jueves, 28 de diciembre de 2006

El hombre asegura que voces infantiles lo sedujeron; se internó en el monte y se perdió

Hallan vivo a turista inglés que se extravió por varios días en Uxmal


Luego de 3 jornadas de búsqueda, el sexagenario apareció fracturado, agotado, pero al ver a los rescatistas expresó: "Merry Christmas"


Se lo llevaron los aluxes, decían los lugareños


LUIS A. BOFFIL GOMEZ CORRESPONSAL


William Ditchbrun, tras ser rescatado en el municipio de Santa Elena, donde se ubica las zonas arqueológicas de Uxmal

Mérida, Yuc., 27 de diciembre. Narran las leyendas mayas que los aluxes, también llamados "pequeños duendes mayas", son muy traviesos y, en ocasiones, malintencionados. Muchas personas aseguran haberlos visto de noche, pero nada más concreto. Según la tradición, estos seres juegan con la gente pero cuando se irritan, al ver personas ajenas en su territorio, los engañan y extravían.


El turista inglés William Allan Ditchbrun, de 69 años, pudo ser víctima de los aluxes, o protagonista de un simple extravío: se perdió durante casi tres días cuando recorría la zona arqueológica de Uxmal, en el municipio de Santa Elena. Se le halló la madrugada de este miércoles exhausto, fracturado, con frío y hambre, pero con su tradicional flema británica; se limitó a decir "Merry Christmas" (Feliz Navidad), al momento que lo encontraron equipos de rescate.


El domingo 24 de diciembre, William despertó en su cuarto de hotel, desayunó y junto con sus compañeros de viaje fue a recorrer la zona arqueológica de Uxmal, situada a unos 100 kilómetros al sur de la capital yucateca. No sabía lo que le esperaba.

Foto: Diario de Peso

El guía de turistas, Luis Flores, ofreció a los visitantes un amplio recorrido por la legendaria ciudad maya. Poco después de las 5 de la tarde, todos regresaron a su hotel, a excepción de William Allan.


Por la noche, ni rastros del inglés. Temiendo algo serio, Flores y empleados del Instituto Nacional de Arqueología e Historia en Uxmal buscaron en los alrededores del lugar, pero nada. ¡Vaya Navidad!


La búsqueda se intensificó al otro día, el lunes 25. Para ello, las autoridades turísticas desplegaron equipos policiacos de rescate de los municipios de Santa Elena, Muna y Tekax. Colaboraron alrededor de 30 agentes y campesinos mayas, conocedores expertos de la región.
Una noche antes, una fuerte lluvia azotó la zona y borró los posibles rastros. No faltó quien dijera: "Se lo llevaron los aluxes". Según el guía de turistas, respetuoso de las leyendas y tradiciones mayas, "la posibilidad era latente", pues "no hay que molestar a los duendes".


Cuando la desesperación era manifiesta, tanto de los policías como de los coterráneos de William, el inglés fue hallado monte adentro la madrugada del miércoles, cerca de la ranchería San Simón, a unos cinco kilómetros de Uxmal. El hombre padecía hipotermia, hambre, sed, agotamiento y tenía fracturado un tobillo. "Merry Christmas", gritó a sus salvadores cuando los vio llegar. De inmediato fue llevado a un hospital de Mérida.


Sin hablar español, mediante un intérprete, William afirmó que se perdió en el monte, que unas voces infantiles lo llamaron, lo "sedujeron", y así se internó en el monte. Por la noche sintió que pequeñas figuras lo vigilaron y se burlaron de él, le arrojaron pequeñas piedras, lo molestaron hasta que cayó y se fracturó. Entonces los aluxes lo dejaron solo y vivo para contar su historia.


¿Fueron los duendes mayas, acaso? ¿O nada más un extravío?

martes, 26 de diciembre de 2006

El primer preso político del sexenio


Luis Hernández Navarro

Flavio Sosa, uno de los dirigentes de la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca (APPO) más conocidos por la opinión pública, fue detenido el pasado 4 de diciembre en la ciudad de México. Acababa de salir de una conferencia de prensa en la que su organización ratificó su disposición a reanudar las negociaciones con la Secretaría de Gobernación un día después.

Su aprehensión fue escandalosamente difundida por los medios de comunicación electrónica. Fue presentada como si el gobierno federal hubiera dado un duro golpe a la delincuencia en el país. Flavio fue trasladado al penal federal de alta seguridad de Almoloya de Juárez, en el estado de México, donde se encuentran asesinos, secuestradores y narcotraficantes.

Sosa fue acusado de varios delitos que no cometió: ataque a las vías de comunicación, robo específico, robo calificado con violencia, secuestro, daños por incendio, resistencia a las autoridades. Sin haber sido juzgado se presumió que es culpable y un individuo de alta peligrosidad. La verdad es que es un dirigente político y social. Las acusaciones que se le han hecho son parte de la pretensión del gobierno de Felipe Calderón de criminalizar la protesta social.

