domingo, 5 de agosto de 2012

Los negros en tiempos de Obama

PESE AL DESEMPLEO, VIOLENCIA Y FRUSTRACIONES POLÍTICAS

La mayoría de las encuestas señalan que por lo menos 80% de los estadounidenses negros votarán por Obama


domingo, 05 de agosto de 2012


MARCELO RAIMON


WASHINGTON, DC (Apro).- En silencio, como muchas de las noticias que la afectan, la población negra de Estados Unidos padeció durante el mandato de Barack Obama el máximo índice de desempleo en la historia contemporánea. Pero según las encuestas volverá a votar por él en las próximas elecciones.

No la une tanto la simpatía por Obama como el horror de que el republicano Mitt Romney llegue a la Casa Blanca y aplique más recortes a los servicios sociales y de salud.

Por eso no sorprende que pese al desempleo, la violencia y las frustraciones políticas, la mayoría de las encuestas señalen que por lo menos 80% de los estadunidenses negros votarán por Obama, quien alcanzó un abrumador 95% de esos sufragios en noviembre de 2008, cuando ganó la presidencia.

"Estoy preocupado por las elecciones, por la posibilidad de que Obama no sea reelecto", dice Julian Bond, expresidente de la poderosa Asociación Nacional para el Progreso de la Gente de Color (NAACP, por sus siglas en inglés).

Proceso entrevista a Bond —una de las últimas leyendas vivas de la lucha por los derechos civiles de Estados Unidos— durante una pausa del documental que sobre su vida realiza el cineasta argentino Eduardo Montes Bradley.

El eventual triunfo de Romney sería "increíblemente malo no sólo para la población de Estados Unidos sino también para la del resto de los países" debido a que su visión del mundo es "sumamente sesgada de la realidad".

"Me aterroriza —añade— que esa gente (del Partido Republicano) tenga el timón en sus manos; no puedo imaginarme que eso suceda aunque —concede— cosas más extrañas han ocurrido" en la historia de este país.

Según este discípulo de Martin Luther King, Romney "no tiene convicciones". Es, dice, "una herramienta de los sectores más extremistas de su partido. Cualquier cosa que ellos digan, él está de acuerdo y hará cualquier cosa que esos grupos le indiquen... Claro, si llega a ser presidente".

SEGREGACIÓN

El miedo a un gobierno ultraconservador a partir del año próximo efectivamente alcanza a la mayoría de los afroestadunidenses, quienes celebraron en enero de 2009 la llegada al poder del "primer presidente negro" de la historia del país.

En aquel mes el índice de desempleo entre los trabajadores negros era de 12.6% (7.6% general y 6.9% para los blancos). En junio de este año, con la carrera hacia las elecciones a todo vapor, esa tasa subió hasta 14.4%, con un desempleo general del 8.2% y de 7,4% para los blancos.

Peor aún, en agosto del año pasado el índice de desempleo entre los afroestadunidenses alcanzó 16.7%, la tasa más alta desde 1984. Las mujeres de raza negra sufrieron ese mes una desocupación de 14.5%, mientras que los varones fueron afectados por un demoledor 19.1%, según reporte del Departamento del Trabajo (DOL, por sus siglas en inglés).

Con base en los números oficiales el índice de desocupación decreció durante 2011 para los blancos y los latinos pero no para los negros, quienes cerraron ese año con 15.8%.

¿Cuál es la verdadera responsabilidad de Obama en la preocupante situación económica de los estadunidenses negros?

Un análisis del Instituto de Política Económica, elaborado por el experto Algernon Austin, recuerda que la tasa de desocupación para los negros se ubicó por encima de 10% prácticamente durante los últimos 50 años.

Un informe especial del DOL, difundido en febrero pasado, señala algunas de las razones por las cuales los trabajadores negros sufren tasas de desempleo de aproximadamente el doble que los blancos. Y en general están relacionadas con el racismo.

NIVEL EDUCATIVO BAJO

El informe —La fuerza de trabajo afroamericana durante la recuperación— destaca que el año pasado cerca de 20% de los trabajadores negros fueron empleados por gobiernos locales o estatales o en dependencias del gobierno federal, comparado con 14.2% de los blancos y 10.4% de los hispanos. El informe interpreta que ello es consecuencia de las políticas de "acción afirmativa" que en las últimas décadas intentan paliar los efectos de la segregación racial.

A ello se agrega otro factor: los negros tienen niveles educativos mucho más bajos que los blancos.

Otro ejemplo de la disfuncionalidad del empleo en los afroestadunidenses: las mujeres representan más de la mitad de la población negra con empleo (53.8%) aunque ganan menos que los varones.

Un informe preparado por el Pew Research Center (PRC) y difundido en julio del año pasado mostró que la crisis financiera y la explosión de la burbuja inmobiliaria dañaron especialmente a los negros, quienes junto con los hispanos son habitualmente más vulnerables a las maniobras de especulación y al engaño bancario.

