lunes, 27 de septiembre de 2021

El infierno chiapaneco

 


Luis Hernández Navarro

Septiembre 21 de 2021

El sureste mexicano es clave en el proyecto político-territorial de la 4T. Allí se ubican tres de sus grandes megaproyectos: el Tren Maya, el Corredor Transístmico y la refinería Dos Bocas. Se concentran, además, muchos recursos de programas sociales, como Sembrando Vida. Tan sólo a Chiapas se destina 20 por ciento de este instrumento de desarrollo.

No es exagerado decir que, para el obradorismo, esa región del país es comparable a lo que fue Sonora para la facción triunfadora de la Revolución mexicana de 1910-17, Michoacán para Lázaro Cárdenas, el Bajío para los panistas o el estado de México para el Grupo Atlacomulco y Enrique Peña Nieto. No hay continuidad de un proyecto político al margen de su territorialidad. Y el sureste es el espacio en que la 4T aspira a implantarse ­perdurablemente.

Dos indiscutidas figuras regionales fueron claves en la forja de los apoyos del proyecto obradorista en esa zona: en Tabasco, el abogado y notario público Payambé López Falconi; en, Chiapas, el empresario Fernando Coello Pedrero.

Don Payambé notarizó 20 cajas que documentaban el fraude que le hicieron a Andrés Manuel López Obrador en las elecciones estatales de Tabasco en 1994. Se consolidó entonces una estrecha relación entre ambos. En 2019, su hijo Adán Augusto, tomó posesión como gobernador de su estado y, el pasado 26 de agosto, fue designado secretario de Gobernación. Y, su hija Rosalinda, esposa de Rutilo Escandón, jefe del Ejecutivo en Chiapas, es administradora general de Auditoría Fiscal Federal del Servicio de Administración Tributaria (SAT).

De AMLO, don Fernando, quien falleció en diciembre de 2020, decía: Tengo una buena relación de muchos años con el señor Presidente, yo quiero mucho al Presidente y lo respeto. Fui amigo de sus papás y hemos tenido una buena relación siempre. Lo he acompañado siempre como su asesor honorífico. Coello Pedrero era abuelo del senador Manuel Velasco Coello, ex gobernador de Chiapas, figura clave del Partido Verde.

El 13 de mayo de 2013, contrajeron nupcias, Rosalinda López, entonces diputada local por Tabasco, y Rutilio Escandón, presidente del Tribunal Superior de Justicia de Chiapas. El gobernador de Tabasco, Arturo Núñez Jiménez, fue testigo de la novia. El de Chiapas, Manuel Velasco Coello, lo fue del novio (https://bit.ly/2Xwn68K).

La alianza dio frutos. Rutilio ganó la candidatura a gobernador de Chiapas, dejando en el camino a figuras de gran peso en la política local, como el hoy senador Óscar Eduardo Ramírez, cabeza del grupo Comitán, quien convenientemente saltó del Partido Verde a Morena.

La presencia del Grupo Tabasco en la política chiapaneca es sobresaliente. La influencia de la administradora general del SAT en posiciones claves del gobierno local es muy relevante (https://bit.ly/3lEquHa)

Conforme pasa el tiempo, la relación entre Manuel Velasco y Rutilio Escandón se deteriora. En los comicios de 2021, el Verde ganó 35 de 123 municipios disputados. Morena triunfó sólo en 25, aunque muchos de sus candidatos provienen en realidad de los autodenominados ecologistas. Peor: algunos alcaldes que llegaron mediante partidos locales están más cerca de la familia Velasco que del morenismo.

La situación se ha complicado más con lo que pareciera ser la anticipada candidatura de Zoé Robledo, director del IMSS, a la gubernatura del estado, potenciada por su responsabilidad en la campaña de vacunación anti-Covid en la entidad, por orden del presidente López Obrador. La movida no ha sentado nada bien en otros suspirantes como el senador Ramírez.

Simultáneamente a estos pleitos arriba, abajo ha entrado en crisis el sistema regional de dominio construido después del levantamiento armado del EZLN en enero de 1994. Las modalidades de alianza de la reciclada familia chiapaneca (los apellidos son los mismos que dominaban tierras y hombres hace más de un siglo), con cacicazgos indígenas emergentes, denominaciones religiosas de corte pentecostal, paramilitares y narcotraficantes, enmarcadas en una estrategia de contrainsurgencia, está haciendo agua.

Por todos lados estallan conflictos violentos. Algunos no son ajenos a los procesos de cooptación y fragmentación de los cacicazgos indígenas tradicionales, emprendida por el Partido Verde. Sea Ocosingo (https://bit.ly/3lDI2mW), Tila (https://bit.ly/3lEQHW5 ), Chenalhó y Aldama (https://bit.ly/39llEsA), Simojovel y Pan­telhó (https://bit.ly/39rlEHr), Pueblo Nuevo Solitahuacán (https://bit.ly/2XxEM3P), Mitontic y un largo etcétera, el modelo está reventando. La violencia narcoparamilitar se ceba sobre los pueblos en resistencia (a menudo sin éxito), con los parabienes del gobierno del estado.

Para agravar más las cosas, en contra de las instrucciones del presidente López Obrador de darle al conflicto magisterial en la entidad una salida negociada, el gobierno de Rutilio Escandón se ha cerrado. No le importa el que los docentes son el vehículo que expresa el descontento profundo de la sociedad chiapaneca (https://bit.ly/3hKL6ws). Tampoco, reprimir salvajemente a los normalistas rurales de Mactumactzá (https://bit.ly/3nNn5IN).

