Luis Ignacio Ayala. El acusador. Foto: Sinaloa Deportes |
Los Yaquis de Ciudad Obregón y la Liga Mexicana del Pacífico fueron demandados por uno de los pícheres mexicanos más destacados de los últimos años. Luis Ignacio Ayala “El Chicote” realizó graves acusaciones: Los equipos bloquean jugadores, incumplen con los pagos acordados, realizan ofrecimientos contra la norma, no aseguran a los deportistas y las pruebas antidoping son soslayadas. “Es un berrinche” del pelotero, sostiene el presidente de la liga.
MÉXICO, D.F. (Proceso).- El beisbolista Luis Ignacio Ayala El Chicote demandó al club Yaquis de Ciudad Obregón y a la Liga Mexicana del Pacífico (LMP) ante la Junta Local de Conciliación y Arbitraje de Sinaloa por haberle negado el derecho a trabajar en México durante la temporada 2013-2014.
El jugador reclama el pago de prestaciones económicas. Considera que el presidente de los Yaquis, el político priista René Arturo Rodríguez, y el de la LMP, Omar Canizales, lo “congelaron” en represalia por haber solicitado que el club pagara a los jugadores un bono prometido en 2012 si obtenían el tricampeonato en la liga, lo que ocurrió.
“Esta demanda no es por dinero simplemente. Peleo los derechos de un trabajador. Los tiempos de la esclavitud ya pasaron y hay que decírselo a esta gente”, declara en entrevista con Proceso.
“(Los beisbolistas) no tenemos derechos, aquí te puedes estar el resto de tu vida congelado. No puedo participar en ninguna liga del Caribe si ellos (los empresarios) no dan mi baja o dan el permiso. El reglamento los favorece. ¿El jugador dónde queda? Esto es un esquema de esclavos. No tenemos opción. Somos mercancía. Nadie había demandado antes porque tienen miedo. Hay peloteros que fueron congelados y no pueden hablar porque quieren reincorporarse.”
Omar Canizales dice que le consta que Rodríguez hizo todo lo posible por cambiar a Ayala de equipo, pero que por tratarse de un jugador “problemático” y con un salario muy alto ningún club se interesó. Asegura que el pelotero se está haciendo la víctima y que su intención es desprestigiar a la LMP para formar un sindicato.
–El problema es que Luis Ignacio tiene un ego muy grande y cree que todos los equipos lo quieren –asevera el presidente de la liga.
–¿El jugador es libre de contratarse con quien quiera o necesita tener una carta de libertad del club al cual pertenece? –se le pregunta.
–Digamos que se tiene que seguir un proceso.
–¿Los jugadores son propiedad de los equipos?
–No son propiedad. Forman parte de la reserva de los equipos. En su momento, a cambio del jugador, los Yaquis dieron a tres jugadores más y entregaron otras cosas. Entonces, el club tiene derecho a tratar de encontrar un cambio que le convenga para recuperar lo que en su momento invirtió.
–Cuesta creer que ningún equipo quiso a Luis Ignacio…
–Es una impresión tuya. Los Yaquis pidieron ciertos requisitos a un club en particular que sí lo quería, pero ese club no los quiso cumplir. Esa es una evidencia de que no hay bloqueo. En la LMP hay equipos modestos que no pueden pagar el salario de El Chicote. Un jugador como él rompe todo el tabulador de salarios. En los otros dos o tres equipos que sí pueden pagarle él ya ha jugado y salió con problemas. Él y nadie más es responsable de lo que está sucediendo.
Luis Ignacio Ayala, de 36 años, ha jugado 12 temporadas en la LMP. Comenzó con Cañeros de Los Mochis (1997-2001), Tomateros de Culiacán (2001-2005 y 2009-2010) y posteriormente Caballeros Águila de Mexicali, donde picheó parte de la temporada 2010-2011. Luego fue cambiado a los Yaquis de Ciudad Obregón, con los que ha sido campeón tres veces. También ha jugado en Estados Unidos durante 10 años.
Las normas del beisbol permiten que dispute tanto las Grandes Ligas –que tienen lugar en verano– como la liga mexicana, que es invernal. En la Unión Americana no tiene impedimentos para pichear. De hecho, tiene una invitación para probarse con los Nationals de Washington. Su problema es en México y en los torneos del Caribe.