El informe del PRC indica que la riqueza de los estadunidenses de raza negra se achicó 53% entre 2005 y 2009. La riqueza de las familias de raza blanca se redujo sólo 16%. Las más desafortunadas fueron las familias hispanas: perdieron 66% de su riqueza en ese mismo periodo.

Esas pérdidas, en todo caso, se acomodaron dentro de la tendencia histórica que separa brutalmente las finanzas de los blancos y las de las minorías. El mismo reporte muestra que, en efecto, en 2009 la riqueza promedio de las familias blancas en Estados Unidos era de 113 mil 149 dólares frente a apenas 6 mil 325 dólares de los hispanos y 5 mil 677 dólares de los negros (en 2005 esos números eran 134 mil 992, 18 mil 359 y 12 mil 124 dólares, respectivamente).

EL VOTO NEGRO

Apoyados en estas cifras los analistas consideran que será interesante observar el próximo noviembre la concurrencia de los negros a las urnas; constatar qué tan altos son los niveles de entusiasmo político de familias que en apenas un lustro vieron caer su riqueza de unos 12 mil dólares a poco menos de 6 mil dólares.

De hecho los demócratas están preocupados: Obama cuenta todavía con la simpatía de la gran mayoría de los votantes de raza negra, pero está en duda cuál será el porcentaje de concurrencia a las urnas. Una pequeña baja en ese frente le puede costar, por ejemplo, perder en Carolina del Norte o poner en riesgo estados importantes como Ohio y Virginia.

Romney y los republicanos saben que no pueden contar con un apoyo importante de los votantes negros pero están en campaña para erosionar la base de Obama. El pasado 11 de julio, durante una convención de la NAACP en Boston, el candidato republicano utilizó todos esos datos.

Dijo: "Si la igualdad de oportunidades fuera un hecho consumado en Estados Unidos, entonces una economía crónicamente mala sería mala para todos (…) Pero es peor para los afroamericanos en casi todos los sentidos".

Algunas versiones que circularon en junio pasado en Washington señalaron que los asesores de campaña de Romney pensaron en la exsecretaria de Estado Condoleezza Rice, de raza negra, como posible compañera de fórmula de Romney.

LA POSICIÓN REPUBLICANA ‘NO’

"Mitt Romney está comprometido para competir por el voto afroamericano, a pesar de las desventajas", dice a Proceso Tara Wall, una de las voceras de la campaña republicana.

Wall añade que "a diferencia de Obama, Romney no da ningún voto por descontado y cada punto porcentual que podamos quitarle al presidente, cuenta". Asegura que "energizar nuestra base de republicanos, conservadores e independientes de raza negra, e incluso demócratas descontentos que están cansados de promesas rotas y políticas fracasadas, puede significar una gran diferencia en estas elecciones".

Sostiene que Romney "reconoce que no ganará la mayoría de los votos afroamericanos, pero también que el presidente Obama ya no puede contar con los grandes márgenes que disfrutó" en 2008.

Bond pide considerar un hecho: A pesar de las buenas intenciones del "primer presidente negro" de Estados Unidos, éste enfrentó grandes dificultades como jefe de la Casa Blanca.

"Nunca vi a un presidente enfrentar una oposición como la que enfrenta Obama", indica.

Explica: "El presidente enfrenta un Congreso (dominado por los republicanos) cuya única posición es ‘no’. Obama dice: ‘Yo quiero que el sol brille’ y ellos dicen ‘no’. Obama dice: ‘Hagamos de este un gran país’ y ellos responden ‘no’. Les pide elevar el salario mínimo o equiparar los estipendios de varones y mujeres y en todos los casos dicen que ‘no’".

—¿Obama enfrentó todos estos años a una oposición basada no solamente en diferencias políticas sino en el prejuicio racial?

Bond no tiene dudas: "Absolutamente", contesta,

Y precisa: "No digo que toda esta gente sea racista, pero un gran número de ellos lo es. Ellos ven la demografía del país cambiar, ven que ellos mismos se están convirtiendo en una minoría y están muy asustados. Y Obama tiene mucho que ver en esto, aunque no sea la causa".



Los rechazados



AXEL DIDRIKSSON



MÉXICO, DF (Apro).- Aunque el término no explica del todo las movilizaciones de estudiantes rechazados que ocurren año con año desde hace décadas en el país (porque las instituciones de educación media superior y superior, per se, no rechazan sino que están al borde de su saturación), en la realidad más de medio millón de jóvenes que alcanzaron a realizar un examen de colocación en el presente ciclo escolar —a los que habrá que sumar los que nunca encuentran posibilidades adecuadas para concluir sus estudios en estos niveles (¡la mitad de la población de 24 años y más!)— se sienten profundamente rechazados y es esto lo que hay que atender y analizar con seriedad.