No deja de ser una ironía que la 4T quiera impulsar su proyecto de transformación con el apoyo en una clase política tan cercana a la más rancia oligarquía local.

No obstante, la importancia que tiene para el gobierno, Chiapas está, como señala el EZLN, al borde la guerra civil (https://bit.ly/2XxONyF). En medio de las pugnas arriba, la exacerbación de la violencia narcoparamilitar y la tenaz resistencia indígena, campesina y magisterial contra el despojo y por la autonomía, en el sureste se anuncia la hora del infierno, de todos tan temido. Quien lo dude, que se asome a la experiencia de la autodefensa indígena El Machete de los habitantes de Pantelhó.

Twitter: @lhan55

Diputados locales de Morena, Nuevo León, se suman a Samuel García y Movimiento Ciudadano…

 


Raúl A. Rubio Cano

Septiembre 17 de 2021

Bien valdría la pena cuestionarse ¿Qué hay detrás de la acción de la bancada de Morena en el Congreso del Estado de Nuevo León? para haber querido destituir a la coordinadora de la misma, Anylú Bendición Hernández, el pasado miércoles. De los cuatro diputados de Morena que salieron del pasado proceso electoral, una de ellos, Guadalupe Guide Kawas, diputada por la vía plurinominal, como luego se dice: “le llegaron al precio” y se fue a Movimiento Ciudadano. Sin embargo, la desinflada y emproblemada diputación de Morena, no ha quedado allí, ya que el citado miércoles por la mañana, Jéssica Elodia Martínez (llegada por representación proporcional) y Waldo Fernández (por plurinominal) solicitaron mediante escrito en Oficialía de Partes del Congreso, que Anylú Bendición fuera destituida de coordinadora y ése puesto lo ocupara Jéssica Elodia; sin embargo, el escrito no se leyó en asuntos de cartera y fuentes diversas al interior del Congreso aseguran que esa solicitud estaba mal fundamentada. Además, sólo llevaba las firmas de Jéssica y Waldo, pero no la de Anylú. Informando las notas en medios del día de ayer, que Anylú se encontraba en la Ciudad de México buscando recursos económicos para el desarrollo y bienestar de su estado, precisamente en el Congreso de la República, cuando sus supuestos “compañeros” de bancada, buscaban destituirla. Parte de esas notas dan como un hecho la destitución de Anylú, pero -quienes sí cumplen con su oficio como reporteros- expusieron que la “intentona” de destituir a Anylú no había procedido y de que se espera el próximo lunes otras medidas de Jéssica y del Waldo, para lograr su fin: el de quitar a la única diputada de Morena que sí fue elegida por el voto popular en las urnas del Distrito de Escobedo.  No faltó también ayer, que la columna de “Los infiltrados” del periódico ABC, culpara de esa intentona a la leyenda urbana de Abel Guerra, que porqué Anylú andaba haciendo campaña para ser alcaldesa de Escobedo ¡Por favor! De plano le recomendamos a esos “infiltrados” que se infiltren bien en la realidad de las cosa y sucesos de la oligarquía Regia y sus agentes, que de plano busquen otros argumentos para explicar el “canibalismo político” que más que Jéssica, el tal Waldo, está practicando para hacer de Morena una “piltrafa legislativa” en la entidad. Lo mismo que en la Legislatura pasada desarrolló Alfredo Treviño, con la pobre de Claudia Tapia, pero hoy por lo visto Treviño va de la mano con Waldo. Los días pasan y conforme se mueve Waldo Fernández, más y más, va quedando claro su interés para “Hacer Comunidad” a favor de los oligarcas locales, para servirle al gobernador electo de Samuel García (que por cierto, fue a dar el Grito con los Filibusteros de Texas, los mismos que en su tiempo combatió Catarino Garza, primer revolucionario fronterizo que se levantó en armas contra Porfirio Díaz y las ratas del Sur de Texas, las mismas familias que hasta hoy, siguen mezcladas en los más turbios negocios de la frontera Texana, sin faltar sus contactos y alianzas “estratégicas” con los oligarcas Regios y sus títeres de la política). En fin, de no cuajar las cosas por buen camino para las misiones siniestras de Waldo, ya se habla de que tiene listas las maletas para irse a la bancada de Movimiento Ciudadano o de Independiente, de veras, cuánta falta le hace a Waldo leer “La cartilla Moral” de Alfonso Reyes. Porque como dice el Presidente AMLO: “No se puede tener investidura política, si no se tiene investidura moral” ¡Órale!    

Proceso: Las transiciones fallidas

 


Ricardo Ravelo

Septiembre 17 de 2021

Y este es el proceso que debe seguir Proceso: morir para ser otra cosa.

Leí con sentimiento la carta del periodista Alejandro Caballero tras despedirse de la revista Proceso, a la que dedicó más de 21 años de su vida como reportero, primero, y responsable de la página web, después.

Con lujo de detalles, denuncia una larga cadena de abusos, injusticias, excesos, yerros y desatinos que, dice, postraron a la revista en una crisis financiera, pero, sobre todo, editorial tras el arribo de Jorge Carrasco a la dirección del semanario.

Para quienes fuimos parte del semanario quizá nada de lo que expone Caballero sea desconocido. Estos graves problemas en el trato laboral y humano se empezaron a notar tras la muerte de Don Julio Scherer García, en el año 2015. Antes de su deceso, él siempre estuvo atento a que ninguna injusticia se cometiera, aunque el caso de Francisco Ortiz Pinchetti, despedido injustamente en el año 2000, fue una excepción bastante cuestionable. Don Julio, quien siempre dijo admirar a Ortiz por su trabajo excepcional, lo abandonó a su suerte. Luego sobrevinieron las venganzas, inevitables tras el pleito que causó su despido.

