domingo, 5 de agosto de 2012

Marcelino Dueñez/Enviado
05 agosto 2012

Entre luto y pesar, allegados de los trabajadores fallecidos en las minas realizaron sus respectivos sepelios

Coahuila.- ¿Cuántos accidentes hacen falta para que los de arriba pongan atención? Es la pregunta que se hacen las familias de los fallecidos en la Mina VII de AHMSA.

La madrugada de ayer fueron entregados los cuerpos de las seis personas fallecidas, cada familia les rindió tributo a su manera.

José Alfredo Zarazua Torres fue velado en la casa de sus padres. En Palaú yacía en el ataúd colocado en medio de la sala presidida por una cortina naranja y decenas de flores lo custodiaban.

“Cada que cerraba una mina yo decía, ya no vuelvo y ya no vuelvo a una mina, pero no hay de otra, hay que comer y mantener a la familia (...) tienen que ayudarnos a que traigan otros empleos que no nos pongan en riesgo, que no nos quiten a nuestros hijos” declaró el padre de Zarazúa Torres antes de romper en llanto.

A pesar de las dos inyecciones con sedantes, la madre de Zarazúa Torres no dejó de llorar desde el momento en que les dieron la noticia, sus lágrimas sólo cesaban para gritar reclamos contra la empresa minera.

“No les pagaban bien, no completaba ni para la despensa” era la frase que más repetía.

Por su parte, José Alfredo Macías Flores, padre de “Freddy” Macías Gutiérrez, responsabiliza a los sindicatos por el percance, los acusa de anteponer los intereses económicos a la vida de sus agremiados.
“Uno no dice que no se lleven las manos a la bolsa, pero que los protejan, ¡Si son de los mismos!, a la empresa lo que le interesa es el dinero, pero se supone que ellos están para ver por su integridad”, platicó el padre afuera de las capillas de velación en Múzquiz.

Hace dos semanas a “Freddy” lo ascendieron, era el supervisor de la cuadrilla, su padre ahora piensa que los 24 años de su hijo no eran suficientes para tomar decisiones a 5 kilómetros de profundidad.

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