El jugador relata que, en el último partido de la campaña 2012-2013, Obregón enfrentó como visitante a los Mayos de Navojoa. El día del partido se presentaron en el vestidor el gerente general de los Yaquis, Francisco Minjárez, y el gerente deportivo, Manuel Vélez, quienes ofrecieron a los jugadores el pago de un bono si conseguían el tricampeonato.
Los Yaquis barrieron en la serie final a Mexicali y consiguieron el resultado histórico. Antes de que el equipo partiera para participar en la Serie del Caribe 2013, los peloteros reclamaron el pago del bono, pero René Arturo Rodríguez se negó a dárselos. Entonces, un grupo de inconformes se entrevistó con Omar Canizales para que intercediera, pero como en la LMP está prohibido el pago de bonos o primas nadie recibió un peso.
Los jugadores incluso se reunieron con Alejandro Irarragorri, representante de Grupo Modelo –empresa dueña de los Yaquis y de los Venados de Mazatlán–, pero tampoco les dio una solución.
El Chicote Ayala expone que él fue identificado como el líder de ese reclamo, y desde entonces cayó de la gracia de René Arturo Rodríguez:
“Al presidente no le gustó que lo fuéramos a ver y a mí se me señaló como el cabecilla del borlote, pero todo el equipo estaba descontento. De las oficinas de la LMP salieron rumores de que no íbamos a jugar en la Serie del Caribe porque no nos habían dado el bono. Nosotros hubiéramos ganado, con o sin bono: Para eso nos pagan y nos gusta nuestro trabajo; pero si dijeron que lo iban a dar, que lo paguen. Todos nos partimos el alma para lograr el tricampeonato.”
“Entonces a mí ni me contrataron los Yaquis (la siguiente temporada) ni me dejaron libre. Por eso es la demanda –prosigue–, porque se me bloqueó para conseguir trabajo. Tuve ofertas de Venezuela y de República Dominicana y no quisieron dejarme libre. Si el club no estaba interesado en mí no me tiene que contratar a fuerzas. Culiacán quiso contratarme y no se hizo.”
–¿Ha tenido alguna mala conducta o comportamiento que justificara que nadie haya querido contratarlo? –se le inquiere.
–Mi carrera habla de mi comportamiento. Si fuera conflictivo no tuviera una carrera de 18 años. Desafortunadamente no me dejo de los directivos. Esa es una de las cosas por las cuales tomaron esta medida; les hice ver que los peloteros tenemos derechos. Soy un jugador consolidado en Grandes Ligas, donde he estado 10 años (Atlanta, Baltimore, Yanquis y Washington, entre otros equipos), y ahí sí se hacen valer los derechos de los peloteros. En esta liga, no. Aquí siempre congelan jugadores.
El pícher manifiesta que existen otras irregularidades: “No nos dan ni copia del contrato que firmamos. Yo les he exigido la copia porque sé que tengo derecho, y me la han dado a fuerzas, pero al que no exige no le dan nada. Ellos (los dueños) en cualquier momento pueden decirte: ‘Ya no te quiero, que te vaya bien’. En 2012 yo tenía un arreglo de palabra de mi sueldo, y cuando me mandaron llamar para firmar resulta que ya era menos dinero. Por eso me fui del equipo un mes, me molesté. No estuve conforme con René Arturo, me dio su palabra y me salió con esto. Ya después arreglamos, entre comillas, las cosas. Juan Gabriel Castro (el manager del equipo en ese momento) me convenció y volví.”
El manejo de los salarios es otro problema en los Yaquis, denuncia el jugador: “Inclusive ya en la Serie del Caribe me di cuenta de otra cosa: Se supone que el equipo te registra con la cantidad que te paga y los Yaquis a mí me registraron con una cantidad mucho más baja de lo que ganaba. Para sorpresa mía, cuando recibo el pago viene mucho más corto. Esas cosas son las que debería arreglar Canizales, porque él tiene copias de todos los contratos. Ahí hay un acuerdo entre ellos, eso está mal. El presidente de la liga no debe ser mangoneado por los equipos”.
–Los bonos están prohibidos. Reclamaban algo ilegal –se le comenta.
