martes, 26 de agosto de 2008

COBAED, nido de fraudes

Directora, Lorena Yolanda Carrillo Cerrillo, opera la banda que saquea la institución


* Académicos denuncian millones de pesos atracados; es caja chica del PRI, dicen


Juan Monrreal López
Agosto -26- 2008



Durango, Durango.- Desvío de fondos educativos, nóminas infladas, maestros “aviadores”, refugio de priistas en desgracia, caja chica al servicio de los procesos electorales del PRI, desorden administrativo, desorganización académico, trabajadores divididos en dos sindicatos; son sólo algunas de las características reunidas por Colegio de Bachilleres del estado de Durango (COBAED), que a nivel estatal dirige Lorena Yolanda Carrillo Cerrillo.

Conformado por una plantilla de mil 250 personas, - 300 de confianza -, en condiciones de trabajo llenas de incertidumbre; el malestar laboral se exhibe a partir de los nombramientos de los directores generales que han regentado la institución desde que esta nació.

El sistema COBAED, nació hace 20 años. Desde entonces, las capacidades académicas y profesionales se han estructurado pensando en servir a quien rige la vida política del estado, más nunca, en construir un régimen escolar de excelencia que diera albergue a los miles de estudiantes que son rechazados del sistema CBTIS, COBACH, o de las preparatorias estatales, que por infortunio, no cuentan con dinero suficiente para pagarse estudios medios en una institución particular.

Un primer paso hacia la descomposición de las relaciones laborales que privan en el COBAED, surge por la manera que se imponen a los dirigentes sindicales. Los representantes gremiales son instalados por los gobernantes en turno, sin tomar en cuenta el parecer de los miembros del COBAED. Así fue puesta la actual Secretaria general, Evangelina Ayala Esparza, quien se encuentra más atenta a los llamados de los mandos educativas, que a las demandas que plantean los trabajadores en los 32 planteles que este sistema tiene en el estado.

De hecho, el COBAED mantiene dos sindicatos que dividen a los aproximadamente 1000 trabajadores de base que dan vida a la institución.

Por un parte, existe el sindicato oficial Sindicato de trabajadores Académicos y Administrativos del Colegio de Bachilleres del estado de Durango (STAACOBAED), que agrupa alrededor de 550 trabajadores, mientras el Sindicato Independiente de Trabajadores del Colegio de Bachilleres del estado de Durango (SITCOBAED), agrupa aproximadamente 400 empleados.

Fragmentados, a nivel estatal, pero también a nivel de los planteles, los académicos y manuales de la institución, se ven reducidos a aceptar lo que acuerde el STAACOBAED que dirige Evangelina Ayala, pese a que a nivel de algunas escuelas como el Colegio de Bachilleres de Lerdo, Durango, la mayoría decidió agruparse en el SITCOBAED, lo que genera fricciones tan fuertes que han llegado al paro del centro educativo, como ocurrió en febrero del 2008.

Siendo titular del Contrato Colectivo de Trabajo el STAACOBAED, las demandas de los trabajadores del COBACH, caen en oídos sordos del Director Armando Ortega Madueño. Personalmente ha manifestado que sus compromisos son; en primer lugar, con la Secretaria general del STAACOBAED, Evangelina Ayala Esparza, pero también con el Coordinador sectorial de La Laguna, Fermín Cuéllar González, un priista que durante años se ha dedicado a las triquiñuelas electorales.

Para Cuéllar González, la situación de irregularidades de los COBACH de la Región Lagunera, no son preocupación, su desvelo es promover reuniones proselitistas a favor del diputado federal José Rosas Aispuro Torres, para que el ex alcalde duranguense alcance la candidatura del PRI hacia la gubernatura en el 2010. Por eso, “impuso varios directores de planteles sin ningún mérito académico, mucho menos con vocación educativa, como Mario Alberto Saucedo Reina, director del plantel de Bermejillo”, lo que ha convertido al COBAED Laguna, en guarida de operadores electorales conocidos como mapaches.

COBAED caja chica para apoyar al PRI

Sin más meta en la vida que depredar el dinero que no es de ellos, los directivos del COBAED han inventado diversas maneras de agenciarse recursos económicos para sus cuentas bancarias o para apoyar los procesos electorales del PRI, delito que el Código Penal de la Federación tipifica como fraude.

Altos funcionarios de la Institución describieron a Demócrata Norte de México, uno de estos mecanismos que año con año saquean las arcas públicas de la República pero también de Durango.

“Mire, para empezar el número de alumnos registrados en el sistema se encuentra inflado. Actualmente existen cerca de 8 mil alumnos, pero la Directora general Lorena Yolanda Carrillo Cerrillo, presentó un padrón estudiantil de 13 mil. El fin de presentar una matrícula tan alta es porque los recursos económicos llegan de acuerdo a total de alumnos, de manera que el COBAED está recibiendo dinero para atender 13 mil alumnos, no para los 8 mil que son realmente”.

Inquirido por Demócrata Norte de México, acerca del lugar preciso donde se encuentra el fraude, el burócrata explica:

“El procedimiento es el siguiente. Para empezar los recursos del COBAED provienen de la Federación, en un 80 por ciento. El resto, son partidas asignadas con dinero del estado. Para atender una población escolar extraordinaria que en este caso es de cerca de 5 mil alumnos, cuando menos se requieren 40 profesores más, si a ellos se les asigna un salario mínimo de 5 mil pesos mensuales, estamos hablando que tranquilamente la Directora general Lorena Yolanda Carrillo, se está quedando con 200 mil pesos mensuales, que multiplicados por el año, resultan, 2 millones 400 mil pesos. Esto es sin contar los materiales de apoyo que se asignan para atender al alumnado, más vacaciones, entre otra renglones económicos”.

Abunda:

“Mire, para estar perfecto en el sistema, basta que tenga buenas relaciones con los jerarcas priistas, o que de plano se preste para sustraer el dinero que llega al COBAED. Por eso las ligas de interés entre la directora general y la lideresa del sindicato son las mismas; conservar el sistema COBAED al servicio de quienes gobiernan. Está tan podrido todo, que en el pasado proceso electoral federal (2006), la directora Carrillo Cerrillo, se quejó de las tareas electorales que tenía que desarrollar; gritó que eran muy caras, que el dinero que se emplearía era mucho y que no había tanto en las cajas del COBAED. Aún más. Externó que eso no lo entendía el gobernador, Ismael Hernández Deras”.

Lo paradójico de todo esto es que, mientras en las triquiñuelas tipificadas como fraude se arman a expensas de inflar los padrones del alumnado, existe un sub ejercicio presupuestal; se hallan escuelas que ya tienen asignadas partidas pero no funcionan. Tal es el caso del hipotético plantel que existe en Bermejillo, Durango. Peor aun. Los centros escolares ya establecidos carecen de apoyos mínimos para efectuar las tareas docentes.

COBACH de Lerdo; bomba de tiempo

Más tensos por encontrar el carro de la sucesión gubernamental para subirse, que interesados del mejoramiento académico y condiciones generales de trabajo de los miembros del COBAED, los directivos de este sistema, prefieren ocuparse de lo primero.

La Directora general Lorena Yolanda Carrillo Cerrillo, junto con el Coordinador sectorial de La Laguna, Fermín Cuéllar González, al igual que el director del COBACH-Lerdo, Armando Ortega Madueño; se hallan empecinados en enterrar la cabeza para evadir las exigencias laborales planteadas por los miembros del SITCOBAED, sobre todo, el respeto irrestricto al Contrato Colectivo de Trabajo.

El COBACH, Lerdo, reúne varias características que lo hacen especial. Es uno de los planteles fundadores del COBAED, junto con la Escuela Forestal, ubicada en la ciudad de Durango, hace 20 años. También es de las escuelas con mayor número de alumnos, por tanto, de docentes, manuales y administrativos. Sin embargo, quizá lo que resalte más, en un universo donde los derechos laborales se escamotean a discreción, es que en el COBACH, nació el SITCOBAED, un sindicato contestatario surgido de la necesidad de defender los derechos laborales de quienes allí trabajan.

Germinado en la mayoría de la planta laboral del COBACH, el SITCOBAED mantiene una proporción del 70 por ciento de la plantilla de trabajadores, no obstante, sus demandas no son escuchadas. El argumento es que no son los titulares del Contrato Colectivo del COBAED; representación jurídica que ostenta el oficialista STAACOBAED, que dirige Evangelina Ayala Esparza.
Por eso, numerosos conflictos surgidos en la institución lerdense, se han resuelto por el camino de la acción directa.

En febrero de este año, obligados por las evasivas perpetuas de la Dirección escolar y del sistema, la mayoría de los miembros tuvieron que parar labores. Las autoridades educativas no quisieron atender las peticiones concretas presentadas reiteradamente por el SITCOBAED; exigencias tan simples como el respeto al Contrato Colectivo, y, al escalafón.

De hecho, el paro no se encuentra lejos de suceder nuevamente. El SITCOBAED, viene exigiendo desde el mes marzo del presente año, respeto total al escalafón; petición que no se escucha en ningún círculo de poder, sea este oficial o sindical.

COBACH, Lerdo; desorden total

“Aquí en el COBACH de Lerdo, todo se puede, bueno, siempre y cuando lo vean con buenos ojos en Durango”, dicen un par de educadores a Demócrata Norte de México.

“Hemos tenido de directora del plantel a una profesora que tiene incapacidad total y permanente, María Luisa González Achem, pero como su hermano, Luis Fernando “El Güero Achem”, fue alcalde de este municipio, de alguna manera tiene buenas relaciones con el PRI y el poder de la capital del estado. María Luisa estuvo adscrita aquí sin ningún problema, de ese tamaño son las irregularidades”.

También los docentes explicaron el grave deterioro administrativo. El origen lo achacan al continuo cambio de directores. En tan sólo 7 años han desfilado 9 directivos, por lo que hace prácticamente imposible darle continuidad a cualquier esquema laboral o académico.

Por lo pronto, los miembros del SITCOBAED, que dirige María Cecilia Ibarra Martínez, se sienten lastimados en sus derechos laborales; escalafonarios; pero además, permanecen sin ser atendidos.

Los profesores dicen que, “de seguir así las cosas, seguramente llegaremos a parar; no nos dejan otra salida”, sentencian los mentores.

Mientras el conflicto en el COBACH, se encuentra en vísperas de estallar; Fermín Cuéllar González, se encuentra en plena campaña a favor del diputado federal José Rosas Aispuro Torres. Tampoco le quita el sueño el rechazo a la incompetencia de varios de los directores de plantel, como el Director del COBACH-Lerdo, Armando Ortega Madueño; o de Eduardo Escobedo Reyes, responsable del COBACH del poblado de Gregorio García, en el municipio de Gómez Palacio. Los conflictos laborales, no se encuentran en su agenda.

En tanto, la Directora General, Lorena Yolanda Carrillo Cerrillo, se enfoca a cuadrar las cuentas del uso fraudulento de los recursos provenientes de la federación.

A la par, la Secretaria general del STAACOBAED, Evangelina Ayala Esparza, espera las instrucciones de las autoridades educativas, aunque los derechos de los trabajadores sean pisoteados.

Del director del COBACH, Lerdo; Armando Ortega Madueño, simplemente carece del poder necesario para negociar con los trabajadores del plantel.