Flavio nunca fue "el dirigente único o principal" de la APPO. Fue, sí, uno de sus voceros más solicitados por los medios de comunicación. Su disposición para dar entrevistas, su facilidad de palabra, su conocimiento de la problemática local y su capacidad para explicar el movimiento lo convirtieron en un interlocutor natural de reporteros y comentaristas. Su organización, Nueva Izquierda de Oaxaca, es una más de las casi 350 asociaciones que fundaron el movimiento. El se ganó un lugar dentro de la lucha pero estuvo muy lejos de ser el jefe máximo de las protestas.
A pesar de la pretensión de mostrarlo como un facineroso de cuidado, Sosa no es un radical. No es un líder que coma lumbre. Conoce el valor del diálogo y del trato político con el poder. Se deslindó permanentemente de las organizaciones armadas y enfrentó personalmente a los jóvenes radicalizados. Es, por el contrario, una de las figuras más proclives a la negociación dentro del movimiento.

Flavio Sosa nació en la comunidad de San Bartolo Coyotepec en 1953. Fue diputado federal en la LII Legislatura por parte del Partido de la Revolución Democrática (PRD), partido con el que rompió en 2000 para sumarse a las filas del voto útil que apoyaron la candidatura de Vicente Fox. Más tarde se reincorporó a las filas del sol azteca. Fundó con otros dirigentes indígenas el Partido de la Unidad Popular en Oaxaca, un instituto auspiciado por el gobernador José Murat, para romper la unidad de la oposición que postuló como aspirando a mandatario estatal a Gabino Cué. Fue parte de la Unión Campesina Democrática (UCD) y, después, de la Unión Nacional de Organizaciones Regionales Campesinas Autónomas (UNORCA).

Con muy poco espíritu autocrítico, esta volatilidad política fue fuertemente cuestionada por la clase política y varios medios de comunicación. Irónicamente no es exclusiva de él, sino que se ha convertido en una costumbre de los políticos profesionales del país. Los hoy panistas Juan José Rodríguez Pratts, Florencio Salazar, Francisco Barrio y Felipe González (por citar sólo algunos) militaron en las filas del partido Revolucionario Institucional (PRI) y cambiaron de bando cuando no fueron postulados para el puesto al que aspiraban.

Después de 1968 se decía que el PRI no necesitaba de una escuela de cuadros porque para eso tenía al Partido Comunista Mexicano. La cantidad de militantes de izquierda que entraban a las filas del tricolor hacía que el chascarrillo tuviera credibilidad. Hoy las cosas han cambiado. El PRD se nutre regularmente de los desprendimientos del PRI. La misma Patricia Mercado, que tan acremente criticó a Flavio Sosa, ha pasado por varios institutos políticos: fue integrante del Partido Revolucionario de los Trabajadores y candidata a diputada por el Partido del Trabajo.
Como lo han hecho multitud de organizaciones sociales reivindicativas en Oaxaca y en el resto de país, la organización que Flavio dirige recibió recursos públicos para atender demandas de sus afiliados. Las organizaciones sociales son mediadores legítimos para negociar con los gobiernos la solución de requerimientos de la población pobre del país. Este hecho, absolutamente natural y legítimo, quiso presentarse como muestra de su corrupción. Para algunos medios de comunicación los únicos subsidios justificados son los que el gobierno federal otorga a los empresarios.

¿Por qué el gobierno federal decidió detener a Flavio si no era el líder de la APPO, era parte del ala más proclive a negociar y se preparaba para dialogar con la secretaría de Gobernación? Porque la administración de Felipe Calderón quiso dar un golpe mediático, deteniendo a uno de los pocos rostros visibles de la protesta oaxaqueña, públicamente identificado con el PRD, al tiempo que creía colocar al movimiento en una situación aún más difícil. Se había hecho de Flavio la "bestia negra" del movimiento, y los medios de comunicación alimentaron la especie después de su encarcelamiento.

La decisión fue una estupidez. Flavio Sosa está en la cárcel, como lo están muchos otros activistas más, a los que el gobierno detiene y el gobierno libera a discreción. A pesar de ello, la exigencia de que Ulises Ruiz renuncie como gobernador de Oaxaca sigue, las movilizaciones de protesta se mantienen (y se han extendido a 37 países) y al mandatario estatal casi nadie lo obedece. El miedo de los ciudadanos se ha convertido en indignación.

Flavio Sosa se convirtió en el primer preso político del sexenio. Felipe Calderón lo convirtió en una celebridad internacional. El buscador de Google arroja 250 mil referencias con su nombre. Wikipedia tiene una ficha con sus datos. A menos de un mes de haber tomado posesión, la nueva administración enfrenta una grave crisis de derechos humanos. Y, lejos de disminuir, el problema crece.

lunes, 25 de diciembre de 2006

La detención de los dirigentes de la APPO, signos funestos sobre México


El estado policíaco de Calderón; policías disfrazados de funcionarios civiles
Juan Monrreal López
Diciembre 6 de 2006
Torreón, Coahuila.-La detención del dirigente de la APPO Flavio Sosa Villavicencio en la ciudad de México, es anuncio, es advertencia para los dirigentes sociales; criticar a las autoridades o ejercer derechos constitucionales es peligroso en este país. Más grave aun, los conflictos sociales no se resolverán por las vías de la negociación, serán resueltos a palo y cárcel, como lo esta evidenciando el conflicto oaxaqueño.