–Es un secreto a voces. Supuestamente no hay y están prohibidos, pero todos los equipos pagan primas. Ellos cometieron el acto ilegal de ir a ofrecernos los bonos. Siempre esconden que lo dan, pero sí lo hacen. Obregón aquí no cumplió y las represalias las estoy pagando yo por ir a exigir al club que cumpliera.
–¿La demanda pondrá fin a su carrera en la Liga del Pacífico?
–Estoy casi seguro de que van a tomar esa medida porque no van a dejar que nadie les diga la verdad. No puedo acusar a todos los dueños o presidentes de los equipos, pero desgraciadamente me topé con un presidente (Rodríguez) que no sabe de beisbol, que nada más está buscando caer bien en beneficio de su carrera política, porque es regidor en Ciudad Obregón (municipio de Cajeme). Y me topé con un presidente que no es presidente, que nada más ve su bienestar y el de algunos dueños.
René Arturo Rodríguez rechazó una solicitud de entrevista con Proceso. Argumentó que no han sido notificados de la demanda y, mientras así sea, no hará declaraciones.
Ayala interpuso la denuncia el pasado 7 de febrero y, según el portal www.purobeisbol.com, lo hizo en Sinaloa y no en Sonora, donde están las oficinas del club y de la liga. Lo decidió así por el puesto político de Rodríguez. El Chicote teme que el presidente de los Yaquis eche mano de sus relaciones políticas para estancar el proceso judicial.
El problema de organizarse
El jugador está convencido de que a los directivos les molestó que creara la asociación civil Big Leaguers Charity con jugadores en activo y en retiro de Grandes Ligas –entre ellos Fernando Valenzuela, Teodoro Higuera, Esteban Loaiza, Antonio Osuna, Luis Alonso Mendoza, Armando Reynoso, Ismael Valdez, Ricardo Rincón y Víctor Álvarez–. Ese grupo, asevera, recauda fondos para que la academia de beisbol Chicote Ayala detecte y prepare talentos, de forma gratuita. “Con lo del Big Leaguers Charity tampoco están de acuerdo, nos bloquearon hasta los patrocinios. Pienso que de ahí también nacen las represalias”, sostiene.
El pelotero retoma las acusaciones contra la LMP: “No hacen antidóping, si te arreglas con un equipo, bien, y si no, ya te quedaste sin jugar; no hay seguros médicos; René Arturo bloqueó a Hugo Castellanos y a Mario Mendoza para ir a la Serie del Caribe porque tuvo problemas con ellos”.
Omar Canizales asegura lo contrario. “Tenemos pólizas que cubren a los jugadores todo el año aunque no estén jugando; te puedo compartir los controles antidopaje y el manejo que damos a los que les encontramos ciertas sustancias. El señor Ayala está tratando de afectar a la liga. Él quiere crear un sindicato y quiere desacreditar algo que durante tantos años se ha llevado de buena manera. Me da tristeza que cuando él no forma parte de esto lo quiere desacreditar. Ahora resulta que platicamos de esto en lugar de que hablemos de que México por primera vez es bicampeón en la Serie del Caribe, que la liga ha sido más difundida, que tiene más atenciones con los jugadores. Estoy en total desacuerdo. Tengo pruebas de todo”.
Este semanario solicitó al directivo copia de los reglamentos y estatutos con los que opera la LMP, así como los resultados de los controles antidopaje –que no encarga al Laboratorio de la Conade, certificado el año pasado por la Agencia Mundial Antidopaje–. Canizales se comprometió a consultarlo con la asamblea de presidentes de los ocho equipos que la integran y, sólo si ellos lo autorizan, entregar esa documentación.
El dirigente deportivo expresa que los otros 13 jugadores que fueron a pedir el pago del bono siguen en los Yaquis o fueron contratados por otro equipo. Incluso el lanzador Héctor Navarro –que no jugó la mitad de la temporada y pidió públicamente que se le dejara en libertad– “firmó con Culiacán. No hay bloqueos”, insiste.
–Entonces los equipos no quisieron a El Chicote porque es un jugador problemático… –se le dice.
–Totalmente. Eso no significa que no se le haya promovido.
–¿No cumple con su trabajo? ¿Llega tarde a entrenar?
–No te puedo decir eso. Tú sabes que una persona aunque llegue a tiempo y cumpla con su trabajo puede jugar un rol extraño dentro de la organización.