Luego se irritan por el estallido de los conflictos.

lunes, 25 de agosto de 2008

Narco y corrupción, hermandad que no se extingue

Julio Scherer García

Desde la cúspide del poder, Felipe Calderón la acusó, la juzgó y la sentenció: era el enlace de los cárteles mexicanos con los grandes capos colombianos. Apenas detenida, sin juicio alguno de por medio, el Presidente de la República llegó a decir que era una de las delincuentes más peligrosas de América Latina. Sandra Ávila Beltrán fue condenada de antemano por obra y gracia del autoritarismo presidencial. Recluida desde hace un año en la cárcel de mujeres de Santa Martha Acatitla, en el Distrito Federal, la llamada Reina del Pacífico –apodo que, según ella, le impuso la PGR– aceptó una prolongada serie de entrevistas con Julio Scherer García –dos visitas a la semana durante varios meses, horas y horas y horas de grabación– en las cuales, a golpe de preguntas, detalló su vida personal, inmersa en la sociedad del narco, sus relaciones con hombres célebres de ese mundo y afirmó, porque lo puede afirmar con las vivencias y testimonios a flor de memoria y de epidermis: los capos y las autoridades corruptas entrecruzan sus vidas y a través de su perversa hermandad explican por qué el narcotráfico es fuego que no se extingue. De La Reina del Pacífico: es la hora de contar, el nuevo libro del fundador de Proceso, que la editorial Random House Mondadori pone en circulación en estos días, extraemos los fragmentos que adelantamos en estas páginas.

Sandra Ávila Beltrán ha vivido como ha querido y ha padecido como nunca hubiera imaginado. En los extremos se han tocado la riqueza y la muerte. Ahora habita en la cárcel, soez el concreto negruzco de los muros que cancelan el exterior; soez el lenguaje; soez su estridencia; soez la locura que ronda; soez el futuro como una interrogación dramática.

En la sala de juntas del reclusorio femenil de Santa Martha Acatitla, la Reina del Pacífico iría dando cuenta de su vida. A lo largo de sus 44 años ha escuchado ráfagas de metralleta que no logra acallar en los oídos; ha escapado de la muerte porque no le tocaba morir; ha galopado en caballos purasangre y ha llevado de las riendas ejemplares de estampa imperial que siguen La Marcha de Zacatecas; ha jugado con pulseras y collares de oro macizo, se ha fascinado con el esplendor de los brillantes y el diseño surrealista de piedras inigualables; de niña, entrenada al tiro al blanco en las ferias, ya mayor ha manejado armas cortas y armas largas; ha disfrutado de las carreras parejeras, las apuestas concertadas al puro grito sin que importe ganar o perder; ha participado en los arrancones de automóviles al riesgo que fuera y ha bailado los días completos con pareja o sin pareja. Absolutamente femenina, dice que le habría gustado ser hombre.

Por escrito, yo había solicitado del licenciado Antonio Hazael Ruiz, director de los reclusorios de la ciudad de México, autorización para reunirme con la señora. La había observado durante su presentación en la tele el día de su captura y había escuchado a un locutor que aludía a su sonrisa, sonrisa cínica, según dijo. Periodismo gratuito, pensé.

Más tarde, El Universal había anunciado en su primera plana una entrevista espectacular, a cuatro columnas la fotografía de Sandra Ávila. El diario desplegaba la exclusiva con alarde, momento en que di por perdido el proyecto que ya me encendía.

Sin embargo, el periódico engañaba a los lectores. Resultaba evidente que la entrevista no había tenido lugar y el texto, dividido en tres partes sucesivas, con titulares en primera plana, se ocupaba del personaje a distancia, de oídas. No retuve algún dato interesante, una descripción viva, algún diálogo que valiera la pena.

***

En la sala de juntas del reclusorio, aguardaba junto con la directora y algunas otras personas la presencia de la mujer tan famosa, de antemano convencido de su espectacularidad. Mientras hablábamos sin conversar y bebíamos café para distraernos, la directora fue informada:

–Me dicen que se está acicalando, que no tarda.

Vestida con el obsesivo color de las internas en proceso, café claro, se adentró en el salón, pausada, los pasos cortos. Tomó la iniciativa y nos saludó de mano, uno a uno. La miré a los ojos oscuros, brillantes, suave la avellana de su rostro. Me miró a la vez, directa, sus ojos en los míos.
Con el tiempo llegamos a bromear:

–El que pestañee, pierde.

El cabello, carbón por el artificio de la tintura, descendía libremente hasta media espalda y los labios subrayaban su diferencia natural: delgado el superior, sensual el de abajo. Observada de perfil, la cara se mantenía fiel a sí misma. De frente y a costa de la armonía del conjunto, un cirujano plástico había operado la nariz y errado levemente en la punta, hacia arriba.

De estatura media, apenas morena, sus grandes pechos sugerían un cuerpo impetuoso. Desde su cintura, las líneas de Sandra Ávila correspondían a la imagen de una mujer en plenitud. La señora calzaba sandalias, de rojo absoluto las uñas de los pies.

Fue incierta la primera entrevista. El tema que nos reunía era el narcotráfico, pero la palabra no llegaba a la sala de juntas. Yo no quería precipitarme y mencionar antes de tiempo la soga en casa del ahorcado, pero temía un silencio embarazoso que enfriara un ambiente que deseaba calentar. Hablé de los crímenes cruentos y los incruentos, los asesinos sañudos, la sangre eternamente limpia de las personas queridas. Hablé también de la impunidad, las insólitas fortunas personales y la corrupción de empresas descomunales que privan a la sociedad de escuelas, hospitales, caminos, seguridad.

Sandra Ávila, su figura dominante más allá de las palabras, dijo:

–En México hay mucha violencia y no creo que el gobierno pueda acabar con ella. La violencia está en el propio gobierno.

La opresión de la cárcel, sin escapatoria el tema circular que impone, me llevó a preguntar a Sandra Ávila si había leído Cárceles, un libro que escribí en 1988. El tema venía a cuento.
–No. De usted apenas me estoy enterando.

***

El peral sabe de las peras que maduran en sus ramas y Sandra Ávila sabe de los perales del narcotráfico. Pertenece a ese mundo y participa del mundo de los judiciales, los militares, los políticos. Unos y otros, los hombres del orden y los de la delincuencia, viven vidas que se cruzan y han terminado por formar una única vida desgarrada. Se saludan, conversan, concurren a las mismas reuniones, se agreden entre sí y terminan matándose, espectáculo a la vista de todos, como en el cine.

El encono se da entre fuerzas que no ceden. Los que gobiernan desde el poder cuentan con las cárceles de máxima seguridad, la amenaza permanente de la extradición, la institución del Ministerio Público, el monopolio de la represión. Los narcotraficantes poseen el dinero. Más, siempre más, hace posible que de un día para otro dejen el anonimato, la vida gris rata sin señoras que todos miren. Los bienes de la tierra son para su ego y también para regalos grandes, mansiones, carros y más carros, joyas y más joyas. Ahí está Osiel Cárdenas Guillén, ejemplo sobresaliente. El 10 de mayo enviaba a Matamoros, su ciudad natal, montañas de obsequios para las madres: refrigeradores, televisores, estufas, planchas, vestidos, abrigos y hasta Mercedes y BMW para las ganadoras de rifas excitantes, como los duelos del amor propio. En Navidad, las toneladas de juguetes eran para los niños.

Osiel hizo su fortuna en pocos años. Nació pobre el 18 de mayo de 1967 y ya muchacho se desempeñó como ayudante de mecánico, mesero y empleado de una maquiladora. A los 30 años fue el hombre más buscado por la Agencia Antinarcóticos (DEA, por sus siglas en inglés) y cuatro años después viajó encadenado a Estados Unidos sin un dólar y con fama de hombre sanguinario. Dice Sandra Ávila que fue un líder y lo sigue siendo, el único que, aun preso, conserva el poder intacto entre los suyos.

Rafael Caro Quintero es otro ejemplo de riqueza y popularidad, promiscuo para el amor, dotado como un semental. Cerca de la gente, lo mismo en los bailes que en el cementerio, romántico, enamorado, se quitaba lo que llevaba puesto para dárselo a quien se lo pidiera.

Cuenta la Reina del Pacífico:

–Yo lo admiraba por ayudar a su gente, era noble y espléndido con los suyos. Líder también, protector de su familia.

***

Dice Sandra Ávila que si voltea a un lado ve el narco, si voltea hacia el otro observa a las autoridades y si mira al frente los ve juntos. En ese ambiente nació rica, muy rica. Con el tiempo, la violencia se ha ido enseñoreando de su vida.

Los ojos de Sandra Ávila se encierran a veces en una tristeza fúnebre o en un hastío profundo, estados de ánimo que coinciden y se hacen uno en la desesperanza. Así me parece. Pero más allá de la depresión, al final sus ojos son como son: oscuros, simplemente negros.

Le pido que me platique de su infancia, de su familia. Su padre murió a fines del siglo pasado, hombre bueno. Su madre, María Luisa Beltrán, no mantiene relaciones con los narcotraficantes, a pesar de lo que se dice. Los conoce, pero no están vinculados a sus vidas. Su abuela, la Chata, tampoco. Así fue en Tijuana, así ha sido en Culiacán y así en Guadalajara, centros de la vida de Sandra Ávila. Cuando Felipe Calderón lanzó al Ejército contra los narcos, a su juicio sin medir las consecuencias de una decisión tan grave en esas ciudades que son parte de su existencia, la violencia imprimió tonos aún más sombríos al paisaje cotidiano de vastas regiones de la República.

No ve desenlace en la lucha sin cuartel que ahora se libra. Los muertos se suceden a los muertos, los secuestros a los secuestros y así seguirá siendo. Si cae un oficial, de inmediato es sustituido y si muere o es preso un capo, al rato aparece el sucesor. El Ejército no podría desaparecer, y la plaza narca, tampoco. Creció tanto y tanto sigue creciendo que su poder rebasa el mito. Es tangible como un bosque y de ahí su fascinación.

Platica de su hijo, de 21 años, hostigado por su origen. Ella ha intentado ponerlo a salvo de peligros ciertos e inciertos, largos los insomnios, invisibles las sombras visibles, pero ha sido inútil. A los 14 años fue secuestrado y un tiempo largo estuvo en Canadá, otro en Argentina. Regresó a su patria. Ahora, los abogados han recomendado que no viaje a la ciudad de México para encontrarse con su madre. Sería riesgoso para el muchacho, en la mira del gobierno. Lo mismo ha ocurrido con otras personas allegadas a la reclusa, su madre por sobre todas. Que no venga, dicen los asesores. Sandra Ávila se reúne con amigas y amigos, primos, pero no con los de mero adentro, los de su corazón. La directora del penal me dice que apenas tiene visitas.

En un diálogo prolongado, los silencios conversan. A veces, pesa romperlos.

Dice Sandra Ávila, casi íntima:

–Mis captores pueden tener de mí la opinión que les venga en gana, pero no pueden condenarme por mis relaciones personales, narcos o no narcos, trátese de quien se tratara. La persecución contra mis parientes me resulta infame: el poder desde la sombra es impune y vengativo.
Luego, en lucha por mostrarse dueña de sí:

–Me he emborrachado con la vida y he padecido crudas de las que me he levantado. Ahora tropiezo con los muros de mi celda entre la depresión y el ánimo, medio muerta y medio viva, caída y vuelta a levantar. Estoy aquí sin delito y esto ya va para 10 meses.

A punto de rodarle las lágrimas, un clínex las contiene en la cuenca de los ojos:

–No llore, señora.

–En la cárcel, lloramos todos.

***

Desde su nacimiento en 1963, la muerte ronda a Sandra Ávila, los círculos cada vez más estrechos. Ella mira la muerte como si la tuviera enfrente. Ha ido sabiendo que la tragedia es condición de la droga, poder que va rebasando otros poderes. A lo largo del tiempo, ese poder se ha constituido como una sociedad que da forma a códigos con lenguaje propio y a una cultura bárbara. En esas sociedades el gobierno es marginal, poco cuenta, o ya ni eso. Crece el número de las autoridades subordinadas al narco.

–He sabido de municipios de Michoacán, por ejemplo.

–Los narcos ya imponen autoridades a la luz del día, imponen a los presidentes municipales, los jefes de seguridad, los que les importan. Me he ido acostumbrando a esta realidad.

Agrega, la voz neutra, extrañamente impersonal, ausente el diálogo, el mundo adentro de su mundo:

–Me fui quedando sola, en un mundo lleno de adversidades. Ahora en la cárcel, ya no es la soledad la que punza sino el aislamiento, mil soledades juntas.