En el año de 1996, fiel a un acuerdo establecido, dejaron la revista Julio Scherer, Vicente Leñero y Enrique Maza, los fundadores; ahí empezó a tejerse la desgracia que hoy enfrenta la revista. Scherer no quiso nombrar, de inmediato, un director que lo sustituyera. Dejó que brotara la crisis.

No se sabe si algún resorte emocional inconsciente hizo sentir a Scherer insustituible en la dirección de Proceso, pero en vez de nombrar a un director optó por crear un equipo editorial integrado por Carlos Puig, Gerardo Galarza, Salvador Corro y Francisco Ortiz que operaba en coordinación con Rodríguez Castañeda. Siempre llamó la atención que Scherer no hubiera nombrado un director editorial, preparado con anticipación.

El ensayo no funcionó. Pronto empezaron a notarse las deficiencias, no obstante, la calidad periodística de sus miembros. El resultado: Bajó la calidad informativa, algunas portadas no se sostenían con la fuerza periodística necesaria y surgieron diferencias; el relajamiento en la cobertura de fuentes empezó a ser evidente y Rodríguez Castañeda, con frecuencia, se quejaba respecto de problemas para cerrar una edición contundente con una portada excepcional. Había un declive. Los lectores notaron este “bajón” en Proceso, aunque adentro de Proceso –como es costumbre –nunca se reconoció.

Esto tenía una explicación: Las piezas centrales de la revista ocupaban la mayor parte del tiempo en “grillar” para llegar a la dirección. Marín y Castañeda, enfrascados en esa pelea de poder, se dedicaban a buscar aliados en la redacción y a presionar a Scherer para que tomara una decisión para nombrar un director. En medio del trabajo editorial hubo decenas de reuniones para debatir la necesidad urgente de que el presidente del Consejo de Administración nombrara a su sustituto.

Cuando caminaba por la redacción y se le preguntaba cómo estaban las cosas, Rodríguez Castañeda siempre decía –y no estaba equivocado– que Proceso necesitaba un mínimo de dirección, ya que –decía– la revista no podía seguir en el desorden. La lucha por el poder fue desgastante en más de un sentido. La redacción se dividió. Unos reporteros estaban con Carlos Marín, otros con Rodríguez Castañeda. La pugna crecía cada vez más y una atmósfera de incertidumbre invadía a todos los reporteros, el barco a la deriva.

En marzo de 1999 –dos años y cuatro meses después de que Scherer se había “retirado” de Proceso– las cosas empezaron a definirse, después de una crisis que él mismo dejó crecer. Rafael Rodríguez Castañeda fue nombrado director, pero sobrevino el rompimiento: Carlos Marín renunció a su cargo, lo secundó Froylán López Narváez, quien, dolido por la decisión, dijo: “Yo renuncio y denuncio”. No dijo nada. Sólo fue amenaza. Ambos cobraron una liquidación cuantiosa, dejando a Proceso en crisis. Con Marín se fueron algunos reporteros aliados suyos que luego tuvieron cabida en Milenio, por suerte.

Todavía recuerdo la cara de felicidad de Rodríguez Castañeda y su frase minutos después de su nombramiento: “Será para bien”, dijo, mientras se paseaba por la redacción de la revista saludando y abrazando a los reporteros.

En estricto sentido, Julio Scherer nunca se retiró de la revista. Nombró a Rodríguez Castañeda pero se volvió una sombra para él. Frecuentemente visitaba las instalaciones de Proceso, saludaba a los reporteros y se reunía con Rodríguez Castañeda para delinear temas, hablar del país, sugerir enfoques, asuntos, entre otras cosas. Esto quizá incomodaba al nuevo director, pero también ayudaba en la buena marcha de la revista. Era una autoridad moral y se le veía como el padre de una familia que, él mismo, asumía porque, ante cualquier riesgo, acudíamos a Scherer.

Todas las portadas eran cuestionadas por Don Julio, implacable en la crítica, punzante en la crítica. Scherer hablaba con los reporteros, les preguntaba cómo se sentían, qué estaban haciendo, en qué asuntos estaban trabajando, en fin, nunca edificó murallas de silencio, jamás se negó a hablar con los reporteros que buscaban para aclarar dudas o comentar chismes con él. Fue un hombre abierto para todos.

Tras la muerte de Don Julio –que todos lamentamos todavía– las cosas empezaron a cambiar, pero para mal. Comenzaron las injusticias laborales, el mal trato en algunos casos, algunos despidos fueron calificados como injustos y, paulatinamente, la parte editorial empezó a mermar. El rigor se había relajado. La revista se sostenía sólo en los anclajes de su historia, pero ese recurso se agotó. El archivo –por cierto, muy rico– también lo agotaron en publicaciones de números especiales y libros. Todo se ceñía a una historia de gloria, pero hacia adelante no había nuevos temas. La pasión estaba agotada, muerta la cabeza de una dirección sin ímpetu. Ya no se podía vivir del pasado.

Como director, Rafael Rodríguez Castañeda no aprendió de su pasado y repitió el error de Scherer. Él mismo sabe que cuando fue nombrado director la revista recobró el rumbo perdido en aquel 1999. Cuando tomó la dirección se dijo que las finanzas estaban en números rojos. Y salió adelante porque tuvo un acierto: se hizo de un equipo. Tenía a su alrededor a Antonio Jáquez Enríquez, un extraordinario periodista lagunero como asesor; luego nombró a Salvador Corro, leal en todo momento; contaba con grupo de reporteros que siempre le salvaban la portada de cada semana. Había uno que otro consentido y becados que le daban más dolores de cabeza que satisfacciones. Pero en lo general siempre tuvo la lluvia de ideas y las propuestas informativas necesarias para sacar adelante la edición semanal, algo indispensable para un director.

