lunes, 20 de agosto de 2012

Mercurio de la sierra de Querétaro, en la mira de mineras canadienses

Buscan terreno donde instalar una planta y hacen trámites ante la Secretaría de Economía

Regatean apoyo a ejidatarios para explotar yacimientos

Ya se integraron dos cooperativas que buscan obtener concesiones

Empresas sólo ofrecen comprarles piedras que contienen el metal

Mariana Chávez
Corresponsal
Periódico La Jornada
Lunes 20 de agosto de 2012, p. 32

Querétaro, Qro., 20 de agosto. El titular de la Secretaría de Desarrollo Sustentable (Sedesu) estatal, Gregorio Peláez Velázquez, confirmó que hay empresas de capital canadiense interesadas en el mercurio de la zona serrana. Esas firmas, cuyos nombres no reveló, ya se acercaron a las autoridades para instalar una planta denominada “banco de beneficios”, y ya realizan trámites ante la Secretaría de Economía.

El funcionario estatal indicó que las empresas ya buscan dónde instalar la planta, que reactivaría la economía en la sierra. Para no hacer a un lado a los lugareños, propietarios de las tierras donde se ubican los yacimientos pretenden que el banco sea receptor y comprador de las piedras que contienen el metal y que la compañía refine el producto.

Sin embargo, Anastasio Reséndiz, comisario del ejido Plazuelas, en el municipio de Peñamiller, considera que la explotación y venta de mercurio debe quedar en manos de los ejidatarios, quienes padecen múltiples carencias por falta de empleo y, a pesar de los riesgos, ingresan a las minas sin equipo de seguridad.

“Le he dicho al gobernador (el priísta José Calzada Rovirosa): ¡tenemos hambre! ¡Queremos comer!”, dijo Reséndiz, quien acudió al palacio de gobierno a solicitar apoyo económico para adquirir maquinaria y explotar legalmente la mina Cristo Vive. Con esa ayuda, dijo, los campesinos de Plazuelas reactivarían la economía en la localidad, donde más de mil personas subsisten en condiciones precarias y la calle principal es el lecho seco de un río.

Los habitantes de Plazuelas (a unos 190 kilómetros de esta capital) han encontrado una fuente de ingresos en la extracción y venta de mercurio en forma irregular. En este lugar, rodeado de cerros áridos, en el camino que conduce a la Sierra Gorda, la siembra y la cría de cabras y vacas dejaron de ser redituables.

En junio tres hombres perecieron en la mina El Mono –ubicada en esa localidad–, al caer a un pozo cuando buscaba mercurio, que pueden vender a un precio que va de 500 a mil pesos por kilogramo. “Es el riesgo”, dice Reséndiz. La comunidad sigue de luto.

A pesar de que el gobierno estatal ordenó vigilar las tres minas ubicadas en Plazuelas, los mineros siguen ingresando.

Para Anastasio Reséndiz, la alternativa es la extracción y venta legal del mercurio, para lo cual requieren dos millones de pesos y maquinaria. Aseguró que en enero pidió al gobernador Calzada Rovirosa un crédito para los lugareños que planean formar una cooperativa. “Me dijo que sí”.

Reséndiz aclara que sus compañeros no piden que les regalen dinero, sino un préstamo. “El precio (del mercurio) está bueno, pero ¿cómo le hago? No quiero endrogarme con otra persona, ésos piden un porcentaje. Es su obligación (del gobierno) ver por nuestro ejido”, expresó.

Mientras esperan recursos para la mina, los lugareños se dedican a juntar “piedritas”. Algunos gambusinos van al río. Con pico y pala buscan piedras que tengan franjas rojas, provenientes de las minas o arrastradas por la lluvia. Las meten en una cubeta con agua y luego las funden en hornos artesanales, que generan altos niveles de contaminación.

El titular de Sedesu indicó que hasta 2011 se habían otorgado 386 concesiones para explotación y operación de minas, pero algunas están inactivas.

Vecinos de San Joaquín, Cadereyta de Montes y Pinal de Amoles integraron dos cooperativas y realizan trámites para obtener autorización de explotación de metales y uso de explosivos, y unas 60 personas conformaron la Asociación Estatal de Mineros.

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