***

No niega la señora su relación con el mundo del narco. Ahí nació, ahí creció, ahí conoció la amistad, el amor, ahí se hizo conocida. Reina del Pacífico se le impuso como un seudónimo que rechaza. Ésa es su realidad, pero hay otra, su relación con la sociedad en su conjunto.

Dice:

–Ese mundo [el del narco] me ha traído rabia impotente, sufrimiento.

–¿Qué tiene contra su sobrenombre?

–Fui capturada y los medios me exhibieron con todo su poder. Narcotraficante, peligrosa, es lo menos que han dicho de mí en su gritería. A su vez, el gobierno me ha utilizado para hacerse propaganda, necesitado como está de mostrar cartas de triunfo ante un pueblo que le retira su confianza.

–¿Alguna vez alteró usted su rostro? ¿Se pintó el cabello, por ejemplo?

–No cambié mi cara y una sola vez me pinté el cabello entre amarillo y rojizo. De tan negro que era, bajo el sol brillaba un azul intenso y aun morado. En un libro que usted me regaló (Carta a mi madre, de Juan Gelman) se habla del cabello negriazul. Así era el mío. Me gusta largo, me lo acaricio y uso tintura para vencer las canas. El cabello me lo pinté como mínima medida de seguridad en un viaje por carretera de la ciudad de México a Culiacán que realicé acompañada de una prima para pasar las fiestas navideñas con mi familia. Huía de la justicia, consignada por la procuraduría. Ya había dejado los aviones, tan peligrosos en mis circunstancias. Huyendo he pasado cinco años, de 2002 a 2007.

–En tan largo tiempo, ¿se apartó de la vida del narco?

–No puedo negar que a ese mundo pertenezco. Ahí nací, ahí crecí pero también me desarrollé entre personas ajenas al crimen, a la lucha brutal por el poder. La sociedad como tal es compleja y muy amplia.

–¿No lo ha rechazado, así sea un instante, ráfaga de pensamiento que se va?

–No podría hacerlo. El narcotráfico existe y la droga está en todos lados, en el ambiente, en el aire. Son enormes los ríos de dinero que corren por su cuenta y sin ese dinero se extinguirían muchos lugares y padecerían aún más ciudades como Tijuana, Culiacán, Guadalajara. El narco se extiende y su dinero hace posible que pueblos y familias enteras del campo dejen el hambre. Habrá que aceptarlo. La realidad es como es. El narco crea fuentes de trabajo y son miles los que han salido de la desesperación que causa el desempleo por lo que la droga deja.

–¿Qué piensa de la droga?

–Mata el cuerpo, mata el alma. Destruye.

–¿La ha probado?

–No. La gente se vuelve irracional con la droga. Yo le he preguntado a un médico de toda mi confianza acerca de los efectos que causa. Me dijo que la droga destruye las neuronas, mata la inteligencia. La droga fabrica zombis.

–Usted está contra el narco y se reconoce en su mundo. ¿Cómo es eso, señora?

–Estoy contra la muerte que provoca, contra los que se matan y mueren por el negocio. En cuanto al consumo, cada cual es libre para consumir la droga o rechazarla. Se es adicto por voluntad propia. Yo la temo y la evito.

–¿Y los niños inducidos a la droga?

–Sus padres y el gobierno deben cuidarlos. Es su obligación.

–¿Compararía la droga con el esmog, la nube oscura que crece y crece?

–El esmog es otra cosa, no tortura, ni mata a traición. Pero ahí está siempre, eso sí, como la droga.

–¿Es usted partidaria de la legalización de la droga?

–Lo dije con mis palabras, con mis palabras ya le dije lo que pienso. Pero le repito: estoy contra la muerte.

***

Con una voz que raspa, dice:

–El día de mi captura, Felipe Calderón se lanzó en mi contra. Olvidó que es presidente y me acusó sin pruebas. Dijo que soy enlace con los cárteles de Colombia. Se creyó la ley. El poder no es para eso.

“En mi caso, sus palabras las sentí como una avalancha que se me venía encima. Llegó a decir que soy una de las delincuentes más peligrosas de América Latina y en su ignorancia me llamó la Reina del Pacífico o del Sur, así, literalmente, una u otra. Cualquiera sabe que la Reina del Sur es un personaje de ficción del escritor Pérez Reverte y yo de ficción nada tengo, que de carne y hueso soy. En términos parecidos, Felipe Calderón se lanzó contra Juan Diego Espinosa.

“¿Qué derecho le asistía para abusar del poder como lo hizo? Además, poco sabe de esos asuntos.
¿Tiene idea de que a los capos los resguardan decenas, centenares de guardaespaldas y que en mi caso no hubo quien me protegiera, un solo hombre, una sola escolta, siendo, como dijo, una de las figuras más importantes del narcotráfico en América Latina? ¿Tuvo en cuenta que, peligrosísima como soy, fui aprehendida en el Vips de San Jerónimo, sin un solo jaloneo? Calderón me citó con mi nombre y mi nombre lo infama. Yo siempre podré decir: me marcó. Y él no podrá negarlo. Con él, el abuso del poder se da con todas las ventajas. Un presidente, nada menos, que condena desde sus alturas inaccesibles.”

–Usted es leyenda y, le guste o no le guste, se le conoce como la Reina del Pacífico. ¿De dónde parte la historia, un capítulo de su vida?

–Yo era conocida por mi manera de ser, sociable y amiguera. También por mis parejas. Alternaba con los hombres y me consentían. El día de mi consignación por la Procuraduría de la República todo cambió. Mi casa de Guadalajara fue allanada. También la de mi mamá. Se me involucró con un barco, denunciado por la DEA, que transportaba droga; y el escritor Arturo Pérez Reverte tuvo éxito internacional con La Reina del Sur. La heroína de su libro, Teresa Montoya, es de Culiacán, y yo había vivido en Culiacán, y soy de Tijuana, pero también soy de Culiacán. Mi asunto, la captura escandalosa y simple en un Vips, llegó a la procuraduría y se habló de mí. Me cuenta Ricardo Sodi, mi abogado, que precisamente en la Procu se habló del seudónimo. “En 2004 se escuchaba un corrido a la Reina del Pacífico. El corrido se llama ‘Fiesta en la Sierra’. Los Tucanes de Tijuana no estuvieron ahí, pero alguien tuvo que contarles, narrarles exactamente cómo fue la fiesta, porque en verdad la letra estuvo muy apegada a lo que ocurrió. Más tarde, para halagarme, algunos amigos me regalaron ese corrido en bonita letra escrita.”

–¿Por qué no lo canta? Cántelo, señora.

Su silencio es para ella.

El corrido completo, cantado por Los Tucanes, subraya la convivencia entre narcotraficantes y federales:

Llegaron los invitados a la fiesta de la sierra en helicópteros privados y avionetas particulares. Era fiesta de alto rango… no podían llegar por tierra. Era fiesta de alto rango… no podía llegar cualquiera. Además era por aire, no podían llegar por tierra. Los jefes de la plaza ahí estaban reunidos.

Los jefes de cada plaza ahí estaban reunidos, no podían fallar al brother, era muy grande el motivo. Festejaba su cumpleaños, en su ranchito escondido había gente poderosa del gobierno y fugitivos.

Todo el mundo con pistolas y con su cuerno de chivo, varios francotiradores en el rancho repartidos, protección al festejado, el pesado de la tribu, no hace daño usar sombrero aunque sombra den los pinos.

La fiesta estaba en su punto y la banda retumbaba, ya no esperaban a nadie, todos en la fiesta estaban cuando se escuchó el zumbido y un boludo aterrizaba, el señor les dio la orden de que nadie disparara.

Se baja una bella dama con cuerno y con calvo plagiada, de inmediato el festejado supo de quién se trataba, era la famosa Reina del Pacífico y sus playas, pieza grande del negocio, una dama muy pesada.

De la fiesta, cuenta Sandra Ávila:

–El rancho estaba muy en alto y era muy grande. Había una explanada arreglada para el festejo, el cerro cortado, raspado. No se podía llegar por tierra, ni camino había. Todos llegamos en helicópteros particulares o avionetas de primera. Los aviones, blancos, alineados, se parecían a los estacionamientos de automóviles. A lo lejos, una mancha blanca formaba parte del paisaje. De la explanada, por carro se llegaba al rancho. Iban por nosotros.

–¿Había mucha gente?

–Muchísima.

Sigue:

–A través de un pasillo llegamos a una palapa donde se encontraba mi compadre, Alberto Beltrán, el de la fiesta. Era su cumpleaños. Sin parentela de por medio nos queremos. Luego nos pasaron a un área apartada, lejos de la gente, lejos de la música. Era una palapa donde estaba el hijo del comandante y el Chapo. Había unos pocos más, muy pocos.

–¿Qué comandante?

–Un comandante.

Continúa la señora:

–Yo me quedé platicando con mi amigo, el festejado. Pero insistieron algunos en que me sentara en la mesa del Chapo. Me quedé un ratito. Luego llegó el hijo de mi compadre y me retiré.

“En el expediente se me relaciona con el Chapo. Lo conocí pero no fuimos amigos ni nada que se le parezca. Yo sólo lo miré en esa ocasión y cambié unas cuantas palabras con él. Es un personaje y no olvido el encuentro, pero fue sólo eso, un encuentro.”

–¿Qué impresión le produjo el Chapo?

–Serio, observador, casi no habla. Tiene un rostro sereno, es sencillo y amable. Me contaron que me había imaginado bien plantada y con joyas. Tuve muchas, que ya me las confiscaron. Cuando me ponía algunas, eran tres o cuatro.

–¿Había gente del gobierno en el baile, la música, las conversaciones? –pregunto.

–Sí y no lo digo sólo yo, lo dice el corrido con todas sus letras: “… había gente del gobierno y fugitivos”. A todo esto, el director de Los Tucanes es el compadre de Quintero, un amigo. Otra prima, tengo muchas, un día le preguntó a Quintero de dónde habían sacado el corrido y él dice que una persona que estuvo en la fiesta contó todo, y muy bien. Y eso que los federales estaban aparte, ahí en la palapa, pero lejos de la gente, lejos de la música.

“A las 5 nos regresamos. Habíamos llegado a las 3. Temíamos que nos agarrara la noche.”

***

–Usted tiene amigos y familiares entre los capos, personajes de inmenso poder, como Ismael, el Mayo Zambada.

–No lo niego ni me avergüenzo.

–¿Puede escapar a su influencia?

–Me hacen narcotraficante, entre otras supuestas pruebas, por mi relación con el Mayo Zambada, pero mi único encuentro con Zambada fue ocasional y ocurrió el día en que mi esposo y yo bautizamos a nuestro hijo.

“Mi esposo, José Luis Fuentes, después metido en las rondas de capos con militares, de militares con capos, de capos con judiciales y militares, invitó a Zambada a la celebración. Zambada fue a la fiesta hogareña y lo recibimos con mucho gusto. Pero eso fue cuando tenía veintitantos años y vivía como cualquiera. No era rico, no era capo, no figuraba en las noticias. El bautizo es una ceremonia y nos tomamos fotos. Yo aparezco con Zambada, a quien nunca volví a ver. Zambada y mi esposo tuvieron relación, pero fue entre ellos. Yo no vivía en el vientre de mi esposo. Era su mujer.”

–¿Qué opinión le merece Zambada?

–Ni buena ni mala. Apenas lo conocí. Por ello no puedo emitir opinión alguna acerca de él.

–¿No se reserva algún juicio moral sobre los narcotraficantes?

–Son personas como cualquiera, no lo peor, como dice la prensa. Algunos ayudan en sus pueblos, son bondadosos y humildes y se preocupan por los pobres. Yo querría que no se mataran entre sí, que no se mataran con los soldados, que no arrastraran a la desgracia a tantos hombres, mujeres y niños. Pero no han llegado hasta donde han llegado porque sí. Han llegado por la fuerza de la droga en su mercado enorme, por la corrupción de los gobiernos priístas y panistas, por la miseria de millones de mexicanos. Muchos trabajan para el narco. Muertos de hambre, sin empleo, solos con su hambre, ¿qué van a hacer sino acudir a donde hay trabajo y dinero?