Luego vino la siguiente transición en medio de una crisis económica y editorial. Rodríguez Castañeda seguía al frente de Proceso. Más de una voz le insistió en que era tiempo de retirarse, a punto de cumplir dos décadas en la dirección. Desoyó la sugerencia. En algún momento había pensado en irse dejando finanzas sanas y un semanario firme en lo editorial, pero se tardó demasiado, a mi ver. Sería injusto decir que toda la culpa de esta debacle es suya. Hay otras razones: Una serie de factores –nuevos medios digitales mejor dotados de recursos, el anclaje de Proceso a un romanticismo periodístico insostenible e inexistente, la resistencia a dar el paso a lo digital, entre otros– sumieron a la revista en la crisis editorial que actualmente padece.

Tengo la certeza de que Jorge Carrasco, el actual director de Proceso, no era la carta fuerte de Rodríguez Castañeda para suplirlo. A pesar de la situación crítica, se negó, en más de una ocasión, a dejar la dirección pese a que su posición ya era insostenible. Quizá también, como Scherer, se sintió insustituible.

Presionado por las circunstancias y por la familia Scherer, finalmente dejó la dirección y le pasaron la estafeta a Carrasco que, se asegura, había sido recomendado por Don Julio Scherer antes de morir. La familia quiso respetar esa decisión del fundador de Proceso, se ignoran las razones. ¿Se equivocó Don Julio Scherer como lo hizo en Excélsior con Regino Díaz Redondo? Ya veremos. ¿A quién hubiera nombrado Rodríguez Castañeda? ¿A uno de sus exalumnos para él continuar al frente?

Lo que actualmente está ocurriendo en el semanario, con el respeto que en lo personal me merece la carta de Alejandro Caballero, no es culpa de Jorge Carrasco: es consecuencia de una larga cadena de yerros y desatinos que, actualmente, desembocan en una crisis muy grave.

Con respecto a ti, Caballero, gran periodista y la carta, opino: Coincido en buena parte con tu misiva. Admiro tu decisión de decirlo. Lo aplaudo. Ese fue el ejemplo del maestro Don Julio Scherer. Con esa libertad te digo: Las injusticias privan en todos los medios de comunicación. Hay luchas de poder, muertos y heridos. Pero cuando el reportero sabe lo que es ningún agravio daña. Lo que duele es el ego. Lo más profundo jamás duele. Se lastima la imagen que hemos construido, lo falso, lo que creemos que somos, nunca lo que somos.

Ahora, sí es muy cuestionable la posición de Jorge Carrasco, sobre todo cuando dijo que iba a honrar la historia de Proceso y a seguir el ejemplo de Julio Scherer. Creo que se equivoca. En esa historia de gloria hay cosas rescatables, pero no se pueden repetir los errores, que no fueron pocos.

El actual Proceso jamás podrá volver a ser lo que fue con Scherer ni con Rodríguez Castañeda, en su etapa previa a la muerte de Scherer. No se puede seguir viviendo del pasado. Aquello ya fue. Lo que continúa jamás se renueva. Algo debe morir para volver a surgir. Y este es el proceso que debe seguir Proceso: morir para ser otra cosa.

Lo que surja de esos escombros o lo que quede estará en la justa medida de lo que son sus actuales directivos en lo moral, ético y profesional. Es otra generación, otra visión de las cosas. Lo otro ha muerto. Ojalá lo entiendan algún día. No es posible ser el pasado y el presente al mismo tiempo.

En esta nueva etapa de Proceso seguramente se sumarán más errores. Los aprendizajes son dolorosos y cuestan muy caro. Carrasco y su equipo se tendrán que seguir equivocando una y otra vez para construirse. No hay otro camino. Es el costo histórico de no haber preparado a un director para tamaño reto. Y aquí los responsables son Julio Scherer y Rafael Rodríguez Castañeda. La soberbia está cobrando la factura y hay que pagarla. A Carrasco le entregaron una revista en crisis financiera y editorial, a la que se suma lo ético y moral. En esto hay que recomponer el camino. La apuesta es dejar de mirar al pasado –eso está muerto– y seguir adelante con lo que se disponga y hasta donde tope.

Siempre se dijo que Scherer se llevaría a Proceso a la tumba. Eso es retórica. Scherer está muerto. Ya fue. Proceso, pese a todo, tiene vida.

Elton John encabezó conciertos en el mundo por equidad en vacunas y contra el cambio climático

 

En la cita, organizada por Global Citizen, participaron Stevie Wonder, Billie Eilish y JLo, entre otros músicos, así como Enrique y Meghan

Foto
▲ La cantante Fatma Said, durante su presentación en París.Foto Afp
 
Periódico La Jornada
Lunes 27 de septiembre de 2021, p. a10

Nueva York., El astro del pop Elton John puso en órbita en París una serie de conciertos mundiales el sábado, con Stevie Wonder en Los Ángeles y Billie Eilish en Nueva York, donde el príncipe Enrique y Meghan subieron al escenario a fin de crear conciencia sobre las amenazas al planeta bajo la égida de la organización no gubernamental (ONG)Global Citizen.

Solo al piano en el escenario en el Campo de Marte de París, luciendo un traje verde y con la Torre Eiffel de fondo, Elton John dio el tono a este acontecimiento mundial alternando temas como Tiny Dancer, Your Song, Rocket Man y After All (sencillo de su próximo álbum) interpretado a dúo con Charlie Puth, con mensajes humanitarios.

