martes, 24 de junio de 2014

Celebra el Centro Nacional de Comunicación Social 50 años de existencia

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  • Fecha: 23 Jun 2014
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  • Fuente: Rocío Méndez Robles


Al repasar el ideario de Don José Álvarez Icaza, el otrora ombudsman capitalino recordó que la tarea plantada hace 50 años ha enfrentado un México “difícil”, que en 1977 registra el allanamiento de CENCOS, bajo el ordenamiento del general Arturo Durazo y de Manuel Cervantes Cisneros; “en dos camiones de la policía cargaron con todos los documentos, también tuvieron que cargar las cientos de cajas que tenían en latín todos los documentos del Concilio Vaticano”, recordó con ironía Emilio Álvarez Icaza.
Audio: Emilio Álvarez Icaza, Secretario Ejecutivo de la CIDH

Reunidos en el Claustro de Sor Juana, académicos, expertos, defensores humanitarios, funcionarios públicos y activistas, iniciaron 12 meses de reflexiones con los cuales el Centro Nacional de Comunicación Social AC, CENCOS, celebra 50 años de existencia. En este marco, Luz Longoria, fundadora junto con su pareja José Álvarez Icaza, recibió un reconocimiento por abrir en 1964 la defensa de los derechos humanos desde las causas populares y por evolucionar hacia un proceso de comunicación social que por primera vez decía ser “la voz de los que no tienen voz”, recordó el hijo de ambos, Emilio Alvarez Icaza Longoria, también actual Secretario Ejecutivo de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).
Al repasar el ideario de Don José Álvarez Icaza, el otrora ombudsman capitalino recordó que la tarea plantada hace 50 años ha enfrentado un México “difícil”, que en 1977 registra el allanamiento de CENCOS, bajo el ordenamiento del general Arturo Durazo y de Manuel Cervantes Cisneros; “en dos camiones de la policía cargaron con todos los documentos, también tuvieron que cargar las cientos de cajas que tenían en latín todos los documentos del Concilio Vaticano”, recordó con ironía Emilio Álvarez Icaza.
Asimismo, el defensor humanitario destacó el “enfoque estratégico de la participación democrática en 1994, después de las elecciones de 1988; la rebelión indígena también vino a consolidar CENCOS, dijo Emilio Álvarez Icaza al destacar que su señor padre se habría pronunciado a favor de la causa de “los pobre hermanos de mi país” y que “condenó la violencia, pero sobre todo la institucional que explicaba la rebelión popular en Chiapas… lucharé porque mi país tenga algún día urnas y no armas”, insistía en aquel entonces el fundador de CENCOS.
Desde entonces, CENCOS procura porque “la soberanía sea respetada, así como los derechos humanos de militantes ambos bandos, que se proteja la inerme población civil, y que reine un nuevo espíritu de paz, justicia, solidaridad, valores éticos y morales en la vida pública y económica. En una paz… que impida las condiciones de guerra, que sea la expresión de justicia, libertad y democracia,” diría José Álvarez Icaza, donde “la justicia no sea solamente el respeto de la ley, sino que exija la existencia de una ley justa, que se haga respetar por todos”; donde la dignidad sea entendida “como virtud social por al cual todos vivamos nuestros derechos sin agacharnos ante nada y nadie”, donde podamos “ser distintos, sin ser desaparecidos”.
Aun espera CENCOS, según el ideario de su fundador, “guardar las espadas y las armas porque es mejor vivir por una idea, que matar por ella sobre todo cuando está de por medio la vida de millones de inocentes” Omar Rabago, actual director de CENCOS refrendó la ilustración que se hizo de CENCOS, que en este 2014 brinca a una nueva etapa en su construcción de su idea de comunicación civil; donde hay una idea “clara” de los público y lo político, “más allá de gobiernos y partidos”; y en un espacio ecuménico “donde las iglesias no solo son las sonatas y ni el control” sino “son las vocees de las mujeres, de los homosexuales, de los divorciados, las parejas, los niños y los matrimonios.”
CENCOS estableció en la década de 1960 acciones pioneras de la defensa de garantías, cuando no existía ni el concepto de los derechos humanos, los derechos de la libertad de expresión y cuando se pasó de las víctimas de la represión del Estado (con Doña Rosario Ibarra Piedra), a las víctimas de la inacción del Estado (como ha pasado con el poeta Javier Sicilia y todos los deudos de la violencia). Hoy, el país se enfrenta el reto de consolidar la democracia sin que “vaya para atrás”, que “no se consolide un poder que cierre las puertas a la sociedad civil”; Rabago resaltpo la importancia de buscar “una justicia social desde el uso de la comunicación civil” y CENCOS, como hace 50 años, seguirá siendo el “punto de encuentro donde se promueva la agenda de los derechos humanos”.

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