***

–En la sociedad narca la riqueza como que brota –continúa Sandra Ávila–, un día eres pobre y al siguiente millonario. Pero cómo se hace el dinero sólo lo saben los que lo hacen. Tú no los escuchas a propósito ni averiguas qué tan serias podrían ser las relaciones entre ellos. Pero sí adviertes que de pronto lucen brillantes y piedras preciosas, mujeres de alto vuelo, que compran residencias que habitan y abandonan casi el mismo día, que se hacen dueños de edificios u hospitales, como en Guadalajara, o un hotel, como en Mazatlán, lleno de flores. Yo no sé cómo se arreglan con las autoridades, pero se arreglan. Un día cambian de estilo y se vuelven echadores. Te enteras de reuniones discretas, cerca del misterio, pero no más. Vas sabiendo sin saber que vas sabiendo. Y un día sabes. ¿Cómo es eso? No sé. Pero sé que es así.

–Dice usted que no sabe con detalle y a profundidad de qué manera operan los narcos. ¿No tuvo alguna vez la tentación de saber?

–Cuando sabes de más te arriesgas a que te maten, por eso, porque sabes de más. También te arriesgas si te quieres meter a saber. Te puedes dar cuenta de muchas cosas, pero no debes ni comentarlas, ni decirlas, ni preguntar.

–El que está adentro, está adentro –digo y aludo a la expresión sentenciosa: el que entra no sale y si sale, ya sabe.

–El que está adentro está adentro. Yo no le temo a la vida que he vivido y por eso la hago pública. La cuento y la puedo contar. Nunca he estado adentro.

“El gobierno me relaciona con los capos, como si yo fuera uno de ellos. Pero yo los conocí cuando eran personas comunes y corrientes, las de todos los días. Pertenecíamos a una misma sociedad y no podíamos dejar de tratarnos y saber unos de los otros. Al gobierno le bastó con indicios e informaciones imprecisas para armar su rompecabezas y señalarme como un enlace entre los cárteles, mujer peligrosísima, además. Mi captura tuvo lugar cuando yo estaba agotada por años de persecución. Supe que vendría la cárcel, la pérdida del control de mi propia vida y quién sabe cuántas cosas más, pero finalmente sentí que descansaba.”

Habla de recuerdos y estados de ánimo:

–La vida son los amores, la conversación, los sentimientos, los trastornos, los malos días, los buenos. Parte de mi vida ha transcurrido en una sociedad narca. Yo no la inventé. Este gobierno y los anteriores, tampoco, pero su corrupción ha dado fuego al fuego de la droga.

***

A Sandra Ávila le vienen nombres y situaciones a la cabeza. Habla y habla. Hay en ella rabia y desahogo. Va diciendo, diciendo, que ha tenido mucho dinero, pero qué tanto es mucho. Sí, tuvo mucho, sobre todo ranchos, casas, joyas, pero ¿qué tanto es mucho si se compara con las fortunas de los personajes que figuran entre los hombres más ricos del mundo, como Carlos Slim? ¿Qué tanto es mucho si se compara con Raúl Salinas de Gortari, protegido por el entonces presidente de la República, su hermano? ¿Qué tanto sería mucho si pudiéramos llegar a la riqueza del matrimonio Fox, ella que se cambiaba de vestido varias veces al día y combinaba su ropa con joyas que le venían a su atuendo? ¿Cuántas joyas no tendrá? Le regalaban personas, instituciones, empresarios, fundaciones, secretarios, gobernadores, presidentes. Insaciable, los modos de su conducta exigían más y más.

—A usted y a su marido les encantaban los purasangre y les gustaban las fiestas. En una visión recogida de su existencia yo diría que cabalgaban de día y bailaban de noche.

Sonríe:

—Mi marido no era así: cabalgábamos hasta ocho horas a campo traviesa, es cierto. Pero a él no le gustaban las fiestas. Era más bien cerrado, solitario. Era distinto.

—¿Cómo lo conoció?

—Lo conocí cuando era militar, de carro a carro. La persona con la que yo viajaba, me dijo: “Trabaja con nosotros”. Coincidimos en varias reuniones y nos fuimos acercando. Rodolfo se hizo agente de la PGR y tuvo problemas con el oficial mayor. De la AFI se fue al Instituto Nacional del Combate a las Drogas.

“Tenía conflictos y los conflictos o se resuelven a tiempo o terminan mal. Él los enfrentaba y yo trataba de apartarlos de nuestra casa. Mi marido hablaba con mucha gente, con todos, autoridades, narcos, militares, el mundo múltiple hecho uno. Yo nada averiguaba y nada preguntaba. Pero escuchaba.

“Mi marido tuvo una empresa de tráilers. Yo sabía qué transportaban, pero no conocía los pormenores del negocio. He querido ser responsable de mí. Me hubiera gustado que no hiciera muchas cosas. Le decía que nos fuéramos, que deseaba vivir tranquila. ‘Vamos a donde nadie nos conozca —le pedí muchas veces— y donde te guste pones tu empresa’.”

—¿Por qué siguió su marido un tiempo en la PGR?

—Pienso en la dinámica del trabajo. Él cumplía y le fastidiaba que no le pagaran. Deseaba otra vida. Pero los compromisos se iban renovando. No le gustaba la ostentación. Tenía una Cherokee y los carros de lujo eran para mí. Yo tenía un Mercedes, un BMW, un Intrepid, un Áltima, una Lobo, un Trans Am, un Audi, un Máxima. Tenía de todo. “¿Para qué?”, me dije y le dije muchas veces.

Vuelvo a una pregunta, de las que no sueltan:

—Una vez dentro, ¿hay manera de salirse?

La respuesta llega:

—Depende. Si empiezas solo, te sales cuando quieres. Pero cuando tienes plaza, ya no es tan fácil.
Vuelvo por donde veníamos:

—¿Y los tráilers de su marido?

—Me prometía uno, el mejor, para pasearme. Sus tráilers transportaban plátano de Tabasco a Ensenada. Me contaba muchas historias de traileros, del homosexualismo entre ellos. A cada rato los sorprendían en las cabinas. En la PGR no resistió. Harto hasta quebrársele la paciencia, se apartó de la PGR. Al ingresar a la AFI había dejado su empresa, pero volvió a ella. En Estados Unidos buscaba la tecnología más avanzada para adaptarla a sus tráilers. Le gustaban sus camiones y transportar sin complicaciones. Los quería perfectos.

—¿Por qué una tecnología tan sofisticada, que así la imagino?

—No me decía.

—¿Dejó compromisos en la PGR, en la AFI?

—No lo creo. Era muy estudioso, callado, astuto. Leía tres o cuatro periódicos y tenía información. No bebía y no cayó en la droga. Su único vicio era el cigarro. Se pensaba ermitaño, pero se acomodaba conmigo. Hablaba de historia, de política. Me contaba de soldados que cazaban guerrilleros.

“Lo más sucio, pensaba mi marido, estaba en el gobierno. Sus hombres y algunas mujeres ya hasta arriba, se quedaban con mucho, que todo nadie lo tiene. Marta Sahagún, por ejemplo, pertenece a esa especie: sin fortuna en la mañana y ya rica en la noche. Roban como quieren y detrás de tanto robo y tanta corrupción se ocultan la venganza, la traición, la muerte, como en el caso de Colosio. También me contaba mi marido de los narcos que torturaban, sádicos hasta el descuartizamiento de sus víctimas. Pero la mala carga del gobierno siempre estaba ahí.”

Algo recuerda Sandra Ávila que su sonrisa se extiende por sus labios pintados de un rojo no muy rojo. Le pregunto qué la entretiene:

—Pienso en mi marido. Un día me dijo, en la burla, que la impunidad debiera incorporarse al texto de la Constitución. La impunidad, práctica común de tantos, podría figurar con honor entre los artículos más socorridos de nuestras leyes. En otro tono comentaba y tenía por cierto que el gobierno no podría tener éxito contra el narcotráfico, porque a esa guerra llega con las manos sucias. Si hay que ofrendar el cuerpo, decía, el cuerpo debe estar aseado.

***

Escuchando a la señora me he ido haciendo una idea acerca de la sociedad narca: es expansiva y su dinero está por todos lados. Adentro son las intrigas, los chismes, las perversas acusaciones infantiles, los amores, los desamores, las pasiones que surgen porque sí y se apagan porque sí. También están ahí las lealtades a costa de la vida y los compromisos juramentados que duran poco o son para siempre. Junto a todo esto, las grandes fiestas, los grandes carros, las mansiones sólo unos días ocupadas, o ni eso, las señoras, siempre las señoras y la adrenalina, el riesgo que da luz fantasmagórica al presente. Y si la vida es como es, corta, no importa gran cosa el porvenir y no hay para qué hacerse de planes. En el narco importa el día a día. En cuanto a los capos, se miden por el tiempo que operan. Ellos son distintos. Tienen que vivir prendidos a la hora que viven. Y si van haciendo tiempo, se van volviendo poderosos.

–La sociedad narca es dura, cruel y en su propio espacio es una sociedad en sí misma. No hay código que valga en la disputa por el poder. Tampoco hay leyes que resuelvan las disputas y no se ve autoridad que pudiera imponerse al caos que va y viene, siempre presente y haciéndose sentir.

Refiere Sandra Ávila:

–Usted me contó que un sacerdote tabasqueño le dijo que las personas que informan acerca de la pobreza son turistas de esa realidad oscura, que la pobreza sólo la conocen los que la viven. Así con el narco. Muchos hablan de su origen, su significado, la profundidad de la tragedia, los muertos uno a uno o en racimo. Pero a la sociedad narca la conocemos los que estamos ahí. Yo no soy turista en el mundo del narco, mujer marginal de su intensa complejidad. He estado ahí y no tendría sentido que negara la realidad. Pero eso no me hace delincuente. No he matado, no he robado, no pertenezco al crimen organizado, no he lavado nada. Nací rica, rica vine al mundo y no puedo regresar al vientre de mi madre y nacer distinta.

–¿Qué mantiene sus lazos con la sociedad narca?

–Tengo lazos con la sociedad narca, pero en ella no está mi mundo completo. Yo pertenezco a la sociedad en su conjunto, tengo relaciones con todos y con la sociedad narca también, lazos que no tendría por qué ocultar.

Sandra Ávila cae en un silencio. Ahí están el café y las galletas para disimularlo.

–A usted la señalan y le han dicho Reina del Pacífico. ¿Qué es de su intimidad, señora?

–Adentro de mí hay mucho dolor.


Sandra Ávila fue detenida el 28 de septiembre de 2007. El 29 de septiembre de 2007, el Ministerio Público de la Federación adscrito a la Subprocuraduría de Investigaciones Especiales en Delincuencia Organizada (SIEDO), informó del ejercicio de la acción penal en contra de la Reina del Pacífico, quien fue recluida en el Centro de Readaptación Social Femenil Santa Martha Acatitla, por su probable comisión de los delitos de delincuencia organizada, contra la salud en la modalidad de fomento para posibilitar la ejecución de dicho ilícito y operaciones con recursos de procedencia ilícita.

–La víspera de mi captura dormí mal. A las 9:30 de la mañana recordé un pendiente. Unos amigos me esperaban en Vips de San Jerónimo. Al llegar al desayuno, estacioné mi camioneta BMW, miré alrededor, temerosa de las personas y de las sombras. Ya sabía sin saber lo que me esperaba.

“El desayuno duró un par de horas. Mientras platicábamos, una señora me alteró. De pie, mirándome, hizo una llamada por teléfono y después fue a su carro.