El artista de 74 años, que mantuvo el concierto antes de una operación de cadera que retrasará su gira mundial, imploró al micrófono que nadie sea abandonado en la cuneta en este periodo de crisis sanitaria, y pidió un acceso equitativo a las vacunas en todo el mundo.

Las entradas, gratuitas, fueron distribuidas, según la organización. Para conseguirlas bastaba con inscribirse en el sitio de Global Citizen y apoyar sus acciones firmando peticiones o compartiendo mensajes en las redes sociales destinados a presionar a los grandes del mundo.

Los organizadores afirmaron que los temas son cambio climático, equidad en las vacunas y hambruna.

Elton John, de voz impecable y con sus emblemáticas gafas de vidrios rosados, actuó ante unas 20 mil personas en la capital francesa.

Hace tiempo que soy Global Citizen; me apunté, tenía pocas esperanzas, pero conseguí mi entrada porque contaba con el número de puntos necesarios por hacer acciones en pro del planeta y contra la pobreza, relató a Afp en París Ewan Cardoso, de 23 años, empleado en la reparación de autos. Sobre todo, firmé peticiones, precisó.

Para conseguir su entrada, Tani, de 26 años, envió correos electrónicos y tuiteó en favor del acceso equitativo a la educación y de la igualdad de las mujeres. Acudió junto con tres amigos al Campo de Marte por Ed Sheeran y, sobre todo, por Elton John.

Como Tani, Ewan Cardoso también se mostró entusiasmado con la presencia de Elton John. Está aquí y no es seguro que pueda dar conciertos después, declaró.

Al igual que el Live Aid, espectáculo benéfico ofrecido en 1985 desde varias ciudades del mundo, a iniciativa de Bob Geldorf, para luchar contra la hambruna en Etiopía (y en el cual también participó Elton John), los espectáculos se programaron en otras localidades.

Derecho humano básico

En Nueva York estuvieron Coldplay, Jennifer Lopez (JLo) y Lizzo. El príncipe británico Enrique y su esposa Meghan subieron al escenario en Central Park y pidieron que el acceso a las vacunas sea considerado un derecho humano básico. Como hayas nacido no debe determinar tu capacidad para sobrevivir, aseguró el duque de Sussex, entre el aplauso de miles de personas.

La pareja se presentó luego de Alessia Cara y la veterana del pop Cyndi Lauper, quien dedicó su interpretación de Las chicas sólo quieren divertirse a las afganas.

Los anuncios de financiación se hicieron escuchar. La agencia estadunidense de ayuda internacional (Usaid) anunció en un mensaje grabado que contribuiría con más de 295 millones de dólares a la lucha contra la hambruna en el mundo, la violencia de género y responder a las necesidades humanitarias urgentes derivadas de la pandemia.

Por su parte, el Greek Theatre de Los Ángeles debía acoger a Adam Lambert, Demi Lovato y OneRepublic.

También se organizaron actuaciones televisivas, como las de Andrea Bocelli desde Toscana y de BTS desde Seúl.

Desde su país, Brasil, el diyéi Alok lanzó mensajes en las redes de Global Citizen, alertando sobre la situación en la Amazonia.

Las actuaciones son visibles en Apple Music, Apple TV App, YouTube, Twitter, así como a través de diferentes emisoras de varios países.

Global Citizen se describe como un movimiento de ciudadanos comprometidos, encabezada por Hugh Evans, un australiano prodigio en el mundo de la filantropía, según The New York Times.

Global Citizen siempre está presente en las grandes citas, como durante Vax Live", en la primavera boreal en Los Ángeles, concierto en favor de la vacunación contra el Covid-19 (y contra la desinformación).

El presidente estadunidense, Joe Biden, el papa Francisco, los actores Ben Affleck y Sean Penn, entre otros, enviaron mensajes por medio de videos.

Un huélum para Sócrates

 

L

a historia puede pasar como un relámpago en la vida de las personas, dejando huellas, muchas de ellas dolorosas y otras que explican los rasgos profundos de una biografía. Eso le pasó a Sócrates Campos Lemus, líder del movimiento estudiantil de 1968, quien falleció el jueves 23 de septiembre.

En el Consejo Nacional de Huelga (CNH) participó como representante de la Escuela Superior de Economía del Instituto Politécnico Nacional (IPN).

Lo detuvieron en Tlatelolco el 2 de octubre de 1968. En el Campo Militar núm. 1 fue desnudado y golpeado para que identificara a otros de los detenidos, la mayoría dirigentes estudiantiles, como él. De ahí vendría la sevicia de que se comportó como traidor, aunque en realidad le siguió el juego a quienes lo tenían cautivo. Campos Lemus recordaría por siempre la fila de detenidos, igual de jóvenes y espantados que él, pero también los rostros de la tropa, incrédulos por lo que estaba ocurriendo.

El movimiento estudiantil tenía un carácter público y sus dirigentes daban entrevistas, participaban en asambleas abiertas y negociaban con enviados del gobierno de Gustavo Díaz Ordaz. Por supuesto que no traicionó a nada ni a nadie, pero pagó la osadía de exigir libertades democráticas con la cárcel, en Lecumberri, y el exilio en Chile, como muchos de sus compañeros del CNH.

Nunca perteneció a la izquierda partidista. Era un estudiante del IPN, con una agenda pragmática y alejada de los militantes comunistas con los que no congenió muy bien, pero con los que estableció una relación de distancia fría que se prolongó por décadas.

