No es un sacrificio, sino una aportación a la unidad del PRI, sostiene el senador sonorense
Entre sus argumentos ubica el apretado triunfo en Michoacán y la candidatura única de izquierda
Rosa Elvira Vargas
Periódico La Jornada
Martes 22 de noviembre de 2011, p. 5
El senador Manlio Fabio Beltrones hizo pública anoche su decisión de no participar en el proceso interno por la candidatura presidencial del Partido Revolucionario Institucional (PRI). Esta resolución, expresó, no es un sacrificio, sino su aportación a la unidad del instituto político donde milita y a la victoria electoral del próximo año.
Entre los argumentos presentados para renunciar a esta aspiración, el legislador ubicó el apretado triunfo de su partido en Michoacán, bajo el asedio de una injerencia gubernamental, y la unificación de los partidos de izquierda en torno a una candidatura. En ambos casos, indicó, el adversario a vencer es el PRI, y en sus obsesiones lo ven como el enemigo principal.
Subrayó que en semanas recientes recibió opiniones de distinguidos cuadros del PRI a favor de construir una candidatura de unidad para enfrentar a los verdaderos adversarios.
Todo ello lo condujo a esta decisión, en la cual si bien no alude directamente al dirigente nacional del tricolor, Humberto Moreira, sí recalca que la unidad se construye con una idea común, con reglas claras, con transparencia, con equidad y sin exclusiones. Agregó: En mi partido hay quienes tienen prisa y alegan la necesidad de la unidad para conservar privilegios o para garantizar sus intereses personales o de grupo.
Con la decisión tomada por Beltrones, el ex gobernador del estado de México Enrique Peña Nieto se ubica como el único aspirante a la postulación. Aún queda, sin embargo, lo que resta de esta semana –antes de la inscripción formal ante las instancias partidistas– para el eventual surgimiento de otros interesados en participar en el proceso interno de selección. La inscripción de un solo aspirante anularía el método de elección abierta votado por el Consejo Político Nacional del PRI en su sesión del sábado 8 de octubre.
Significativamente, en las bases de la convocatoria expedida para la candidatura presidencial, la cuarta establece textualmente: En caso de dictaminarse procedente el registro de un solo precandidato, el día sábado 17 de diciembre de 2011, una vez emitido el dictamen en términos de lo dispuesto en la base octava, la Comisión Nacional de Procesos Internos declarará la validez del proceso, le otorgará la constancia de candidato registrado y dará por concluido el proceso.
Esto se sabrá a más tardar el domingo 27 de este mes.
La construcción del deslinde
Todavía el pasado miércoles 9 de este mes, Beltrones Rivera declaraba a La Jornada: No me visualizo más que en una boleta (electoral) donde yo aparezco. No me interesa quiénes más puedan aparecer.
El sonorense, nacido en 1952, mantenía, pese a los números adversos en las encuestas, el interés de ser visto como alternativa real para la candidatura presidencial, y hacia ese objetivo trabajaba en la elaboración de propuestas y la realización de múltiples actividades proselitistas tanto en el interior del PRI como en todo el espectro social.
En octubre participó en los foros organizados por la Fundación Colosio en Chihuahua, Campeche y Querétaro, donde compartió los escenarios con Enrique Peña Nieto con el fin de construir la plataforma electoral priísta.
Beltrones, quien hace un año hizo público su interés por lograr la nominación, buscaba persuadir –sobre todo al PRI– de disponer primero del programa antes de seleccionar al candidato. Por ello mantuvo permanente difusión de sus propuestas, de las cuales destacó su interés por impulsar los llamados gobiernos de coalición.
Sin embargo, tras la publicación de la convocatoria del PRI, la medianoche del pasado lunes 14 –en la cual Humberto Moreira modificó la redacción original elaborada por la Comisión Nacional de Procesos Internos en la parte relativa a los apoyos a los aspirantes de parte de los sectores priístas y de quienes ocupan cargos de elección popular–, Beltrones Rivera envió inmediatas señales de retractación a su búsqueda de la nominación.
Primero en columnas políticas y luego él mismo –hacia finales de semana– desde Hermosillo, hizo crecer la versión de su desmarque de la competencia.
El jueves último, Beltrones Rivera reveló en la capital del estado que gobernó entre 1991 y 1997 que se encontraba revisando en detalle la convocatoria lanzada por la dirigencia priísta, y sacando mis conclusiones, sobre todo en un proceso donde debe privilegiarse la estrategia política partidista para ganar las elecciones de 2012.
Añadió entonces: Del análisis de cada una de las cláusulas (de la convocatoria) y de las conclusiones que saque, sobre todo con el propósito de que soy un político que une, no que divide, habré de tomar una decisión la próxima semana. Insistió entonces en su divisa de ser un hombre de propuestas, más que de apuestas o encuestas.
Ayer por la tarde, cuando se avisó del envío de un desplegado de Manlio Fabio Beltrones a los medios de comunicación para horas más tarde, ni en la dirigencia del PRI ni en el entorno de Peña Nieto se tenía idea de cuál sería su contenido.
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