“Pedimos la cuenta y aún tardamos un rato platicando en el estacionamiento. Ahí pude observar un vehículo lleno de gente. Les digo a mis amigos: ‘No me gustan ésos’. Me contestaron: son gente del senador Bartlett, que está adentro, en el área de las revistas. Nerviosa, quise platicar como si nada. Nos besamos todos en la mejilla. Nos despedimos, y al tiempo que abría la portezuela de mi camioneta y me disponía a abordarla, se me vinieron encima esas sombras a las que tanto temía y de las que ya sabía, porque las había soñado, sombras horribles.

“Yo ignoraba de quiénes se trataba, si policías, secuestradores o enemigos encubiertos. Les pedí que se identificaran y me enseñaron una credencial. Me jaloneaban. Eran monólogos autoritarios, en el tono de un tú despreciativo:

‘Identifícate, identifícate’. ‘Bájate, acompáñanos.’ ‘Identifícate.’ ‘A ver, a ver, déjame verla bien.’ Tuve ante la cara, casi pegadas, las credenciales, una, dos, tres. Me sentí un poquito mejor. A lo mejor hasta eran policías y, de serlo, por lo pronto no me matarían.”

–¿Eran policías?

–Era la PGR. En el trayecto, uno sacó un oficio al tiempo que me preguntaba: “¿Usted es Sandra Ávila Beltrán?” “Sí.” Tuve entre las manos una hoja que llevaba mi nombre y escuché: “Es una orden de presentación con fines de extradición”. Me calmé un poco. Había una causa: mi detención. En fin, no era la fatalidad del secuestro o el crimen o lo que fuera.

“Enseguida, me preguntaron por Juan Diego. Respondí que de él, nada sabía. Me amenazaron. Me llevaron supuestamente a las oficinas de la SIEDO. Después me entero de que no es la SIEDO la que me detiene sino la Policía Federal Preventiva (PFP). Vuelve la angustia: los policías también secuestran y matan.
“En la SIEDO me ofrecieron comida, evitaron los separos y me tuvieron en las oficinas. Cuando ya me iban a sacar para trasladarme aquí, a Santa Martha, en la noche, como a las 11:30, me di cuenta de que también tenían a Juan Diego.”

–¿Cómo se da cuenta?

–Cuando me van sacando, alcanzo a ver que a Juan Diego le están tomando fotos.

–¿Y hablan ustedes?

–No.

–¿Cómo siguen las horas?

–No me toman declaración. Me hacen muchas preguntas, me toman varias fotografías. Y me muestran otras. Señalando a un sujeto, preguntan: “¿Lo conoces?” Se trata de una fotografía donde estamos él, mi esposo, yo. Contesto que no. “¿Cómo se llama?”, insisten. “No sé.” “Sí sabes. ¿Cómo se llama? Dinos cómo se llama.” “No sé su nombre.” Siguen insistiendo, cuatro o cinco veces. Entonces, uno me dice: “Es el Mayo Zambada”. A lo que respondo: “Entonces para qué me estás preguntando, si tú sabes. Han de ser hasta amigos.” Y nada más se me quedan mirando, así como con rabia, con ganas de muchas cosas. Les dije: “A ustedes es a quienes debían detener, no a mí. Ustedes son los que protegen a la delincuencia”. “¿Nos has visto alguna vez?”
“Sí –les dije–, a todos ustedes, en fiestas siempre, aquí no entra nada ni nadie si no es por ustedes.”

Me mostraron varias fotografías de mi esposo, mías, de otras personas. Unas fotos de mi boda con gente que de veras asistió, pero que yo no conozco o no recuerdo. “¿Éste quién es?” “Pues no sé, invitados de mi esposo.” Imagínense, eran fotos de hace 20 años. Esas mismas personas habrán cambiado. Al Mayo Zambada no lo reconocería después de 20 años de haber conversado con él. “La foto puede ser una prueba, pero por ahora es un indicio serio. Aténgase”, escuchaba.
–¿Qué sigue, señora? –le pregunto.

–Me trajeron aquí, a Santa Martha. Me internaron a la media noche. Me sentía helada. Estábamos a finales de septiembre. Yo traía un abrigo de mink por el frío de la mañana, era un abrigo corto. Me lo quitaron.

–¿Reclamó el abrigo?

–Sí, pero no me lo devolvieron. Son unos rateros. Aquí me metieron en una celda, sola, y no me dieron ni una cobija para taparme. Pasé toda la noche tiritando, agachada, metiendo mi cabeza entre las piernas para calentarme un poquito. Me echaban las luces y me gritaban: “Duérmete”. Callada, nada más los miraba y volvía a agachar la cabeza y al rato venían y me echaban las luces.
“Pensé que se trataba de un proceso, y que éste tarde o temprano tendría que suceder. Sería mejor aclararlo todo y demostrar la verdad. Mis amigas me platicarían, entre otras cosas, que también se decía que alguien me quería matar.”

Proceso25/08/2008

El fracaso, convertido en “show”

Daniel Lizárraga y Ricardo Ravelo

Durante la firma del Acuerdo Nacional por la Seguridad y la Justicia, realizada el jueves 21, la Secretaría de Seguridad Pública dio a conocer un estudio, basado en datos y estadísticas, que contradice el discurso triunfalista del presidente Felipe Calderón en materia de combate contra el crimen organizado. El reporte sostiene que las bandas delincuenciales han sentado sus reales en México y que el mayor de los problemas radica en la impunidad.

Luego de 20 meses de lucha contra el crimen organizado, el diagnóstico en materia de inseguridad revela que el gobierno de Felipe Calderón no ha logrado frenar el avance de la delincuencia. Desde que asumió el poder, en diciembre de 2006, se comprometió a rescatar los espacios públicos y a devolver la paz a la sociedad. Para ello, sacó al Ejército a las calles…

Hasta ahora, sin embargo, el presidente no ha cumplido ninguna de sus promesas, y en lo que va de su mandato son evidentes las fallas y desatinos del gobierno federal. Los datos oficiales muestran que los gobernadores, e incluso el jefe de gobierno de la Ciudad de México, han fracasado tanto en sus intentos por coordinar sus esfuerzos como en la aplicación de estrategias contra el incremento de los hechos delictivos.

Durante la firma del Acuerdo Nacional por la Seguridad y la Justicia, realizada el jueves 21, la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) dio a conocer estadísticas según las cuales los secuestros se incrementaron desde que Calderón asumió la Presidencia. De 727 plagios que hubo en 2006, el número se elevó a 785 en 2007; según la SSP, esta última es la cifra récord de los últimos seis años.

Pese a la contundencia de estos datos que el gobierno mantenía en reserva, el discurso presidencial es triunfalista cuando sostiene que el gobierno ha salido avante en su lucha contra la delincuencia organizada. Esta actitud no ha cambiado a pesar de que la violencia desencadenada por el narco ha cobrado casi 3 mil 500 vidas en lo que va del sexenio.

El 13 de mayo de 2007, Calderón recibió al presidente de Estados Unidos, George W. Bush, para suscribir el Plan Mérida. Ante el mandatario estadunidense, Calderón aseguró que su gobierno ya había hecho la parte que le correspondía en materia de seguridad, al recuperar las calles y las plazas de las garras del crimen.

Y añadió: “Mientras no se reduzca la demanda de drogas en su territorio será muy difícil reducir el suministro en el nuestro”.

En las estadísticas de la SSP consta que durante 2007 las bandas de delincuentes tejieron a su alrededor “una importante base social”.

“Los mecanismos que multiplican sus bases –sostiene el informe de la dependencia federal– están vinculados a ventajas directas e indirectas de la capacidad económica que generan sus estructuras, y con ello obtienen la afinidad social. Además, se ha creado una contracultura donde la delincuencia es sinónimo de éxito.”

De acuerdo con datos proporcionados por la Procuraduría General de la República, muchos secuestros fueron perpetrados por bandas relacionadas con el narcotráfico. Ello demuestra que amplias redes de los cárteles de la droga diversificaron sus operaciones al extender su abanico criminal al tráfico de personas, la piratería, la extorsión y los asaltos, como una forma de financiar sus actividades.

El pasado 21 de febrero, durante una gira de trabajo en Monterrey, Nuevo León, el presidente se atrevió a decir: “Ya le metimos muchos goles al hampa”.

Y agregó: “Si hay tantos enfrentamientos y bajas en el Ejército y las policías es precisamente porque el gobierno los está enfrentando como quizá no los habían enfrentado en mucho tiempo”.
La visión triunfalista de Calderón contrasta con los datos duros del informe de la SSP, que muestran al desnudo el deterioro institucional: “Un número importante de las instancias responsables de la seguridad pública y la procuración de justicia han padecido un rezago estructural y operativo, circunstancia que ha buscado aprovechar la delincuencia para infiltrar y corromper”.

La guerra

El viernes 22, el titular de la PGR, Eduardo Medina Mora, realizó una visita a Chihua-hua, uno de los estados en donde el crimen y la narcopolítica parecen imbatibles. Ahí, el funcionario se refirió a la amenaza contra la seguridad pública: “Como pocas veces en nuestra historia contemporánea, la sociedad y el Estado mexicanos enfrentan una situación crítica por el embate de las organizaciones criminales y el lastre que representan la impunidad y la corrupción”.

Y reconoció lo que antes negaba: “Las bandas de narcotraficantes nacionales e internacionales se habían apoderado de ciertos lugares del territorio nacional, en los que habían impuesto su ley, incluso poniendo a su servicio tramos completos de instituciones públicas”.

Ante la ofensiva del gobierno calderonista, la delincuencia organizada respondió con el aumento de las ejecuciones, la colocación de decapitados en sitios públicos y el envío de amenazas de muerte mediante pancartas en puentes peatonales, entre otras acciones intimidantes.

Debido a que la violencia y la inseguridad se han enseñoreado en el país, el presidente se empeña en mantener al Ejército en las calles como punta de lanza para controlar a las bandas de criminales y, en especial, a los narcotraficantes.

En todos los lugares que Calderón visitó durante 2007 repitió de manera insistente que, ante la violencia del crimen organizado, su gobierno respondería aun con mayor poderío.

A un año de iniciada la cruzada nacional contra el narcotráfico, el 21 de diciembre de 2007, Calderón rindió homenaje a los soldados y policías caídos en la línea del deber. Durante un desayuno organizado en la Secretaría de Marina advirtió que no habría tregua ni cedería un solo espacio contra la delincuencia organizada.

Y enfatizó: “Los enemigos de México buscan mantener su poder mediante la violencia y la intimidación, pero a mayor violencia, más dura será la respuesta del Estado mexicano para castigarlos”.

El diagnóstico de la SSP va a contracorriente del discurso calderonista y asegura que la impunidad es uno de los mayores problemas de México. “La impunidad –precisa el informe– ha sido un incentivo para la delincuencia, los beneficios por delinquir son mayores que los riesgos y esto hace rentable vivir al margen de la ley”.

Aunque los datos en que se basa el informe de la dependencia corresponden a 2007, la SSP mantuvo bajo resguardo esas cifras que revelan la cara del otro México.

La violencia exacerbada motivó que arreciara la presión mediática –el asesinato de Fernando Martí, el informe de la ONU sobre seguridad y las fuertes protestas de las organizaciones no gubernamentales fueron los detonantes– y en este marco la SSP hizo público su estudio.

Desde hace tiempo, los datos de ese reporte estaban en poder del secretario de Seguridad Pública, Genaro García Luna, quien es uno de los integrantes del gabinete más cercanos al presidente. En la sesión del jueves estuvo sentado a la derecha de Calderón, y ambos mantuvieron un constante diálogo sobre cómo sortear el clima de tensión e indignación social. Al procurador Medina Mora lo relegaron a un rincón del pánel.

Formado en los sótanos del Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen), García Luna siempre ha trabajado en el combate a la delincuencia. Durante el sexenio de Vicente Fox fue el creador y primer director de la Agencia Federal de Investigación (AFI) y esta es la primera vez que asume una responsabilidad como secretario de Estado.

