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| El extitular de la SSP, Genaro García Luna. Foto: Germán Canseco |
MÉXICO, D.F. (apro).- El exsecretario de Seguridad Pública, Genaro García Luna, descalificó la información difundida por la revista Forbes sobre su persona en la nota que hace referencia a los políticos más corruptos de México en 2013.
En una carta enviada al editor Steve Forbes, el extitular de la desaparecida Agencia Federal de Investigación (AFI) dice que “el juicio de valor que hace la reportera a mi persona no corresponde a la realidad, son mentiras y carecen de rigor periodístico propio de su revista”.
Y más: “Los argumentos de la fuente en la que se sustenta son falsos”.
El pasado lunes 16, la revista Forbes publicó la lista de los 10 mexicanos más corruptos en la que el exfuncionario federal, quien actualmente reside en la ciudad de Miami, aparece al lado de personajes como Raúl Salinas de Gortari, Tomás Yarrington, Elba Esther Gordillo, Carlos Romero Deschamps y Humberto Moreira, entre otros políticos.
De García Luna, la reportera Dolia Estevez escribió lo siguiente: “Se caracterizó por el exceso en el gasto público, en su gestión la dependencia registró el mayor presupuesto que se le ha asignado a esa dependencia y que usó para la autopromoción y el abuso de poder”.
En su misiva, que fue enviada a la revista el pasado lunes 16, el exfuncionario encargado de la estrategia contra la delincuencia organizada durante el sexenio de Felipe Calderón también intenta desacreditar dicho apunte con un recuento de los reconocimientos nacionales e internacionales que recibió durante 24 años de carrera, “como testimonio oficial internacional de más de dos décadas de trabajo profesional en el combate sistemático a las estructuras criminales.
Prosigue:
“Durante mi desempeño afecté los intereses de las estructuras del narcotráfico y secuestro, motivo por el cual de manera reiterada he sido objeto de campañas de desinformación y desprestigio.
“Sería ingenuo no esperar reacciones de los intereses afectados de estas organizaciones delictivas que buscan lucro e impunidad en sus crímenes contra la sociedad”.
En la carta enviada a Steve Forbes, García Luna señala que “en su momento, ante el Congreso de la Unión, la más alta tribuna parlamentaria de mi país, comparecí y bajo juramento de ley desmentí las calumnias en mi contra”.
Más tarde, la defensa del exgobernador Tomás Yarrington, prófugo de la justicia estadunidense, que encabeza el abogado Marco Tulio Ruiz envió un comunicado a distintos medios de comunicación en el que asegura que el texto de la reportera está baso en “percepciones” y la percepción, subraya, “no siempre es la realidad”.
Luego de desacreditar las acusaciones que pesan en contra de su cliente porque están basadas en dicho y no en hecho, el litigante asegura que Yarrington ha presentado más de 100 pruebas de inocencia y ha procedido a demandar a los cónsules quienes, siguiendo las instrucciones de la entonces Procuradora (Marisela Morales, actual cónsul de México en Milán, Italia), se prestaron a “tomar el testimonio” de dichos testigos rebasando con mucho sus atribuciones.
En México, prosigue, el caso de Tomás Yarrington está ahora en manos de los jueces, de quienes esperamos una sola cosa: Justicia. En cuanto a la acusación que recién se hizo en Estados Unidos, serán los jueces de ese país quienes valoren las pruebas que, supuestamente, existen, concluye.
En una carta enviada al editor Steve Forbes, el extitular de la desaparecida Agencia Federal de Investigación (AFI) dice que “el juicio de valor que hace la reportera a mi persona no corresponde a la realidad, son mentiras y carecen de rigor periodístico propio de su revista”.
Y más: “Los argumentos de la fuente en la que se sustenta son falsos”.
El pasado lunes 16, la revista Forbes publicó la lista de los 10 mexicanos más corruptos en la que el exfuncionario federal, quien actualmente reside en la ciudad de Miami, aparece al lado de personajes como Raúl Salinas de Gortari, Tomás Yarrington, Elba Esther Gordillo, Carlos Romero Deschamps y Humberto Moreira, entre otros políticos.
De García Luna, la reportera Dolia Estevez escribió lo siguiente: “Se caracterizó por el exceso en el gasto público, en su gestión la dependencia registró el mayor presupuesto que se le ha asignado a esa dependencia y que usó para la autopromoción y el abuso de poder”.
En su misiva, que fue enviada a la revista el pasado lunes 16, el exfuncionario encargado de la estrategia contra la delincuencia organizada durante el sexenio de Felipe Calderón también intenta desacreditar dicho apunte con un recuento de los reconocimientos nacionales e internacionales que recibió durante 24 años de carrera, “como testimonio oficial internacional de más de dos décadas de trabajo profesional en el combate sistemático a las estructuras criminales.
Prosigue:
“Durante mi desempeño afecté los intereses de las estructuras del narcotráfico y secuestro, motivo por el cual de manera reiterada he sido objeto de campañas de desinformación y desprestigio.
“Sería ingenuo no esperar reacciones de los intereses afectados de estas organizaciones delictivas que buscan lucro e impunidad en sus crímenes contra la sociedad”.
En la carta enviada a Steve Forbes, García Luna señala que “en su momento, ante el Congreso de la Unión, la más alta tribuna parlamentaria de mi país, comparecí y bajo juramento de ley desmentí las calumnias en mi contra”.
Más tarde, la defensa del exgobernador Tomás Yarrington, prófugo de la justicia estadunidense, que encabeza el abogado Marco Tulio Ruiz envió un comunicado a distintos medios de comunicación en el que asegura que el texto de la reportera está baso en “percepciones” y la percepción, subraya, “no siempre es la realidad”.
Luego de desacreditar las acusaciones que pesan en contra de su cliente porque están basadas en dicho y no en hecho, el litigante asegura que Yarrington ha presentado más de 100 pruebas de inocencia y ha procedido a demandar a los cónsules quienes, siguiendo las instrucciones de la entonces Procuradora (Marisela Morales, actual cónsul de México en Milán, Italia), se prestaron a “tomar el testimonio” de dichos testigos rebasando con mucho sus atribuciones.
En México, prosigue, el caso de Tomás Yarrington está ahora en manos de los jueces, de quienes esperamos una sola cosa: Justicia. En cuanto a la acusación que recién se hizo en Estados Unidos, serán los jueces de ese país quienes valoren las pruebas que, supuestamente, existen, concluye.
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