Luego de casi seis meses de que se constituyera la APPO, Flavio Sosa, uno de los líderes más visibles del movimiento fue detenido después de haber efectuado el lunes 4 de diciembre una rueda de prensa en el Centro de Comunicación Social (CENCOS).

En el encuentro con los medios, los dirigentes de la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca (APPO) dijeron que se reunirían la mañana siguiente con el Secretario de gobernación Francisco Ramírez Acuña, con la intención de fijar la agenda y mesas de negociación buscando destrabar el conflicto en Oaxaca.

Apenas un día antes, el domingo 3 de diciembre, el pintor oaxaqueño Francisco Toledo había subrayado el inminente peligro de guerra civil que se vive en esa entidad. Señaló, que las autoridades federales no actúan en contra de quien consideran el máximo escollo para que la normalidad se restablezca en el estado sureño; Ulises Ruiz Ortiz.

Como repetición del episodio de la traición y asesinato de Emiliano Zapata, en la Hacienda de Chinameca, cuando concertó con Jesús María Guajardo encontrarse para pactar; la celada tendida por el gobierno federal en contra de los dirigentes de la APPO funcionó.

Lo mismo hizo Ernesto Zedillo cuando pidió al Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) sentarse a negociar, mientras simultáneamente liberaba las órdenes de captura contra los dirigentes de esa organización armada.

El prendimiento de Sosa Villavicencio revive estos episodios de felonía, pues habían acordado con el Secretario de gobernación, Francisco Ramírez Acuña entrevistarse en las oficinas de Bucareli para explorar salidas al conflicto en Oaxaca.

Este es el primer mensaje de dureza del gobierno calderonista aplicada en contra de dirigentes sociales, que tanto aplaudió la locutora de Televisa Diane Pérez en la transmisión oficial de la toma de protesta de Calderón.

Ahora con las detenciones de varios líderes oaxaqueños, entre los que se encuentran varios profesores de la Sección 22, las puertas de la negociación se encuentran a punto de rendija. Con los líderes de la APPO encarcelados, Ulises Ruiz protegido, un Felipe Calderón enceguecido ante el asunto oaxaqueño, las soluciones sólo caminan por el lado de someter a la APPO a las determinaciones que tomen el gobierno federal y el gobierno de Oaxaca.

En tan sólo 5 días del gobierno calderonico existen signos aciagos de lo que viene contra todo aquel que disienta.

Primero, Jorge Zermeño autorizó la exagerada presencia del ejército en el recinto legislativo de San Lázaro a través del Estado Mayor Presidencial (EMP).

Las calles aledañas a la Cámara de diputados fueron sitiadas por la PFP, - soldados con funciones civiles-.

Fox entregó la banda presidencial al ejército a través de un cadete la madrugada del 30 de noviembre.

El primero de diciembre, el operativo montado para que Calderón diera esa especie de golpe de estado en la tribuna parlamentaria, estuvo coordinado por el EMP, no por los legisladores. Por si fuera poco, los nombramientos del gabinete de Calderón tienen claro tinte policíaco.

La Secretaria de gobernación pasó a manos de Francisco Ramírez Acuña, ex gobernador de Jalisco amante del orden, onradez y ornato, según acuñó el caricaturista Palomo. Ramírez Acuña es hombre de visiones únicas, relacionado con la ultraderecha yunquista.

Luego Calderón nombró a Eduardo Medina Mora como titular de la PGR, pese a que sobre Medina Mora pesan sendas recomendaciones de la Comisión Nacional de los derechos Humanos (CNDH) por las tropelías cometidas desde la PFP contra los habitantes de Atenco, los trabajadores de la Siderúrgica las Truchas de la Sección 271 de mineros. Ahora mismo, esa misma policía ocupa la ciudad de Oaxaca.

Entonces Calderón designó a un policía político como Juan Molinar Horcasitas al frente del IMSS, aun cuando Molinar carece de total experiencia administrativa, además de desconocer el sector salud. Molinar ya amenazó en su toma de protesta que irá contra el Régimen de jubilaciones y pensiones del Sindicato Nacional del Seguro Social (SNTSS), una de las máximas conquistas laborales de este gremio.

Simultáneamente entregó el ISSSTE a Miguel Ángel Yunes, ex secretario de seguridad pública relacionado con casos de pederastia.

Todo en aras de “mandar” señales de estabilidad a nivel internacional que nos costarán a los mexicanos espacios de libertad, de ejercicio de nuestros derechos constitucionales.

Y mientras todos los que votaron por Calderón conservan expectativas de mejoría económica, ya se aumentaron los precios de combustibles, - oferta electoral de Calderón Hinojosa, de bajar el precio-, que trajeron incrementos en cascada sobre la canasta básica.

Por eso, por aquello de las dudas, el gabinete calderonista se previno, por si la gente se atreve a protestar. Los policías ya están esperando, sólo que disfrazados de funcionarios civiles.

Fox ya se fue, pero dejó las botas.