La vida de Campos Lemus describe, en alguna medida, los derroteros de los protagonistas de esa tarde que marcó la vida política del país. Trabajó en el gobierno de Luis Echeverría y en el de José López Portillo. Lo hizo a su modo, en medio de polémicas y siempre protagonizando un estilo de hacer las cosas que le ganó no pocos enemigos, pero también múltiples respaldos.

Conoció y trató con generales y policías. Se adentró en los niveles profundos del sistema político. Tuvo contactos como pocos, desde presidentes hasta pillos de fama. Hizo política, pero sospecho que más como una mecánica para satisfacer su propia curiosidad que para aspirar a algún cargo, algo que nunca buscó ni quiso.

Es curiosa, o hasta inquietante, la cuota que pagaron y aún pagan los integrantes de la generación del 68. Se les exige y exigen una coherencia que es a todas luces imposible por el paso del tiempo y por las variaciones que impone la vida misma. Si acaso había que contrastar sus biografías con las de los muchachos que fueron, que irrumpieron en las calles con la exigencia de libertades democráticas y que cambiaron a un país, aunque se tardaran en saberlo. Por ello es tan complejo el asirlos, el describirlos con la cabalidad del caso y sin caer en la obnubilación o en el prejuicio.

Lo veo cercano y distante de otro de los dirigentes marcados por el torbellino que sufrieron, porque Marcelino Perelló también resultó un ave de las tempestades, una inteligencia irreverente que le causó más de un disgusto y múltiples problemas.

También Perelló pagó con creces su participación en el movimiento y con un largo exilio en Rumania, que nunca atenúo las tonterías que se dijeron sobre su persona.

Pero a Sócrates Campus Lemus lo conocí, antes de conocerlo, cuando mi padre, Guillermo Andrade Gressler, quien era parte del equipo de abogados de los estudiantes encarcelados, me dijo –cuando le pregunté sobre las supuestas delaciones que marcaban la leyenda de Tlatelolco– que no hay que hacer caso de los chismes y más bien hay que ocuparse de conocer a las personas.

Eso hice, ahora lo sé, durante varios años y en un diálogo itinerante pero contante con Campos Lemus, donde emergía, se los aseguró, ese joven del politécnico que gritaba con todas sus fuerzas: huélum, huélum.

* Periodista. @jandradej

La lectura ¿desfigurada o transfigurada?


N

o es por sonar moralista, pero como que el acto de la lectura se pervirtió seriamente a fines del siglo XX con la llegada de las nuevas tecnologías y su rápido traslado a las plataformas del portaviones digital. Recuerdo haber leído con horror, cuando me iniciaba tardíamente en las prácticas internáuticas y computacionales hace un par de décadas, el testimonio de un académico de humanidades, lector profesional, sobre el irresistible traslado a Google y las pantallas de sus tiempos de lectura. Debió ser en London Review of Books o The New York Review of Books, publicaciones que por entonces leía regularmente. Lo primero que pensé fue: no, a mí no me va a pasar, y creí ponerme en guardia.

He amado la lectura sobre papel en todas sus formas. Libros, revistas, periódicos, cartas manuscritas, cajas de cereal. Desde joven, casa que visitaba, casa que inspeccionaba con descarada curiosidad para saber qué libros contenía. Si el visitado o visitada era un verdadero lector, ese fisgoneo era una fiesta.

Luego estaba la cuestión de la propiedad. Para acceder a un libro había de dos sopas: tomarlo prestado de una biblioteca pública, o bien obtenerlo. En ese entonces los libros sólo podían ser físicos, algo tan obvio que ni se consideraba. Confieso haber sido poco adepto a las bibliotecas, sólo en lo indispensable. Prefería poseer el libro. Un libro es un territorio que se atraviesa para siempre y hay deleite en regresar sobre tus pasos y releer lo que subrayaste hace siglos.

Existía una expresión, estar absorbido por la lectura. Yo me la pasaba absorbido: sentado, tumbado en la cama, viajando en camiones de pasajeros o avión, en algún parque a la sombra, un café o caminando por la banqueta sin mirar casi los cruces de las calles. Por estudio o por placer, o las dos cosas, cargaba siempre uno o más libros y un lapicero. Colgado del tubo de una Ballena, arrumbado en un asiento esquinero del Metro, haciendo cola o en sala de espera, leía y leía. Primero sólo libros, pero empezó a haber más y más revistas buenas, comerciales o semiclandestinas. No le hacía el feo a las buenas historietas.

Existía una manufactura heroica para llegar a la lectura: el tipista, el impresor, el mecanógrafo de esténciles, el encuadernador. Todo se fue mecanizando, vinieron el offset, los facsímiles instantáneos, la maquila de libros que en su mayoría nacen muertos.

El objeto libro (no confundir con el libro-objeto) era celoso del espacio. Reclamaba una rendija propia en los anaqueles para su título, sus colores, su grosor y su estatura. Un libro no se guardaba en cajones, como no fuera la Biblia de Gedeón en los hoteles. Su acumulación producía laberintos que lo mismo llevaban a un país de maravillas que se convertían en monstruos. Había libros favoritos, libros enemigos, libros útiles. Preciadas primeras ediciones, piezas dedicadas o con valor sentimental, obras completas y ediciones de bolsillo, pasta blanda o dura. En fin, ya saben a qué me refiero. Ir a las librerías era una práctica nunca rutinaria, una adicción sin cruda.