La frustración que padecen miles de jóvenes año con año —tanto en la zona metropolitana de la Ciudad de México (donde se encuentra la mayor concentración de instituciones de nivel medio y superior) como en todo el país— va de la mano con su muy pobre formación educativa y cultural, que se va acumulando desde la educación básica y tiene enormes consecuencias negativas en sus trayectorias de vida, laborales, en sus niveles de ingreso y de promoción ocupacional. La diferenciación y desigualdad que se vive en el conjunto del sistema educativo va desescolarizando, precisamente a partir de exámenes y pruebas, a grandes segmentos de la población en relación con su condición económica y familiar, su ubicación territorial, su sector social y cultural y hasta por razones de género. Los exámenes de ingreso que se realizan por parte de las instituciones de educación media superior y superior refuerzan estos elementos de inequidad y los reproducen en sus niveles escolares correspondientes. Ser mujer, vivir en una población rural o indígena, hablar una lengua y poseer una cultura ancestral o ser joven en un barrio marginal en ciudades medianas o grandes, son motivos que hacen que estas personas cuenten con menos posibilidades de continuar sus estudios, por encima de sus talentos, capacidades de interculturalidad o a pesar del éxito que hayan alcanzado en sus trayectorias escolares.

Se trata de la organización histórica de un proceso de escolarización socialmente negativo, convulsivo e ineficaz, para una sociedad que pudiera aprovechar sus grandes capacidades humanas a favor de un desarrollo con bienestar para todos, pero que hace lo contrario. Todo está previsto para ir expulsando a miles y miles de estudiantes año con año, por medio de mecanismos extraeducativos y escolares (una enseñanza orientada a pasar exámenes durante cada ciclo y nivel, pero que ni siquiera los prepara bien para contestar todas las pruebas a las que son sometidos) que se traducen en trabas burocráticas que generan inmensas filas de jóvenes y luego de adultos que no alcanzan a ubicarse en sectores laborales y salariales formales, que les permitan algún tipo de movilidad ocupacional y bienestar familiar.

El gran tema de los rechazados, por tanto, no es sólo que se exijan más lugares donde puedan ubicarse en sus grupos de edad educativos (porque las escuelas no son estacionamientos), sino que lo que está en juego es lo que se enseña y se aprende en esos lugares de estudio, porque eso les impide construir trayectorias que hagan posible que todos, independientemente de su origen social, cultural o género, puedan a su manera aprender y seguir aprendiendo durante toda su vida y obtener de forma significativa conocimientos imprescindibles.

Durante años los estudiantes rechazados han demandando un espacio para educarse en el bachillerato y en las universidades que ellos quieren. Sin embargo, para los responsables de las limitaciones e ineficiencias que de forma provocada se mantienen en el sistema educativo nacional, la respuesta siempre ha sido fatal y equivocada: Para el caso ahora les ofrecen opciones que los estudiantes no quieren, fabrican salidas para darles "atole con el dedo" (como una feria de recolocación y de ofertas de estudio con la imagen de un mercado) cuando ha llegado el momento de trascender y preguntarles ¿qué hicieron durante su periodo de burócratas para resolver algo de lo que ya tenían conocimiento: El gran desfase entre oferta y demanda en el bachillerato y en la educación superior? Deberían aplicárseles sanciones a estos funcionarios por no haber atendido este problema añejo y socialmente muy agudo, desde la perspectiva de la garantía de los derechos humanos.

Asimismo ahora los estudiantes tienen la iniciativa y una excelente coyuntura: Una movilización de jóvenes muy amplia que cuenta con un gran respaldo de parte de la sociedad civil organizada. Es por ello que deben orientar sus esfuerzos en definir compromisos de corto y mediano plazos con las autoridades educativas para una solución de fondo y no aceptar, otra vez, paliativos. Deben exigir la creación de una Universidad Autónoma (tipo UNAM) con recursos federales para cada estado de la República y para el Distrito Federal, organizar una propuesta de nueva oferta educativa centrada en nuevas carreras, una currícula moderna centrada en el aprendizaje de habilidades, capacidades múltiples, complejidad e interdisciplina (tirar al bote de la basura el bodrio que inventó la SEP de un "currículum por competencias") y garantizar recursos financieros ampliados para hacer posible una verdadera expansión en la educación universitaria y el bachillerato, con becas de permanencia y logro en los estudios y recursos para que el egresado pueda contar con la posibilidad de una inversión productiva que le permita incorporarse de forma exitosa al mercado laboral.

Sin estos compromisos a los que les pueda dar seguimiento una comisión ciudadana organizada ex profeso, que acompañe la realización de los acuerdos, para los próximos meses lo que hoy se asume como un rechazo educativo podrá convertirse en una conciencia crítica monumental de indignados cada vez más activos e irreverentes.

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