–¿Es negativo? ¿Desestabiliza los equipos?
–No quiero decir esas palabras porque no debo hacerlo. Él cree que todo lo que hace es correcto y cuando quieres dialogar con él es muy difícil. Cuando me habló para arreglar este problema le dije que fuera a las oficinas de la LMP. “Es que no puedo”. Le dije: “Dices que es importante y no puedes”. “Es que no sé dónde voy a estar”. Le agendé una cita para el 20 de diciembre porque él me la pidió para esa fecha, y no fue. Le filtró a los medios la carta que le mandé citándolo. No estás hablando con una blanca paloma. No es un interlocutor que tenga validez para decir lo que dice.
–¿Es un berrinche? ¿El jugador no tiene la razón?
–Sí, es un berrinche. No tiene la razón. Varios jugadores en algún momento no han jugado y han regresado a la LMP porque han estado dispuestos a negociar. Al que no alcanza roster (la lista final de jugadores) se le da la libertad de que vaya a jugar a la Liga Veracruzana o donde sea, pero tiene que acogerse a los reglamentos. Hay un código de conducta y en el caso de las ligas caribeñas hay un proceso. Ellos hacen una solicitud al club, el club a la liga, y la liga, una vez que el club al que pertenece lo autoriza, emite su aval.
La temporada regular de la LMP se juega entre octubre y diciembre de cada año. Durante enero se realizan los playoffs y el equipo ganador de la Serie Final representa a México en la Serie del Caribe, que este año ganaron los Naranjeros de Hermosillo. Su máximo atractivo es que los equipos contratan a peloteros que juegan en Grandes Ligas o que están en desarrollo en las sucursales de esos equipos.
Aunque es un torneo de clubes, el equipo ganador participa en calidad de “selección nacional”, conformada por jugadores mexicanos y extranjeros. Por ejemplo: El roster de la selección de este año está integrado por 28 peloteros, entre los que hay 10 foráneos.
La Ley General de Cultura Física y Deporte obliga a todas las selecciones nacionales a someterse a controles antidopaje antes de viajar al país donde representarán a México. Eso nunca ha ocurrido con los equipos de la LMP. Paradójicamente, tanto Bernardo de la Garza en 2011 y 2012, como Jesús Mena en 2013, en su calidad de directores de la Conade, abanderaron a los Yaquis de Ciudad Obregón antes de participar en la Serie del Caribe de esos años.
MÉXICO, D.F. (Proceso).- El beisbolista Luis Ignacio Ayala El Chicote demandó al club Yaquis de Ciudad Obregón y a la Liga Mexicana del Pacífico (LMP) ante la Junta Local de Conciliación y Arbitraje de Sinaloa por haberle negado el derecho a trabajar en México durante la temporada 2013-2014.
El jugador reclama el pago de prestaciones económicas. Considera que el presidente de los Yaquis, el político priista René Arturo Rodríguez, y el de la LMP, Omar Canizales, lo “congelaron” en represalia por haber solicitado que el club pagara a los jugadores un bono prometido en 2012 si obtenían el tricampeonato en la liga, lo que ocurrió.
“Esta demanda no es por dinero simplemente. Peleo los derechos de un trabajador. Los tiempos de la esclavitud ya pasaron y hay que decírselo a esta gente”, declara en entrevista con Proceso.
“(Los beisbolistas) no tenemos derechos, aquí te puedes estar el resto de tu vida congelado. No puedo participar en ninguna liga del Caribe si ellos (los empresarios) no dan mi baja o dan el permiso. El reglamento los favorece. ¿El jugador dónde queda? Esto es un esquema de esclavos. No tenemos opción. Somos mercancía. Nadie había demandado antes porque tienen miedo. Hay peloteros que fueron congelados y no pueden hablar porque quieren reincorporarse.”
Omar Canizales dice que le consta que Rodríguez hizo todo lo posible por cambiar a Ayala de equipo, pero que por tratarse de un jugador “problemático” y con un salario muy alto ningún club se interesó. Asegura que el pelotero se está haciendo la víctima y que su intención es desprestigiar a la LMP para formar un sindicato.
–El problema es que Luis Ignacio tiene un ego muy grande y cree que todos los equipos lo quieren –asevera el presidente de la liga.