Durante su gestión al frente de la AFI, García Luna ganó reconocimiento por haber creado el grupo antisecuestros Yaqui. Uno de sus mayores logros fue la liberación del entrenador de futbol Rubén Omar Romano en septiembre de 2005. Cuando llegó a la SSP, García Luna se trajo a ese equipo, pero tiempo después dijo que no daba resultados.

Hasta 2005, cuando estaba al frente de la AFI, logró bajar el número de secuestros hasta 472 por año. Sin embargo, como titular de la SSP este delito se disparó en 2007, pues pasó de 600 que se registraron en 2006, a 785 casos por año, sin contar la llamada cifra negra, es decir, los casos que no se denuncian.

Pugnas

El gabinete de seguridad, conformado por los secretarios de Gobernación, Seguridad Pública, Defensa, Marina y la PGR, entre otros, no ha estado exento de jaloneos y confrontaciones.

En una reunión efectuada a comienzos de mes en Los Pinos, el procurador Medina Mora y el secretario de Seguridad Pública, Genaro García, se enfrentaron en una discusión ante el incremento de los secuestros en el país (Proceso 1657).

Ese choque puso en evidencia que en materia de seguridad no sólo priva la descoordinación, sino el antagonismo entre los responsables del combate al crimen. Días después, Medina Mora llevó a cabo una purga en la PGR. El titular de Asuntos Jurídicos e Internacionales de esa dependencia, José Luis Santiago Vasconcelos, quien llevaba cerca de 20 años en la institución, presentó su renuncia. Así mismo, el procurador despidió a Noé Ramírez Mandujano, responsable de la Subprocuraduría de Investigación Especializada en Delincuencia Organizada (SIEDO). La razón: la falta de resultados.

Sin embargo, Vasconcelos justificó su salida de la PGR: “Decidí hacerme a un lado para que llegue sangre nueva, para impulsar aires nuevos en la Procuraduría”

Poco después de efectuados los cambios se averiguó que varios funcionarios de la SIEDO, entre ellos algunos militares, se encontraban sujetos a proceso acusados de filtrar información a los cárteles de la droga, en particular al de Sinaloa.

Además del aumento de los secuestros y la violencia del narco, la espiral del crimen es todavía más preocupante para el país. Según la SSP el robo de vehículos pasó de 146 mil 808 en 2006 a 163 mil 129 en 2007, lo que representa un incremento de 11 puntos en un solo año.

Algo similar sucede con los asaltos. En el país todos los días se cometen mil 666 atracos; ello significa que durante 2007 se acumularon 606 mil 693 robos. No es todo: por cada 100 mil habitantes se registraron 573 robos, 77 delitos contra la salud, 27 homicidios y siete secuestros.

La SSP resalta que lo más grave es el alto poder de intimidación y corrupción del crimen organizado. El informe explica: “La fuerza de esos grupos está también en la cooptación y en la búsqueda del control social”.

Un ejemplo de lo anterior es el hecho de que México ya esté catalogado como el país más peligroso para ejercer el periodismo en América, al registrarse 24 periodistas muertos en tres años, de acuerdo con el informe Libertad de prensa: la sombra de la impunidad y la violencia, publicado por una misión internacional que estuvo en México en abril último.

El informe establece: “Del total de denuncias por agresiones contra la libertad de expresión registradas en México, sólo 1% termina en sentencia judicial”. El documento señala que los principales obstáculos para ejercer el periodismo en México son el crimen organizado, que ha generado un clima de miedo; la corrupción, la impunidad y los ataques directos de la policía y de la fuerza militar.

Policías: pobreza y corrupción

Mientras que los narcotraficantes disponen de maletas repletas de dólares para corromper y “feudalizar” instituciones, más de la mitad de los policías estatales y municipales reciben salarios que apenas alcanzan 11 mil 946 pesos mensuales, como en el caso de Tamaulipas, donde opera el cártel del Golfo.

Pero existen otros, como los del estado de Veracruz –donde se asientan Los Zetas– que están en el peor nivel salarial del país: 3 mil 154 pesos mensuales. Otros estados críticos son Guerrero, territorio del cártel de Sinaloa, donde los policías ganan 3 mil 961 pesos al mes, y como consecuencia de ello, se afirma, están al servicio del narcotráfico.

En Yucatán, entidad dominada por el cártel de Juárez y Los Zetas, el salario de los agentes es de 3 mil 900 pesos, de acuerdo con las cifras que reveló García Luna y que están contenidas en el informe titulado Diagnóstico de la seguridad pública en México.

El déficit salarial de los policías es enorme. Tan sólo para cubrir sus necesidades básicas los gobiernos requerirán de mil 46 millones de pesos mensuales. Esta cantidad es similar a la inversión que se realizará en obras viales en el Estado de México para desahogar las rutas localizadas en los límites con el Distrito Federal.

De acuerdo con la tabla sobre déficit salarial de ingresos, la única entidad que ha cubierto las necesidades mínimas de sus 11 mil 953 policías es Baja California, al garantizarles un salario de 11 mil pesos mensuales. Este es el sueldo más alto que puede tener actualmente un policía estatal en México.

Las cifras son todavía más desalentadoras para la gente que decide denunciar un delito. Según el reporte de la SSP, en el país hay un agente del Ministerio Público por cada 6 mil 648 habitantes; mil 852 miembros del Ministerio Público Federal, y a cada uno de ellos les corresponde atender 74 delitos al año. En total, los funcionarios atienden 137 mil 289 casos.

Con todo, este aparato burocrático es insuficiente para atender a la gente que denuncia. Y el propio informe atribuye a este problema, así como a la corrupción policiaca, la evolución criminal. El informe expone: “La masa delictiva relacionada con delitos menores ha evolucionado a estructuras criminales de mayor impacto y violencia”.

Pese a este oscuro panorama, y luego de que el jueves 21 se presentó el diagnóstico sobre los 20 meses de fracaso gubernamental –seguido de la exigencia social de que los funcionarios se pongan a trabajar “o renuncien”–, el presidente Felipe Calderón retomó su discurso triunfalista al afirmar que el país estuvo en riesgo por el crimen, pero que el Ejército mexicano retomó el control territorial perdido frente al poder del narcotráfico.

Proceso25/08/2008

112 años y medio de prisión

Miguel Ángel Granados Chapa

Ignacio del Valle está condenado a 112 años de prisión por delitos que de ninguna manera se pueden cohonestar, pero también por delitos que no cometió, simplemente porque estaba detenido cuando sucedieron los hechos

Preso desde mayo de 2006, Ignacio del Valle saldrá en libertad en octubre de 2110, cuando cumpla las sentencias que por un total de 112 años y medio le ha asestado la justicia mexiquense. En cada uno de dos procesos resueltos en primera instancia en mayo del año pasado, se le había condenado a 33 años y medio de prisión, y el jueves 21 una tercera sentencia dispuso que pase 45 años encarcelado.


Al haberse dictado este fallo el mismo día en que con pompa y circunstancia se firmó el Acuerdo Nacional por la Seguridad, la Justicia y la Legalidad, y teniendo en cuenta que el delito que se castiga de modo tan severo es el de secuestro, tendría que provocar una sensación de alivio en la población, harta de que actos de privación ilegal de la libertad queden impunes. Pero es imposible que las sentencias mencionadas generen satisfacción social porque son aberrantes, ya que no penan con más de un siglo de cárcel a un mercenario que retuviera a sus víctimas por días, semanas, meses hasta obtener sumas cuantiosas, sino que recaen sobre un dirigente social que en dos de los casos juzgados retuvo a funcionarios como parte de una protesta y los dejó en libertad espontáneamente sin por supuesto demandar ni obtener pago alguno por su libertad. En el colmo de la aberración, el tercer proceso se siguió a Ignacio del Valle por hechos en que manifiestamente no participó, pues había sido detenido horas antes de que ocurrieran. De esa manera puede sostenerse que se trata de fallos judiciales animados por la política sectaria que priva en el estado de México, una política facciosa que castiga con exceso a un dirigente conspicuo, y para con ese ejemplo inhibir la protesta social en Atenco y en toda esa entidad.


Del Valle dirigió el Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra, la agrupación que con sus movilizaciones, peculiares por blandir machetes que no se usaron nunca para agredir a nadie, frenó la construcción del aeropuerto internacional de la Ciudad de México en la zona de Texcoco. Puesto que la decisión de no establecer allí la terminal aérea fue asumida por el gobierno federal ante la imposibilidad de emprender una obra de esa magnitud ante amagos de resistencia violenta, las causas penales a que dio lugar la movilización se diluyeron de distintos modos. A partir de entonces, el Frente apareció en toda suerte de protestas, en su comarca y fuera de ella, armados sus miembros siempre de machetes que no lesionaron a nadie. Para el gobierno mexiquense, el de Montiel y el de Peña Nieto, sin embargo, el Frente con Del Valle a la cabeza se convirtió en una presencia incómoda, pues presionaba con fuerza para obtener respuesta a demandas populares, particularmente cuando la gestión normal fracasaba.


El 8 de febrero de 2006, el Frente dialogaría en su comunidad con el secretario de Educación del gobierno estatal, Isidro Muñoz, quien faltó a su compromiso, ausencia que los atenquenses vivieron como un acto de irresponsabilidad desdeñosa. En una reacción ciertamente contraria a la ley, y que no se puede cohonestar de ninguna manera, retuvieron a funcionarios de la administración, incluido un director de gobierno. Pretendieron presionar de ese modo al funcionario a cumplir sus responsabilidades, sin lograrlo. Por esos hechos, y otros semejantes ocurridos el 6 de abril siguiente, se libraron contra Del Valle y otros dirigentes del Frente órdenes de aprehensión por el delito de secuestro equiparado, es decir por algo que se parece a un secuestro, que se le equipara, pero que no es un secuestro según lo entiende todo el mundo.


El 3 de mayo siguiente, el Frente atenquense se movilizó de nuevo en apoyo a una protesta de floristas en Texcoco, reprimida por la fuerza pública municipal y estatal. El brote de violencia evolucionaría en las horas siguientes hasta convertirse en un terrible episodio de represión, cometido por la Policía Federal Preventiva y los cuerpos de seguridad del estado de México. El atentado inmisericorde contra decenas de personas que el 4 de mayo fueron lesionadas, vejadas y aprehendidas ha ameritado una recomendación de la Comisión Nacional de Derechos Humanos y una investigación constitucional de la Suprema Corte de Justicia, que está en curso. Una de las conclusiones que pueden extraerse de esas indagaciones es que mientras la justicia local se ceba contra los infractores civiles de la ley, ha practicado una lenidad indignante respecto de los uniformados que infringieron las normas que deben acatar, aunque se ha hecho claro que en vez de desobedecer normas de contención de su violencia la ejercieron por órdenes superiores. Ni los de arriba ni los de abajo han recibido sanción alguna por su brutalidad.


Del Valle fue detenido en Texcoco en la mañana del 3 de mayo, de modo que estaba en resguardo policial mientras ese día se suscitaron violentos enfrentamientos entre manifestantes y gendarmes, y permanecía en esa situación durante la noche y la madrugada del día 4. En esas horas, para rescatar a agentes de la autoridad retenidos y maltratados por los pobladores en la cabecera municipal, entraron a saco, en una verdadera blitzkrieg inhumana, las policías federal y local que hasta ahora disfrutan de impunidad. Sobra decir que esta apretada descripción no pretende minimizar la gravedad de la violencia de los manifestantes, que como la de los policías, debe ser castigada. Pero no del modo ilegal en que se hace con Del Valle, acusado de delitos que no cometió.


Reforma25/08/2008

viernes, 22 de agosto de 2008

Elecciones entre puercos

*Según Rubén zerevro Moreira, votaron 110 mil priistas

*Cifras maquilladas en los 204 centros de votación


Juan Monrreal López
Agosto 22 de 2008



Torreón, Coahuila.- Ni las urnas “embarazadas”, ni las casas especiales de llenado de boletas, ni las diversas escenografías montadas de votantes y ni la secrecía en el llenado de las actas de escrutinio, alcanzaron a Rubén “zerevro” Moreira, presidente estatal del comité directivo del Partido Revolucionario Institucional (PRI), para darle a la pantomima de la elección de candidatos a diputados del PRI el número sufragios que tanto presumió lograría colectar. Tampoco le sirvieron los 104 mil tinacos de agua repartidos en las colonias populares ni los miles de litros de pintura y ni los cheques de mil, 500 y 300 pesos que mandó distribuir como si fueran barajas.