Uso el pretérito pues parte de eso se está perdiendo aprisa. Acúsome de nostálgico. Las nuevas generaciones hallan extraño todo esto. Qué necesidad de acumular papel y polvo, para qué un diccionario gordo o una enciclopedia de dos metros teniendo Wikipedia y la Británica en línea. Los lectores tradicionales tratamos de acotar la invasión conectiva de los dispositivos, pero las exigencias laborales, de comunicación familiar y amorosa, el hambre de novedades en tiempo real, la fugacidad de la información, nos distraen continuamente. Al no ser nativos digitales, debemos adaptarnos como migrantes a nuevos hábitos no imaginados. Leer una novela o surcar un poemario exige un esfuerzo adicional, mas libera de la hipnosis del teléfono y la computadora.

¿Cómo leen los jóvenes que leen? ¿Cómo se leerá en el futuro? Se ha vuelto menos común acumular libros, ya no digamos revistas o recortes de periódico. Lo que no está en la red o la nube lo guardamos en un disco. Y si queremos leer libros, nos mudamos a la colonia Kindle o descargamos pedeéfes.

¿Es retrógrado sentir que se pierde aquella magia descrita con candor y gracia por Juan Rulfo en una de sus cartas a Clara, que alguna vez se usó a manera de presentación para sus Obras (Letras mexicanas, FCE, 1987)? Quien se acostumbra a leer conoce gentes y lugares increíbles, las tierras y los mares más raros que tú o yo hayamos visto, dice. Uno se vuelve flojo, y finalmente loco. Pero apacible, no furioso.

Hemos cambiado la postura corporal, la disposición mental, las formas de registrar y organizar nuestras lecturas. El minimalismo de dispositivos y memorias releva al papel y la tinta. En vez del fértil tiradero de tomos y hojas alrededor, leemos y trabajamos en espacios zen frente a una página que es a la vez cuaderno, televisión, biblioteca, periódico, buzón, surtidor de chistes y tienda.

Bienvenidos a la dispersión del pensamiento.

Cofepris no responde solicitud de autorización para siembra

 

Corresponsal
Periódico La Jornada
Lunes 27 de septiembre de 2021, p. 32

Cuernavaca. Mor., Cándido Millán Garduño es uno de 15 ejidatarios de Tetecala, Morelos, que solicitó a la Comisión Federal para la Protección contra los Riesgos Sanitarios (Cofepris) permiso para sembrar 2 mil metros cuadrados de mariguana.

Junto con otros 14 campesinos acudió, el 9 de agosto pasado, a entregar documentos a las oficinas de la comisión estatal (Coprisem), con copia para el presidente Andrés Manuel López Obrador; no obstante, no ha recibido respuesta.

El también miembro de la Asociación Civil de Pueblos Unidos del Sur de Morelos detalló en entrevista que en su petición expone que el cultivo de la hierba tendría como finalidad el crecimiento económico.

Menciona la declaratoria general de inconstitucionalidad 1/2018, que se publicó en el Diario Oficial de la Federación con fecha 15 de julio de este año, mediante la cual la Suprema Corte de Justicia de la Nación eliminó la prohibición absoluta al consumo lúdico o recreativo de cannabis y THC (tetrahidrocannabinol) que estipulaba la Ley General de Salud.

“Solicito el permiso correspondiente (…) sin fines de lucro, únicamente con la intención de crear crecimiento social dentro de la comunidad, en el sentido de que con el cultivo de esta planta se busca generar mejora en el medio ambiente, así como comenzar a incentivar a la población a originar nuevos cultivos conforme a las tendencias de operaciones comerciales nacionales e internacionales. Esto en el entendido de mi calidad de agricultor y ejidatario de un grupo vulnerable, afectado por la guerra en contra de las drogas (2006-2012)”, argumentó en el escrito.

Proponen elaborar productos artesanales

Explicó que si les conceden las autorizaciones sembrarán mil metros cuadrados de mariguana (planta hembra) y mil más de cáñamo (planta macho), y con ello obtener más ganancias que con otros productos.

Añadió que además de cosechar y comercializar el cannabis en cantidades menores, los pobladores de Tetecala buscan aprender también a elaborar productos artesanales que contengan ingredientes orgánicos, además de derivados de la mariguana, para aliviar dolores.

Tetecala sería el primer poblado cannábico de AL

 Buscan aprovechar legalización


Campesinos piden apoyo a AMLO para formar una cooperativa

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▲ Arriba, el presidente de la Asociación Civil de Pueblos Unidos del Sur de Morelos, Alejandro Vello Arellano (segundo de izquierda a derecha), acompañado de ejidatarios del municipio de Tetecala, quienes solicitaron a la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios autorización para sembrar 2 mil metros cuadrados de mariguana en sus tierras y convertir la localidad en el primer pueblo cannábico de América Latina.Foto Rubicela Morelos
Corresponsal
Periódico La Jornada
Lunes 27 de septiembre de 2021, p. 32

Cuernavaca, Mor., La Asociación Civil de Pueblos Unidos del Sur de Morelos, que encabeza Alejandro Vello Arellano, pretende hacer del municipio de Tetecala el primer poblado cannábico de América Latina.

Se trata de un grupo de campesinos que se definen como valientes y visionarios, quienes ven en la despenalización de la mariguana una oportunidad para recuperar el valor de sus tierras y superar la pobreza.

En entrevista, Alejandro Vello, médico de profesión y ejidatario de la localidad, recordó que la Suprema Corte de Justicia de la Nación anuló el 28 de junio pasado las prohibiciones para el uso recreativo de la cannabis, por lo que, si se cuenta con las autorizaciones correspondientes, está permitido sembrarla.

Aseguró que si ellos no lo hacen, otros lo harán, y puso el ejemplo del ex presidente Vicente Fox (2000-2006), quien ya tiene licencia para cultivarla y hasta para venderla, según para uso medicinal, a través de la empresa Paradise, de la que el político es socio, al igual que el actor Roberto Palazuelos.