–¿El jugador es libre de contratarse con quien quiera o necesita tener una carta de libertad del club al cual pertenece? –se le pregunta.
–Digamos que se tiene que seguir un proceso.
–¿Los jugadores son propiedad de los equipos?
–No son propiedad. Forman parte de la reserva de los equipos. En su momento, a cambio del jugador, los Yaquis dieron a tres jugadores más y entregaron otras cosas. Entonces, el club tiene derecho a tratar de encontrar un cambio que le convenga para recuperar lo que en su momento invirtió.
–Cuesta creer que ningún equipo quiso a Luis Ignacio…
–Es una impresión tuya. Los Yaquis pidieron ciertos requisitos a un club en particular que sí lo quería, pero ese club no los quiso cumplir. Esa es una evidencia de que no hay bloqueo. En la LMP hay equipos modestos que no pueden pagar el salario de El Chicote. Un jugador como él rompe todo el tabulador de salarios. En los otros dos o tres equipos que sí pueden pagarle él ya ha jugado y salió con problemas. Él y nadie más es responsable de lo que está sucediendo.
Luis Ignacio Ayala, de 36 años, ha jugado 12 temporadas en la LMP. Comenzó con Cañeros de Los Mochis (1997-2001), Tomateros de Culiacán (2001-2005 y 2009-2010) y posteriormente Caballeros Águila de Mexicali, donde picheó parte de la temporada 2010-2011. Luego fue cambiado a los Yaquis de Ciudad Obregón, con los que ha sido campeón tres veces. También ha jugado en Estados Unidos durante 10 años.
Las normas del beisbol permiten que dispute tanto las Grandes Ligas –que tienen lugar en verano– como la liga mexicana, que es invernal. En la Unión Americana no tiene impedimentos para pichear. De hecho, tiene una invitación para probarse con los Nationals de Washington. Su problema es en México y en los torneos del Caribe.
El jugador relata que, en el último partido de la campaña 2012-2013, Obregón enfrentó como visitante a los Mayos de Navojoa. El día del partido se presentaron en el vestidor el gerente general de los Yaquis, Francisco Minjárez, y el gerente deportivo, Manuel Vélez, quienes ofrecieron a los jugadores el pago de un bono si conseguían el tricampeonato.
Los Yaquis barrieron en la serie final a Mexicali y consiguieron el resultado histórico. Antes de que el equipo partiera para participar en la Serie del Caribe 2013, los peloteros reclamaron el pago del bono, pero René Arturo Rodríguez se negó a dárselos. Entonces, un grupo de inconformes se entrevistó con Omar Canizales para que intercediera, pero como en la LMP está prohibido el pago de bonos o primas nadie recibió un peso.
Los jugadores incluso se reunieron con Alejandro Irarragorri, representante de Grupo Modelo –empresa dueña de los Yaquis y de los Venados de Mazatlán–, pero tampoco les dio una solución.
El Chicote Ayala expone que él fue identificado como el líder de ese reclamo, y desde entonces cayó de la gracia de René Arturo Rodríguez:
“Al presidente no le gustó que lo fuéramos a ver y a mí se me señaló como el cabecilla del borlote, pero todo el equipo estaba descontento. De las oficinas de la LMP salieron rumores de que no íbamos a jugar en la Serie del Caribe porque no nos habían dado el bono. Nosotros hubiéramos ganado, con o sin bono: Para eso nos pagan y nos gusta nuestro trabajo; pero si dijeron que lo iban a dar, que lo paguen. Todos nos partimos el alma para lograr el tricampeonato.”
“Entonces a mí ni me contrataron los Yaquis (la siguiente temporada) ni me dejaron libre. Por eso es la demanda –prosigue–, porque se me bloqueó para conseguir trabajo. Tuve ofertas de Venezuela y de República Dominicana y no quisieron dejarme libre. Si el club no estaba interesado en mí no me tiene que contratar a fuerzas. Culiacán quiso contratarme y no se hizo.”
–¿Ha tenido alguna mala conducta o comportamiento que justificara que nadie haya querido contratarlo? –se le inquiere.