En Torreón las votaciones fueron un fiasco. Hubo colonias en las que en menos de 2 horas las cajas de elección se llenaron con las 400 boletas que les fueron asignadas desde Saltillo. En la colonia Las Luisas bastaron 400 boletas para que a las 10 de la mañana se cerrara la mesa receptora. En tan sólo 120 minutos los talones para elegir se agotaron y eso que para poder sufragar, los responsables de los mostradores siguieron un procedimiento: anotaban el nombre de los votantes, arrancaban datos de la credencial de elector, el folio del documento y terminaban pidiendo el número de teléfono celular; todo esto lo hicieron al increíble ritmo de 3.33 votantes por minuto, como para imponer un record en Guinness.

Fuera de las presunciones de Rubén Moreira, en sectores tan populosos como Las Magdalenas, con todo y acarreo, apenas si juntaron 380 boletas pese a colocar la urna en la plaza central. Sin embargo, la caricatura de participación ciudadana llegó a niveles grotescos. En un ejemplo como muchos, cuando el candidato del XII Distrito, Eduardo “Lalo” Olmos, acompañado de Lauro Villarreal, -de quien se dice será su coordinador de campaña, pero además de negro historial- se presentó a votar en el receptáculo colocado en la colonia El Tajito, prestos, algunos líderes de la colonia arrimaron gente con la intención de disimular las desangeladas votaciones.

Eran como las 10 de la mañana, cuando el plebiscito prácticamente ya había concluido, que se presentó Olmos Castro -secretario de Desarrollo Regional de la Laguna (SDRL)- a votar -con el debido permiso de Humberto Moreira- y cuando ese centro de sufragios fue cerrado con apenas 200 papeletas.

Lo mismo ocurrió cuando zerevro Moreira se presentó a emitir su voto flanqueado por Fernando Todd Siller, director de Asuntos Sociales de la Secretaría de Gobierno, por cierto, un abogado militante de la ultraderechista organización conocida como “Corporación de profesionistas mexicanos”. A zerevro lo esperaban filas de personas aleccionadas de quienes recibió caravanas, luego le hicieron valla para que el jerarca priista votara bajo la mirada de Todd Siller, finalmente, Moreira se dedicó a alardear con los fotógrafos mostrando el pulgar derecho ya manchado por la tinta y fanfarroneando “que ya había escogido”.

El anzuelo de los puercos

“Mire, aquí están los cheques a nombre de Verónica Martínez García”, dice a Demócrata Norte de México un viejo militante del PRI, quien muestra los documentos del Banco Santander-Serfin, con el emblema del llamado gobierno de la gente. Los títulos son de mil, 500 y 300 pesos.

“Los acabo de recibir –agrega-, la entrega la está haciendo Omar Vázquez, director de Área de la Universidad Tecnológica de Torreón (UTT), mandado por Miguel Riquelme Solís, subsecretario de Desarrollo Regional de la Laguna. Omar los endosa a pesar de que vienen a nombre de Verónica Martínez García, la candidata del Distrito X”.

A pregunta expresa acerca de las condiciones bajo las que se entregan los cheques el testigo responde: “sólo nos piden que apoyemos el proceso electoral”. Abunda: Además, los traen como si nada, estos cheques se los sacó de la bolsa de la camisa, los endosó y me hizo entrega de ellos”, dice mostrando los documentos. “Y esto es en todos los distritos”, remata.

Auto transformado en dueños del dinero público ejercido desde la SDRL, cuatro de los cinco candidatos de Torreón son funcionarios públicos y 6 de los 7 aspirantes a diputados locales de La Laguna eran burócratas. Todos dependen de los materiales y dinero que opera la SDRL, en manos de “Lalo” Olmos, pese a encontrarse de permiso.

Metidos en la piñata que significa disponer de recursos públicos de manera ilícita, todos los puercos sacan su tajada. El ex maoísta, promotor de la sedición en sus años mozos, Jesús Salvador Hernández Vélez, hoy candidato al Distrito XI, ya sosegado por las múltiples prebendas recibidas por sus servicios al PRI, “también es proveedor del gobierno del estado”.

“En sus bodegas ubicadas en la Calle L y Sexta de la colonia Eduardo Guerra, se guardan muchos de los materiales usados como anzuelo para cooptar votantes. Desde allí salen los tinacos, las pinturas, y gran parte de lo que se reparten en los seccionales. Personalmente he estado allí.”, dice a Demócrata Norte de México un líder operativo priista.

Otro funcionario de la SDRL confiesa al autor que los 104 mil tinacos repartidos fueron facturados en 600 pesos cada uno, lo que supone un total de 62 millones 400 mil pesos, es decir, “valen más que los dos “súper tanques” que construyó la administración panista de José Ángel Pérez Hernández. “Con estos fondos se pudieron levantar 3 tanques de esas dimensiones y con el resto armar la fiesta de la inauguración”, dice y sonríe sarcástico.

Es tan grande la gula por atracar los recursos públicos, que el director del Centro de Rehabilitación Social (CERESO) de Torreón, César Eugenio Sánchez Delgado, fue comisionado para “trabajar” en el Distrito XII que lleva a Eduardo Olmos Castro como aspirante. “Así que en vez de preocuparse por su chamba con los presos, anda organizando las listas de intención del voto de ese distrito junto con algunos custodios”.

“Ahora, de todos los candidatos -aparte de Lalo Olmos, que sigue despachando como secretario, Verónica Martínez García es la que más atenciones tiene de Rubén Moreira. Fuera de su relación sentimental, no entendemos por qué es esto. Verónica trabajó muchos años con Alejandro Gutiérrez Gutiérrez, “La Coneja”, nos extraña que de buenas a primeras se le ubique en un distrito de Torreón. Incluso, el subsecretario de Fomento Agropecuario de la SDRL, Sergio Soto Rodríguez -recientemente ventilado como delincuente con sentencia, por cobrar cheques de caja apócrifos-, es quien le coordina muchos de los apoyos de la SDRL. Habla directamente con Ricardo Quintanar, director del Voluntariado del DIF-Coahuila en La Laguna y con Mercedes Gallegos Carlos, “Meche”, Coordinadora del Instituto Nacional de Educación de los Adultos (INEA), el tradicional bastión de Humberto Moreira”, expresa un promotor del voto priista y trabajador del INEA.

Pese a todas estas triquiñuelas, el remedo de votaciones celebradas el 17 de agosto apenas dio para que el PRI dijera en escueto boletín que “votaron 110 mil priistas en 204 centros de elección”. En pocas palabras, la participación de militantes más baja de todas las anunciadas por el PRI desde que la batuta de zerevro dirige el tricolor en el estado.

Los resultados quedaron muy lejos de los pronósticos que presumió Moreira. La meta de reunir un ejército de 400 mil militantes que promoverán el voto priista hacia las elecciones del próximo 19 de octubre se encuentra distante.

Entre puercos te veas

Cada proceso electoral deja aspirantes damnificados y este no fue la excepción. Las burlas hacia la pírrica elección se extendieron hasta el representante de la Secretaría de Fomento Económico para la Promoción Industrial en la Ciudad de México, el ex alcalde de Torreón, Carlos Román Cepeda, quien se presentó a las oficinas de Humberto Moreira ilusionado de creer suya la nominación del Distrito XI.

El gobernador lo escuchó, le dijo que le parecían bien sus apreciaciones políticas respecto a Torreón, pero una vez que el ex alcalde traspuso la puerta de la oficina de Humberto Moreira, este ordenó que le llamaran a Jesús Salvador Hernández Vélez, para anunciarle que era el candidato al Distrito XI.

Algunos subalternos de Hernández Vélez comentaron a Demócrata Norte de México, que Salvador Hernández no quería la candidatura, él ambicionaba la SDRL, la caja sin control que funciona como oficina de gobierno en La Laguna.

Lo mismo aconteció con José Gánem, padre, quien entró en transacciones directas con Rubén Moreira. Gánem pidió la diputación del IX Distrito para su hijo, el dirigente municipal de las juventudes priistas, a cambio de la casa que habita zerevro en Torreón. El júnior Pepe Gánem se quedó esperando el llamado. Después le informaron que sería el subsecretario de Turismo en La Laguna, Jaime Russek Fernández, el registrado.

“Casa de por medio y dinero”, según dicen algunos priistas, no sirvieron de nada a la hora del dedeo de candidatos. Pepe Gánem –padre- viajó hasta Saltillo a recriminarle a Rubén Moreira, pero de nada sirvió. El único calmante que zerevro le recetó al iracundo Gánem fue la promesa de que en la planilla municipal del próximo año, su vástago irá como candidato a regidor.

Las pugnas siguen. Miguel Riquelme Solís, subsecretario de la SDRL y gente del ex secretario de Gobierno y miembro del grupo conocido como los “burbujos”, amenaza con boicotear las campañas en algunos distritos, principalmente en aquellos en los que hay “enemigos políticos”, entre otros, a Salomón Juan Marcos Issa, candidato por VIII Distrito y con quien sostiene una antigua disputa. En los hechos, Riquelme Solís se presentó en algunos ejidos del Cañón de Jimulco para exigir que no se apoye a Salomón, de lo contrario, amenaza con que no habrá apoyos desde la SDRL.

Las cifras de los puercos

Como el simulacro de jornada democrática terminó rápido, temprano aparecieron los resultados en la página web del PRI. En boletín escueto se asentó que “votaron 110 mil personas en 204 centros de recepción de boletas”. Es decir, muy apenas votó el 6 por ciento del padrón electoral de Coahuila, que es de 1 millón 812 mil 960 ciudadanos. Esta cifra es mucho menor al número de participantes que anunció “zerevro” votarían -en las elecciones de los consejeros políticos estatales y los consejeros políticos municipales- lo que habla de que lejos de consolidar la participación priista en el presente proceso electoral que culminará el 19 de octubre, éste va en picada con todo y los millones de pesos repartidos desde las oficinas del “Gobierno de la Gente”.

Según los propios números de “zerevro”, la cifra de participantes para elegir consejeros estatales fue de 112 mil y en los nombramientos de consejeros municipales de 237 mil. Ahora, en la pantomima para elegir candidatos a diputados los números cayeron hasta 110 mil.

Un último dato. Antes del proceso electoral del 17 de agosto, la foto oficial de los candidatos priistas se había tomado, es decir, la elección entre puercos ya no podía dar marcha atrás.

Sólo en México contratamos servidores públicos caros que nos pagan con resultados de fiemo.

jueves, 21 de agosto de 2008

Soy pobre, pero libre; hago cine por simple placer: Sergio García

Celebra 20 años de su documental Un toque de rock, que se exhibirá mañana en UNAM


*Cuando veo los presupuestos del Imcine no lo puedo creer. Cómo puede ser que 5 millones de pesos sean para una película... mis cintas me cuestan alrededor de mil pesos , afirma el realizador


Juan José Olivares


En el medio cinematográfico mexicano lo conocen como El súper 8, debido a que fue uno de los realizadores que desde los años 70 ha usado este tipo de formato. Es fundador de la productora Taller Experimental de Cine Independiente, que es referente en la forma de hacer cintas políticas, sociales y culturales al margen de lo establecido. Lleva más de 35 años haciendo películas como outsider. Pero lo que más llama la atención es que Sergio García es un cineasta, a quien sólo le bastan una cámara y una idea para filmar. Hace cintas de menos de mil pesos.

