lunes, 9 de diciembre de 2013

¿Por qué nunca declaró Villarreal?


¿Por qué Javier Villarreal jamás presentó una declaración de situación patrimonial mientras fue funcionario de alto nivel en Coahuila?

Editorial Vanguardia

Por: Editorial Vanguardia

Editorial
Con qué propósito se “inventó” la declaración de situación patrimonial como obligación de los funcionarios públicos en México?
La pregunta anterior tiene al menos dos respuestas: la formal, es decir, la que está relacionada con el “deber ser” de la regla según la cual determinados funcionarios están obligados a declarar sus haberes anualmente; y la real, es decir, la que explica las verdaderas razones por las cuales tal norma fue diseñada y puesta en práctica.
Desde la perspectiva formal, la regla según la cual todo funcionario público de determinado nivel está obligado a declarar sus haberes de forma anual, tiene como propósito que los órganos de control del poder público cuenten con información para detectar actos de corrupción que se traduzcan en el enriquecimiento ilícito de quienes detentan el poder.
La ecuación es simple: cuando un individuo accede a un cargo público debe declarar lo que tiene. Luego, cada año debe realizar una declaración en la cual manifieste las modificaciones sufridas en su patrimonio. Si los cambios no se justifican a partir de los ingresos que el funcionario percibe entonces debe investigarse el hecho.
En otras palabras, la declaración patrimonial debe funcionar como una suerte de “sistema de alerta temprana” que impida la institucionalización de prácticas de corrupción en el sector público.
Por desgracia, como lo demuestran múltiples casos, no es la perspectiva formal la que prevalece en el proceso de formular, recibir y revisar las declaraciones patrimoniales de los servidores públicos, sino la perspectiva “real”, es decir, las auténticas razones por las cuales fue diseñado, en primera instancia, el sistema de rendición de cuentas: para garantizar lealtades políticas.
El reporte que publicamos en esta edición, relativo a la inexistencia de las declaraciones de situación patrimonial de Javier Villarreal Hernández demuestra plenamente el acierto del señalamiento.
La pregunta es simple: ¿por qué Javier Villarreal jamás presentó una declaración de situación patrimonial mientras fue funcionario de alto nivel en Coahuila? O, más bien, ¿por qué nadie le exigió al ex todo poderoso miembro de la administración de Humberto Moreira Valdés que las presentara?
La respuesta es simple y la sabemos todos: porque el asunto de las declaraciones no es en serio, al menos no para quienes, como Javier Villarreal, se encuentran en el territorio de la impunidad “permitida”, es decir, la impunidad que deriva de la existencia de lazos de complicidad con quien encabeza el Gobierno.
Por complicidad, y por ninguna otra cosa, es que Javier Villarreal nunca presentó una declaración patrimonial en Coahuila pero, a pesar de eso, nadie “se atrevió” a exigirle que lo hiciera.
El asunto es, ¿quienes fueron -o acaso siguen siendo- sus cómplices?

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