Obviamente nosotros estamos en desventaja, porque el señor fue mandatario del país, tiene todos los contactos y todo el dinero del mundo; nosotros no, pero tenemos la voluntad, subrayó.

La tierra es de quien la trabaja

Confió en que contarán con la ayuda del presidente Andrés Manuel López Obrador y le envió un mensaje: Señor, si lee esta entrevista, apóyenos a nosotros, y no a Fox. Él es un traidor a la patria y la tierra es de quien la trabaja con sus manos, como decía el general Emiliano Zapata.

Vello Arellano explicó que la intención en Tetecala es crear una cooperativa en beneficio de la comunidad y que cada campesino pueda plantar 2 mil metros cuadrados de manera legal, lo cual no considera descabellado ya que, aseguró, se destinará a fines medicinales y lúdicos. Y si no lo hacemos en Morelos lo harán en Guerrero, Nayarit o Sinaloa. Queremos ser la punta de lanza, los que no sentimos miedo.

Tenemos dos fines: uno turístico y otro industrial. Queremos convertirnos en el primer pueblo cannábico de América Latina; ser como Ámsterdam, en Europa. Vamos a traer turismo nacional e internacional. Por otra parte, todos aquí nos dedicamos principalmente a la agricultura, entonces sólo vamos a cambiar lo que se siembra, que era maíz, arroz y caña; ahora será mariguana, lo que mejorará la economía local, regional y estatal, afirmó.

En este municipio hay unos 130 ejidatarios, pero en un inicio son 15 quienes, como parte del programa piloto, solicitaron el pasado 9 de agosto permisos a la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofrepris).

Cuentan que la idea se les ocurrió en una ocasión que se reunieron para platicar sobre las deudas que arrastran debido a que los recursos que obtienen por sus cosechas de caña y maíz ya no les alcanzan ni para comer decentemente, por el aumento reciente de los productos de la canasta básica y de combustibles como la gasolina, diésel y gas.

Según sus investigaciones un kilo de mariguana, distribuido en diferentes productos medicinales les generará una ganancia de más de 2 mil pesos, mientras la tonelada de caña se les paga en mil 300.

Tetecala, ubicado en el suroeste de Morelos, cuenta con unos 10 mil habitantes, quienes al igual que en otros lugares del estado y del país han sufrido la presencia de la delincuencia organizada. Se preguntó al líder de la asociación si no considera este proyecto un riesgo, a lo que respondió:

“El tráfico de la mariguana quedó en los ochentas. Las principales fuentes de ingresos del crimen organizado son el cristal, la piedra y el fentanilo. La hierba ya no es negocio para ellos. Es ahí en donde nosotros entramos, porque lo haremos de manera legal. No vamos ser grupos antagónicos ni a competir por el mismo mercado. Es totalmente distinto”.

Es constitucional la suspensión a siembra de maíz transgénico: ministra Norma Piña


 
Periódico La Jornada
Lunes 27 de septiembre de 2021, p. 13

La ministra Norma Lucía Piña Hernández afirmó que es constitucional la suspensión dictada contra la siembra comercial de maíz transgénico, si bien señaló que esta decisión debe ser debidamente fundada por el juez de la causa.

En un proyecto de sentencia, distribuido entre los ministros de la primera sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) que analizarán el caso, señala que las suspensiones otorgadas por autoridades judiciales deben responder siempre al interés mayor: No hay manera de comprender en una regla todas las circunstancias que pudieran presentarse, en todos los casos posibles, materia de una acción colectiva que pueden ir desde la protección de intereses como los derechos de los consumidores, hasta las complejas y múltiples situaciones que se podrían presentar en detrimento del medio ambiente, cuando están en juego intereses difusos de una colectividad indeterminada.

Se trata concretamente de un amparo promovido por la empresa PHI México en contra de la aplicación del artículo 610, fracción IV, del Código Federal de Procedimientos Civiles, que permite a los administradores de justicia tomar cualquier otra medida que el juez considera pertinente dirigida a proteger los derechos e intereses de una colectividad.

Piña funda también su propuesta en la contradicción de tesis 2/97, en la que el tribunal pleno estableció que existe discrecionalidad cuando la ley otorga a la autoridad un amplio campo de apreciación para decidir si debe obrar o abstenerse para resolver cuándo y cómo debe actuar o para determinar libremente el contenido de su posible actuación. En ese sentido, precisó que la base de este tipo de atribuciones es la libertad de apreciación que la ley otorga con el propósito de lograr la finalidad que la propia ley señala. Su ejercicio implica, necesariamente, la posibilidad de elegir entre dos o más decisiones sin que ello signifique arbitrariedad”.

Sin embargo, agrega que las decisiones de los juzgadores deben ser fundadas y motivadas, puesto que el margen de discrecionalidad conferido por el legislador no es tan amplio y que, en todo caso, está sujeto a ciertos límites jurídicos que deben ser motivados por el aplicador, como lo son el que la media sea lícita, que no cause más daños que los que debe prevenir, que no cause una afectación ruinosa al demandado, que sea adecuada para evitar daños difícilmente reparables o irreparables que dejen sin materia el juicio y que exista urgencia porque sea previsible que estos daños se actualizarán o consumarán.

El proyecto de la ministra Piña estaba listo para votarse en la primera sala de la Corte el 22 de septiembre, pero la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales presentó ante el máximo tribunal un nuevo alegato con más argumentos a favor de la suspensión que impide a PHI México sembrar maíz transgénico en territorio nacional.

Para analizar este documento, el proyecto quedó en lista, no fue votado y el asunto no aparece en la agenda de las próximas dos sesiones de la primera sala.