domingo, 27 de noviembre de 2011

Dejan ‘colgadas’ con créditos a microempresas

ÉDGAR GONZÁLEZ
27 Noviembre 2011

Desde 2010, Gobierno Estatal frena entrega de bonificaciones en efectivo a empresarios, tras alentarlos a adquirir préstamos bancarios

Saltillo, Coahuila. El Gobierno Estatal dejó “colgadas” a cerca de mil micro y pequeñas empresas que confiaron en su programa de créditos, al dejar de pagar a los empresarios las bonificaciones en efectivo a las que se había comprometido para aligerar el peso de los intereses.

Además, en el diseño del programa de créditos no se contemplaron cargas fiscales por el pago de bonificaciones en efectivo del Gobierno Estatal a los empresarios, lo que impactó en los flujos de efectivo de los micro y pequeños empresarios, muchos de los cuales podrían terminar en el buró de crédito o siendo embargados, como declaró en días pasados Antonio Gutiérrez, presidente de la Canaco de Torreón.

De acuerdo con datos aportados por los empresarios afectados, el Estado creó el Programa de Eficiencia Empresarial de Coahuila (PEEC) a través del Fideicomiso Público para Programas de Apoyo a Financiamientos para las Microempresas (Fincoah), para otorgar créditos simples ante los bancos a los micro y pequeños empresarios.

Los beneficios eran que el programa duraría de junio de 2008 a noviembre de 2011, que los créditos tendrían una tasa de interés TIIE +1 punto sobre saldos insolutos, y que habría bonificaciones en efectivo en caso de existir diferencia en la tasa cobrada por los bancos.

Otra facilidad para los empresarios era que el Gobierno Estatal fungiría como aval y no existió la necesidad de poner propiedades en garantía por los créditos que iban de 300 mil hasta 2 millones de pesos.

Sin embargo el desencanto vino en el mes de octubre de 2010, cuando el Gobierno Estatal dejó de pagar las bonificaciones en efectivo a los empresarios.

“El Gobierno nos incentivó a adquirir esos créditos. Era un apoyo y una idea excelente para entrar al programa y adquirir tasas preferenciales. El comerciante fija a una tasa normal del banco, alrededor del 14, 15 por ciento. Y si se pagaba a tiempo regresaban el diferencial de la tasa”, dijo a VANGUARDIA Gutiérrez Jardón, quien agregó: “y resulta que hay empresas que nomás no les pagaron, un mes, dos meses de contrato y les deben más de un año de ese diferencial”.

El pretexto del Gobierno Estatal fue que los recursos destinados para el programa fueron utilizados en los daños causados por el huracán “Alex” en 2010.

Pero eso no fue todo lo malo en el programa de créditos, quienes lo diseñaron —de acuerdo con los empresarios— cometieron un error al no contemplar que las bonificaciones en efectivo que llegó a hacer el Gobierno Estatal a cuentas de las empresas tuvieron un costo fiscal.

Cuando el Estado hacía depósitos de las bonificaciones, automáticamente los ingresos eran gravados para el pago del Impuesto Sobre la Renta (ISR), Impuesto Empresarial de Tasa Única (IETU) e Impuesto al Valor Agregado (IVA).

Los supuestos beneficios de la bonificación en efectivo, que duraron sólo hasta octubre de 2010, se vieron mermados por el pago de impuestos que no estaban considerados para encontrar el beneficio real.

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