miércoles, 18 de diciembre de 2013

Dipetre: uno de sus pecados es la corrupción



Se ha sospechado desde siempre y no ha faltado razón para afirmarlo: uno de los más serios problemas del sistema de pensiones del magisterio coahuilense es que sus recursos se han usado, en buena medida, para generar fortunas privadas a quienes han estado al frente del mismo debido al monopolio que el SNTE ha ejercido en su administración.

No hace falta sino pasar revista a los haberes de quienes han desfilado por la dirigencia sindical del magisterio para constatar que no podrían haber adquirido las propiedades, ni darse la vida de lujos que muchos exhiben, a partir de su salario como maestros.

No importa qué tanto se les haya pagado y qué tantas compensaciones, recompensas o “estímulos” se les haya asignado: simple y sencillamente no es posible acumular los activos que un número insultante de “históricos” dirigentes magisteriales poseen.

Por ello, el surgimiento de datos oficiales que constaten la sospecha no resulta de modo alguno sorprendente, pues los únicos que “no se han percatado de la realidad” son los responsables de vigilar el correcto uso de los recursos destinados al sostenimiento de las instituciones del magisterio estatal.

En efecto, la Auditoria Superior del Estado parece que ha comenzado a percatarse del problema que padece el sistema de pensiones de la Sección 38 del SNTE y a “comenzado a detectar” la existencia de los problemas de corrupción que este padece.

Apenas ayer comentamos en este espacio el problema que para los contribuyentes representa que el sistema de pensiones del magisterio estatal se encuentre al borde del colapso y cuestionábamos si era justo que, como ocurre siempre, el gremio docente vaya a solicitar que sean los contribuyentes quienes paguen la factura. Hoy, los datos de la ASE parecen confirmar que una de las aristas del problema es la corrupción.

Y es que de acuerdo con el reporte de la cuenta pública del ejercicio 2012, en los números de la Dirección de Pensiones de los Trabajadores de la Educación de la Sección 38 del SNTE existen 32.3 millones de pesos “perdidos”.

Pero, como se ha dicho, el problema no es encontrar evidencia en el sentido de que las finanzas de un fondo de pensiones como el del SNTE se manejen con criterios poco profesionales y ello implique la existencia de
amplios espacios de corrupción. El problema real es que tal hecho se descubra y, al final, no pase absolutamente nada.

El problema es que, del “escándalo” generado por la difusión de los datos de la cuenta pública se pase al silencio y al olvido del asunto.

Por ello, los ciudadanos haremos bien en anotar el dato y estar prestos a recordarlo cuando, como es previsible, comience a discutirse cuánto dinero de nuestros bolsillos pretenderá el magisterio estatal que se destine para rescatar su esquema pensionario

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