–Mi carrera habla de mi comportamiento. Si fuera conflictivo no tuviera una carrera de 18 años. Desafortunadamente no me dejo de los directivos. Esa es una de las cosas por las cuales tomaron esta medida; les hice ver que los peloteros tenemos derechos. Soy un jugador consolidado en Grandes Ligas, donde he estado 10 años (Atlanta, Baltimore, Yanquis y Washington, entre otros equipos), y ahí sí se hacen valer los derechos de los peloteros. En esta liga, no. Aquí siempre congelan jugadores.
El pícher manifiesta que existen otras irregularidades: “No nos dan ni copia del contrato que firmamos. Yo les he exigido la copia porque sé que tengo derecho, y me la han dado a fuerzas, pero al que no exige no le dan nada. Ellos (los dueños) en cualquier momento pueden decirte: ‘Ya no te quiero, que te vaya bien’. En 2012 yo tenía un arreglo de palabra de mi sueldo, y cuando me mandaron llamar para firmar resulta que ya era menos dinero. Por eso me fui del equipo un mes, me molesté. No estuve conforme con René Arturo, me dio su palabra y me salió con esto. Ya después arreglamos, entre comillas, las cosas. Juan Gabriel Castro (el manager del equipo en ese momento) me convenció y volví.”
El manejo de los salarios es otro problema en los Yaquis, denuncia el jugador: “Inclusive ya en la Serie del Caribe me di cuenta de otra cosa: Se supone que el equipo te registra con la cantidad que te paga y los Yaquis a mí me registraron con una cantidad mucho más baja de lo que ganaba. Para sorpresa mía, cuando recibo el pago viene mucho más corto. Esas cosas son las que debería arreglar Canizales, porque él tiene copias de todos los contratos. Ahí hay un acuerdo entre ellos, eso está mal. El presidente de la liga no debe ser mangoneado por los equipos”.
–Los bonos están prohibidos. Reclamaban algo ilegal –se le comenta.
–Es un secreto a voces. Supuestamente no hay y están prohibidos, pero todos los equipos pagan primas. Ellos cometieron el acto ilegal de ir a ofrecernos los bonos. Siempre esconden que lo dan, pero sí lo hacen. Obregón aquí no cumplió y las represalias las estoy pagando yo por ir a exigir al club que cumpliera.
–¿La demanda pondrá fin a su carrera en la Liga del Pacífico?
–Estoy casi seguro de que van a tomar esa medida porque no van a dejar que nadie les diga la verdad. No puedo acusar a todos los dueños o presidentes de los equipos, pero desgraciadamente me topé con un presidente (Rodríguez) que no sabe de beisbol, que nada más está buscando caer bien en beneficio de su carrera política, porque es regidor en Ciudad Obregón (municipio de Cajeme). Y me topé con un presidente que no es presidente, que nada más ve su bienestar y el de algunos dueños.
René Arturo Rodríguez rechazó una solicitud de entrevista con Proceso. Argumentó que no han sido notificados de la demanda y, mientras así sea, no hará declaraciones.
Ayala interpuso la denuncia el pasado 7 de febrero y, según el portal www.purobeisbol.com, lo hizo en Sinaloa y no en Sonora, donde están las oficinas del club y de la liga. Lo decidió así por el puesto político de Rodríguez. El Chicote teme que el presidente de los Yaquis eche mano de sus relaciones políticas para estancar el proceso judicial.
El problema de organizarse
El jugador está convencido de que a los directivos les molestó que creara la asociación civil Big Leaguers Charity con jugadores en activo y en retiro de Grandes Ligas –entre ellos Fernando Valenzuela, Teodoro Higuera, Esteban Loaiza, Antonio Osuna, Luis Alonso Mendoza, Armando Reynoso, Ismael Valdez, Ricardo Rincón y Víctor Álvarez–. Ese grupo, asevera, recauda fondos para que la academia de beisbol Chicote Ayala detecte y prepare talentos, de forma gratuita. “Con lo del Big Leaguers Charity tampoco están de acuerdo, nos bloquearon hasta los patrocinios. Pienso que de ahí también nacen las represalias”, sostiene.
El pelotero retoma las acusaciones contra la LMP: “No hacen antidóping, si te arreglas con un equipo, bien, y si no, ya te quedaste sin jugar; no hay seguros médicos; René Arturo bloqueó a Hugo Castellanos y a Mario Mendoza para ir a la Serie del Caribe porque tuvo problemas con ellos”.
