El destino económico de Coahuila está ligado irremediablemente a las instituciones financieras. Al menos por los próximos 30 años de deuda pública contratada. Bajo esa circunstancia cualquier aleteo que haga una mariposa dentro de un banco causa un terremoto en la entidad. Me explico.
El pasado 7 de octubre el directivo que prestó 11 mil 353 millones de pesos al estado el sexenio anterior, Carlos Hank González, renunció a Grupo Financiero Interacciones y tomó posesión el primer día de 2015 como Presidente del Consejo de Administración de Banorte, a fin de: “fortalecer el gobierno corporativo del grupo”, informó en un comunicado de prensa.
Dicho movimiento, por consecuencia, debilitó a Interacciones. El día que se anunció inmediatamente sus acciones disminuyeron 1.41 por ciento en la Bolsa Mexicana de Valores (BMV), en cambio, las de Banorte crecieron 2.01 por ciento. Y aquí viene lo más importante: la tendencia sigue a la baja para nuestros socios: el 7 de octubre sus acciones valían 111 pesos y el 5 de enero se depreciaron hasta 93. Es decir, cayeron 17 por ciento en sólo tres meses.
Un fenómeno inédito pues durante los primeros 365 días cotizando en la BMV (de octubre 2013 a octubre 2014) el valor de sus títulos había aumentado 67 por ciento.
¿Por qué debe preocuparnos lo que suceda en Grupo Interacciones? Ahí le va. Si bien 16 bancos diferentes intervienen en la deuda pública del estado, el 31.8 por ciento de ésta le corresponde a Interacciones. Dicho de otra forma: uno de cada tres pesos que se pidieron de 2009 a 2011.
Y cada mes, Coahuila le paga 70 millones 355 mil pesos en promedio, ojo al dato, ¡sólo de intereses! Eso significa 97 mil 700 pesos por hora y esto acabará, si bien va, hasta 2040. ¿No le resulta por lo menos insultante?
Nuestro estado representa para el Grupo el 20 por ciento de su cartera de crédito total. Así de unidos están ambos. El buen funcionamiento de uno depende del otro. La agencia calificadora que se dedica a proyectar riesgos, Fitch Ratings, lo dejó por escrito en agosto de 2011: “Coahuila es la mayor exposición de Interacciones (aproximadamente dos veces el capital contable del banco)”.
¿Qué pasará en Coahuila si Banco Interacciones se fusiona con Banorte?, ¿o mejor dicho, si Banorte lo incorpora?, ¿en manos de quién caemos y cómo nos afectará eso? Justo es decirlo: las piezas van acomodándose en esa dirección.
Cuestión de identificar el efecto durante 2015. Porque los bancos no son seres inertes como las instituciones de gobierno. Son proactivos, al contrario. Y nunca pierden, por lo demás.
Se dirá que los cinco contratos que se firmaron con Interacciones están consolidados, que no se pueden alterar. Sin embargo de 2011 a la fecha esos mismos documentos han sufrido modificaciones. Primero, la restructuración de la deuda (que básicamente sirvió para eliminar el nombre de Javier Villarreal en los papeles); después, la prórroga que se negoció para pagarla no a 20 sino a 30 años de plazo.
Y lo más importante: a Interacciones le han abonado 2 mil 673 millones de pesos de octubre 2011 a diciembre 2014, a razón de 2 millones 345 mil pesos al día. Pero sólo 232 millones del total han contribuido a disminuir el capital. El resto ha sido dinero tirado a la basura.
Por si fuera poco fue “detectado” (ese verbo utiliza la Auditoría Superior del Estado) un pago de 50 millones de pesos por “honorarios” que Gobierno del Estado le depositó en 2012. El equivalente al presupuesto de la Secretaría de la Función Pública en 2015.
Cortita y al pie
Un detalle para dimensionar la complicidad: los créditos que autorizaron Banorte y BBVA-Bancomer a Coahuila fueron justificados para algo en específico (“refinanciar cadenas productivas”, por ejemplo); sin embargo en el caso de Interacciones aparecen en blanco, sin una finalidad concreta, y con información pública burdamente borrada de los documentos antes de su exhibición -durante unos días- en el sitio de la Secretaría de Finanzas en Internet.
La última y nos vamos
El Grupo Financiero Interacciones va en picada y de algún cliente se tendrá que valer para evitar el desplome. Que 2015 nos agarre confesados en Coahuila.
No hay comentarios:
Publicar un comentario