoy sería la principal carta panista a la sucesión de no haber fallecido en un oscuro accidente de helicóptero. Otro secretario de gobierno fue Cuauhtémoc Cardona, quien ya busca ser candidato panista a la sucesión. Al respecto, son célebres las acusaciones del general en jefe de la zona militar, Alfonso Duarte, quien dijo que Cardona era
borracho, irrespetuoso y grosero.
En contraparte, Jorge Hank ha aparecido como un personaje bajo fundadas y constantes acusaciones de cometer múltiples arbitrariedades y presuntos delitos. El rubro de su principal fuente explícita de riqueza, los casinos, está inevitablemente asociado a los pasajes oscuros de la delincuencia organizada. La otra fuente de la prosperidad del hankismo actual es la conversión de los recursos públicos en prosperidad familiar. Y a ello se agrega el estilo directo, rayando en el cinismo, de este Hank Rhon, hermano de otro que en el estado de México ha mantenido firmes relaciones desde los estratos financieros y bancarios con el PRI en general y en especial con Peña Nieto como gobernador y como candidato presidencial.
Por si faltaran algunos ingredientes para su eventual triunfo, Jorge Hank es el dueño del exitoso equipo de futbol de primera división profesional Xoloizcuintles de Tijuana, y acaba de padecer la muerte de su esposa, María Elvia de Amaya, quien había sido exitosa defensora de JH el año pasado durante la detención calderonista que acabó en fracaso.
Pero, en el previsible ascenso de esta segunda versión del hankismo, lo
sustancial reside en que esa visión de la política-negocio es la que ha sido
impuesta como triunfadora en la política nacional y que, al menos durante el
sexenio que tendrá a Enrique Peña Nieto como rostro al frente, esa misma fórmula
histórica, acuñada y desarrollada largamente por Carlos Hank González, quien fue
regente del Distrito Federal y secretario de agricultura, entre otros cargos,
será la divisa política y económica a aplicar: menos política y más
administración, como decía Porfirio Díaz; menos política y más negocio, sería el
lema del peñanietismo.
La reaparición sonriente del hankismo como método tratará de proveer de
Facebook: Julio Astillero
La reaparición sonriente del hankismo como método tratará de proveer de
victoriasal costo que sea a este priísmo con pretensiones de sostenerse en el poder durante décadas a partir de la receta ya muy probada (la vez más reciente, en este proceso presidencial pasado) de la compra de comicios mediante el uso imperioso de dinero proveniente de donde fuera, de tal manera que el proceso político-electoral, tal como solía cuando menos representarse en el pasado reciente, será avasallado por los ríos económicos provenientes de las tesorerías estatales, del erario federal, de los programas de desarrollo social, y de los recursos
personalesde los capos regionales confabulados para
garantizaral costo que sea el triunfo de los candidatos de tres colores (con las excepciones correspondientes a los pagos a aliados serviciales, como al PAN en 1989, como al PRD Chucho en Morelos este año).
Astillas
Fausto Vallejo está decidido a hacerse valer a golpes como
gobernador. Se enfrenta a una situación delicada, pues grupos estudiantiles
altamente politizados pelean por reivindicaciones diversas mediante métodos como
las tomas de edificios escolares, la apropiación de vehículos oficiales y la
beligerante protesta pública que en otras ocasiones les han permitido desembocar
en arreglos aceptables para ambas partes. Pero Vallejo ha decidido hacer a un
lado las estrategias políticas y sustituirlas por el código penal y las fuerzas
policiacas. El resultado es alarmante: más de 170 normalistas han sido
detenidos; otros, golpeados; vehículos, incendiados, y se vive en Michoacán una
tensa expectativa respecto a la capacidad política de ese gobierno de por sí
endeble. Las imágenes de jóvenes ensangrentados, y de policías en gozoso
ejercicio de la represión impune, enmarcan la frase de diazordacismo desesperado
de Vallejo: no habrá tolerancia para grupos radicales. Irónico es, además, que
en una entidad tomada bajo control férreo por grupos de narcotraficantes, sin
respeto alguno por leyes ni instituciones, el gobernador Vallejo y los
empresarios locales invoquen el estado de derecho como algo que debe ser
defendido a sangre y fuego pero contra estudiantes de normales rurales... ¡Hasta
mañana!
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