Omar Canizales asegura lo contrario. “Tenemos pólizas que cubren a los jugadores todo el año aunque no estén jugando; te puedo compartir los controles antidopaje y el manejo que damos a los que les encontramos ciertas sustancias. El señor Ayala está tratando de afectar a la liga. Él quiere crear un sindicato y quiere desacreditar algo que durante tantos años se ha llevado de buena manera. Me da tristeza que cuando él no forma parte de esto lo quiere desacreditar. Ahora resulta que platicamos de esto en lugar de que hablemos de que México por primera vez es bicampeón en la Serie del Caribe, que la liga ha sido más difundida, que tiene más atenciones con los jugadores. Estoy en total desacuerdo. Tengo pruebas de todo”.
Este semanario solicitó al directivo copia de los reglamentos y estatutos con los que opera la LMP, así como los resultados de los controles antidopaje –que no encarga al Laboratorio de la Conade, certificado el año pasado por la Agencia Mundial Antidopaje–. Canizales se comprometió a consultarlo con la asamblea de presidentes de los ocho equipos que la integran y, sólo si ellos lo autorizan, entregar esa documentación.
El dirigente deportivo expresa que los otros 13 jugadores que fueron a pedir el pago del bono siguen en los Yaquis o fueron contratados por otro equipo. Incluso el lanzador Héctor Navarro –que no jugó la mitad de la temporada y pidió públicamente que se le dejara en libertad– “firmó con Culiacán. No hay bloqueos”, insiste.
–Entonces los equipos no quisieron a El Chicote porque es un jugador problemático… –se le dice.
–Totalmente. Eso no significa que no se le haya promovido.
–¿No cumple con su trabajo? ¿Llega tarde a entrenar?
–No te puedo decir eso. Tú sabes que una persona aunque llegue a tiempo y cumpla con su trabajo puede jugar un rol extraño dentro de la organización.
–¿Es negativo? ¿Desestabiliza los equipos?
–No quiero decir esas palabras porque no debo hacerlo. Él cree que todo lo que hace es correcto y cuando quieres dialogar con él es muy difícil. Cuando me habló para arreglar este problema le dije que fuera a las oficinas de la LMP. “Es que no puedo”. Le dije: “Dices que es importante y no puedes”. “Es que no sé dónde voy a estar”. Le agendé una cita para el 20 de diciembre porque él me la pidió para esa fecha, y no fue. Le filtró a los medios la carta que le mandé citándolo. No estás hablando con una blanca paloma. No es un interlocutor que tenga validez para decir lo que dice.
–¿Es un berrinche? ¿El jugador no tiene la razón?
–Sí, es un berrinche. No tiene la razón. Varios jugadores en algún momento no han jugado y han regresado a la LMP porque han estado dispuestos a negociar. Al que no alcanza roster (la lista final de jugadores) se le da la libertad de que vaya a jugar a la Liga Veracruzana o donde sea, pero tiene que acogerse a los reglamentos. Hay un código de conducta y en el caso de las ligas caribeñas hay un proceso. Ellos hacen una solicitud al club, el club a la liga, y la liga, una vez que el club al que pertenece lo autoriza, emite su aval.
La temporada regular de la LMP se juega entre octubre y diciembre de cada año. Durante enero se realizan los playoffs y el equipo ganador de la Serie Final representa a México en la Serie del Caribe, que este año ganaron los Naranjeros de Hermosillo. Su máximo atractivo es que los equipos contratan a peloteros que juegan en Grandes Ligas o que están en desarrollo en las sucursales de esos equipos.
Aunque es un torneo de clubes, el equipo ganador participa en calidad de “selección nacional”, conformada por jugadores mexicanos y extranjeros. Por ejemplo: El roster de la selección de este año está integrado por 28 peloteros, entre los que hay 10 foráneos.
La Ley General de Cultura Física y Deporte obliga a todas las selecciones nacionales a someterse a controles antidopaje antes de viajar al país donde representarán a México. Eso nunca ha ocurrido con los equipos de la LMP. Paradójicamente, tanto Bernardo de la Garza en 2011 y 2012, como Jesús Mena en 2013, en su calidad de directores de la Conade, abanderaron a los Yaquis de Ciudad Obregón antes de participar en la Serie del Caribe de esos años.
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