“Cuando veo los presupuestos del Instituto Mexicano de Cinematografía (Imcine) no lo puedo creer. Cómo puede ser que alguien gaste 5 millones de pesos en una película; yo con eso haría 30. En mis 97 cintas no he gastado ni un millón de pesos”, comentó el realizador en entrevista con La Jornada, con motivo de que este viernes se exhibirá su reciente docu-ficción, Be Bop a Lula, Comandante Espacial, y el documental Un toque de rock (sobre los primeros conciertos de la banda Three Souls in My Mind) –que ahora cumple 20 años–, en la sala José Revueltas del Centro Cultural Universitario, de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). De hecho, este video se puede conseguir en tiendas como Blockbuster y Mixup. “No ha perdido actualidad”, dice García, quien con su corto El fin, filmado en súper 8, obtuvo el premio Luis Buñuel, otorgado en el primer Concurso de Cine Independiente.

El realizador comentó sobre lo que diría a los egresados de escuelas de cine que ven un panorama oscuro para producir porque no hay condiciones en el país. “mis películas me cuestan alrededor de mil pesos. No pago a actores, sólo gasto en casets y en vestuario. Nadie lo podría creer, pero se puede, entonces no es cosa de pretextos”.

–¿Hay alguna materia en las escuelas de cine de cómo hacer películas con poco dinero?

–No, pero deberían asistir a mis talleres de cómo hacer cine con mil pesos. Mediometraje o cortos, pero son películas. Inclusive he filmado documentales de hasta dos horas y me salen más baratos.

Analfabetismo cinematográfico

En las dos décadas que tiene Un toque de rock, el director ha sido testigo de “retrocesos. He visto y enseñado a tres generaciones y ahora veo que ha disminuido el nivel cultural e informativo de los chavos; cada vez saben menos. Hay analfabetismo cinematográfico, la gente ya no sabe leer imágenes. Cuando ven algo de ritmo lento no atienden, como si les hubieran fraccionado el cerebro. Eso se debe a la tecnología empleada, como la televisión, la computadora y la red, de la cual puedes obtener información que muchas veces no es buena. Hay pereza mental para aprender, también hay que mencionar que el sistema no ofrece nada a los jóvenes, quienes no saben qué van a estudiar”.

Público para cineastas locos

No obstante, el realizador aseguró que sigue habiendo público para estos trabajos hechos por cineastas “locos” como él. “Mis alumnos me han llevado copias piratas de Un toque de rock, lo cual me enorgullece, porque significa que hay público. Estoy por llegar a mi trabajo 100 y siempre hay audiencia. Todo empezó en 1970 con el súper 8. En ese tiempo íbamos cargando nuestro proyector y laa películas, a proyectar a salones de clases de los CCH, de las facultades de la UNAM, de casas de cultura e inclusive en cárceles”.

García se aferra a resistir ante lo establecido, porque ama su “independencia”. Dijo: “Soy pobre, pero hago lo que quiero, nada me va a detener. Soy libre. Nunca he visto el cine por el lado industrial, porque no me dejarían hacer lo que pienso. Cuando hice Un toque de rock estaba seguro de que no me la hubieran producido, porque cuando mostré el guión a nadie le interesó. Me siguen viendo como bicho raro, aunque me respeten como un pinche loco, pero eso me alimenta”, concluye.

Afirmó que a la gente le gustan sus videos porque tienen que ver con la música y porque los hace “por simple placer, como su docu-ficción Be Bop a Lula, Comandante Espacial (The Beatles en México), que se hizo “sin fines comerciales. Lo hice para ser feliz”.

Estas cintas se exhibirán a las 18:30 horas en la sala José Revueltas del Centro Cultural Universitario, en Insurgentes Sur 3000.

martes, 19 de agosto de 2008

La verdadera competición olímpica

Nike y Adidas se disputan a los héroes chinos

Tania Branigan
The Guardian

Traducido para Rebelión y Tlaxcala por Àngel Ferrero


Cuando la mayor estrella china se sitúe en los puestos de salida esta semana, la nación entera rezará para que termine la carrera con una medalla de oro alrededor del cuello. Pero los ejecutivos están más preocupados por el resto del atuendo de Liu Xiang. Cruzará la línea de meta de los 100 metros obstáculos con el swoosh [el logotipo de Nike, N.T.] en los pies, pero si sube al podio, lo hará con las tres barras sobre la manga de su camiseta.


Poco importa el deporte. La verdadera batalla en Pekín no se libra por los primeros puestos del medallero, sino que se trata de la lucha multimillonaria entre dos gigantescas marcas por intentar conquistar el mercado de las prendas deportivas a escala mundial, un mercado que crece a toda velocidad. Adidas y Nike han invertido sumas sin precedentes para atraerse a los consumidores chinos durante las Olimpiadas: se estima que la empresa alemana ha gastado 190 millones de dólares en concepto de patrocinio y mercadotecnia, y que su rival estadounidense ha apoquinado en los mismos cerca de 150 millones.


Adidas patrocina los propios juegos y al Comité Olímpico chino. Los portadores de la antorcha, los funcionarios del estado y los voluntarios visten la marca; también lo hacen los campeones chinos. “Cada uno de los atletas chinos que gane una medalla vestirá Adidas en el podio”, dice Paul Pi, vicepresidente de marketing para Adidas China.


Pero Nike ha contraatacado patrocinando a 22 de los 28 equipos olímpicos chinos. “El momento álgido para los fans chinos se produce cuando suena la pistola y él cruza la línea de meta. Si Liu termina en primer lugar, toda la nación se volverá loca de alegría, y él estará llevando nuestras zapatillas”, dice el portavoz de Nike Charlie Brookes.


La raíz de esta rivalidad es un mercado que de momento es una fracción del existente en los EE.UU., pero que crece a razón de un 30% anual desde los últimos cinco años. Pi remata: “Si quieres liderar el mercado mundial, tienes que liderar el chino.”


Nike afirma haber sobrepasado el techo de los mil millones en ventas esta primavera, adelantándose un año al calendario fiscal. Por su parte, Adidas sostiene que ha adelantado a su rival, convirtiéndose en el líder de mercado al inicio de los juegos, con un aumento del 60% en las ventas durante la primera mitad del 2008, a pesar de que su afirmación se basa en factores como la imagen corporativa. Se espera que esta tendencia siga “en curso” y alcance los mil millones y medio en el 2010.


Poderosos


“Están a la par”, ha dicho Terry Rhoads, especialista deportivo de la empresa Zou Marketing de Shangai. Rhoads estima que China podría superar a los EE.UU. como el mayor mercado nacional del mundo en el 2025.


“Adidas tenía que tener este patrocino”, añade Greg Paull, cofundador de la asesoría de marketing R3, quien cree que la marca se encontraba en una mala posición por los acuerdos individuales de Nike con varios atletas. “No esperábamos que los Juegos Olímpicos fueran una poderosa herramienta de marketing, pero lo que ha ocurrido es exactamente lo contrario. El mercado no ha madurado como el de los EE.UU. o el del Reino Unido en términos de cultura de marca y aquí la cuestión de la celebridad sigue siendo muy fuerte. Si puedes vincular a Liu Xiang o Yao Ming a tu producto, eso tiene un enorme impacto.”


Adidas ha explotado la pasión nacional por el deporte con una campaña que da a su eslogan un giro patriótico: “Juntos en el 2008 – Nada es imposible” (Together in 2008 – Impossible is nothing).


“Otros países están interesados en las Olimpiadas. Pero en China casi el 90% de la población los apoya apasionadamente y quiere involucrarse”, dice Pi.


Mientras tanto, los spots “Valor” (Courage) de Nike enfatizan el logro individual. “Para nosotros, todo se trata de conectar con los atletas: creamos productos para que rindan mejor y se sume a ello el entusiasmo que crea”, dice Brookes, citando la zapatilla ultraligera Hyperdunk para Kobe Bryant o el modelo Zoom Aerofly para Asafa Powell. Señaló que los consumidores comunes se benefician de la misma tecnología que ellos.


La verdadera competición está fuera de la zona olímpica. Adidas, que está abriendo tiendas a razón de dos por día, tendrá 5.000 tiendas en China al terminar el año. Su nueva tienda en Sanlitum, a miles de kilómetros del estadio “el nido de pájaro” (Bird's Nest), fue abierta el mes pasado y es la mayor del mundo, con 3.170 metros cuadrados de espacio dedicados a la venta distribuidos en cuatro plantas. En el tejado hay una pista de baloncesto, y la tienda cuenta con un bar muy chic, terminales informáticas para personalizar zapatillas deportivas y salas de ejercicio. En una galería se exhiben los modelos de calzado deportivo que Adidas ha fabricado para los juegos, desde botas de boxeo a bañadores para nadadores, todo presentado en expositores de cristal e iluminados con reverencia artística.


Nike cuenta con unos cuantos puntos de venta menos que Adidas, y su tienda principal tiene 1.208 metros cuadrados, pero su localización en Wangfujing la convierte en uno de los principales centros de consumo. También posee una galería en el distrito 798 (el distrito artístico de la ciudad), donde actualmente una exposición muestra el desarrollo de la marca, y ni uno solo de los productos está en venta.


Estilo


A su vez ambas compañías se enfrentan a Li Ning, un ídolo deportivo reconvertido en empresario. Este tres veces medallista de oro demostró sus aptitudes gimnásticas mientras “corría” en el estadio “el nido de pájaro” (Bird's Nest) antes de encender el pebetero olímpico (aunque vistiera Adidas). Pero para muchos jóvenes chinos también es conocido por su marca deportiva epónima: las ventas alcanzaron los 750 mil millones de dólares el año pasado. Después de su aparición, sus acciones en la bolsa de Hong Kong ascendieron un 3'5%.


Pero su atractivo puede disminuir para compradores como Yang Yang, que esta semana visitó la tienda de Adidas en Sanlitum calzando unas zapatillas Nike. “Llevo algunas marcas chinas, la mayoría Li Ning”, declaró este profesor de 26 años. “Son mucho más baratas, pero el estilo y la tecnología de Adidas y Nike son mejores. Normalmente compro Nike para correr, pero muchas de las Adidas sport tienen mucho mejor aspecto.”


Rhoads cree que consumidores como Yang harán de Adidas y Nike marcas ganadoras por muchos años por venir. “Este mercado es fenomenal”, dijo. “China tiene 400 millones de adolescentes de menos de 20 años que están viendo las Olimpiadas y enamorándose del deporte. La mayoría de la gente en China aún no practica ningún deporte. Cuando empiecen a hacerlo, ¡imagínate!”


Batalla entre marcas


Nike
Sede: Beaverton, Oregon, USA
Logotipo: swoosh [una línea que expresa velocidad]
Fundación: En 1964, por Phil Knight y su antiguo entrenador Bill Bowerman, con el nombre de Blue Ribbon Sports. En 1971 adoptaron el nombre de la diosa griega de la victoria, Niké, para sus zapatillas deportivas.
Empleados (*): Más de 30.000
Facturación: 10 mil millones en el año fiscal, terminado el 31 de mayo del 2008
Patrocinio olímpico: Nike patrocina 22 de las 28 federaciones deportivas chinas. También patrocina a Liu Xiang, el atleta chino más famoso, y al comité nacional estadounidense.


Adidas
Sede: Herzogenaurach, Alemania
Logotipo: tres barras
Fundación: En 1949, por Adolf Dassler, que producía calzado deportivo desde el fin de la Primera Guerra Mundial y equipó a los atletas en las Olimpiadas de 1928. Su hermano Rudolf fundó Puma, dando lugar a una desagradable enemistad familiar.
Empleados (*): 31.000
Facturación: 8 mil millones (incluyendo Reebok y TaylorMade, marca para equipos y complementos de golf).
Patrocinio olímpico: Como socio, ha equipado a 100.000 voluntarios, funcionarios del estado y empleados. También patrocina al comité olímpico chino, por lo que sus atletas portarán el logotipo cuando reciban las medallas.


(*) Nota del traductor: Recuérdese que aquí solamente se incluyen a los empleados que trabajan directamente para ambas compañías, y no los que lo hacen en las empresas subcontratadas.