Por: Redacción / 24 noviembre, 2014
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(24 de noviembre, 2014).- Según el escritor y periodista, Diego Osorno, casos como la desaparición de cuarenta y tres estudiantes normalistas en Iguala, Guerrero, son consecuencia de una crisis de Derechos Humanos que inició con el movimiento social de 2006 en Oaxaca y que desde entonces se ha vuelto insostenible.
El autor de “La Guerra de los Zetas”, vivió en el estado de Oaxaca durante el conflicto magisterial entre el gobierno priista de Ulises Ruiz y los integrantes de la Sección 22, periodo que asegura el autor, cambio su vida ya que en los días más cruentos del conflicto presenció cuatro asesinatos.
En una plática dirigida a docentes de la Sección 22 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) presentó su más reciente libro “Contra Estados Unidos”, que describe como fueron algunas de las desapariciones en México durante la “guerra contra el narcotráfico” de Felipe Calderón Hinojosa, así como el recorrido que inició Javier Sicilia por todo el país y Estados Unidos para exigir justicia.
El autoritarismo con que gobierna la élite política de México, afirmó el periodista, se remonta incluso décadas atrás y ha quedado completamente en evidencia después de que el movimiento magisterial en Oaxaca fuera violentamente reprimido y 43 estudiantes de la Escuela Normal Rural “Raúl Isidro Burgos” desaparecieran por obra de un gobierno coludido con el narcotráfico.
Los estudiantes eran una amenaza para el gobierno
Aún no pudiendo asegurar quién es el responsable directo de los crímenes perpetrados contra los estudiantes normalistas en Iguala, Guerrero, Diego Osorno asegura que los jóvenes de Ayotzinapa representaban una amenaza para el gobierno, que incluso, llegó al extremo de crear un batallón militar para reprimir a los estudiantes de esta Normal históricamente combativa en la década de los 70.
Para Diego Osorno probablemente el ataque cometido los días 26 y 27 de septiembre en Iguala se deba a que el Ejército quería recuperar el estatus que tenía durante el interinato de Calderón debido a que la Normal había tomado mucha fuerza en los últimos años y las fuerzas militares se encontraban actualmente en una crisis gracias a que la administración de Enrique Peña Nieto priorizó la imposición de sus reformas estructurales en lugar de mantener al Ejército y la Marina en la posición casi privilegiada que tenían con el mandatario panista durante su “guerra” contra el narcotráfico.
Sin embargo, esta fuerza que había adquirido la Normal sólo podía medirse por la amplitud de sus protestas y la conciencia política de sus estudiantes. Antes de la desaparición de 43 de sus compañeros, los normalistas de Ayotzinapa eran representados en los medios de comunicación-al igual que los maestros de la Sección 22-, como delincuentes que lejos de estudiar o dedicarse a desempeñar algo provechoso en sus comunidades se dedicaban simplemente a inconformarse todo el tiempo.
Noción que sin embargo contrastaba con la realidad ya que, acorde con la investigación realizada por el periodista, los estudiantes involucrados en el conflicto estaban acostumbrados a leer y mantenerse informados, pero también a manifestar su desacuerdo si creían que algo era incorrecto, y esta actitud crítica les costó la vida.
El autor de “Oaxaca sitiada”, elogió la “incansable” tarea del magisterio oaxaqueño por oponerse tan férreamente a la imposición de la Reforma Educativa, lucha en la que también participan las escuelas normales de nuestro país por resistir mucho tiempo a un gobierno que ha intentado desaparecerlas. Esta lucha, de acuerdo con Osorno, vincula a Oaxaca y Guerrero más allá de sus límites geográficos.
Por último, periodista insistió en que el fortalecimiento del Partido Revolucionario Institucional (PRI) y su aparente triunfo en las elecciones presidenciales se debió a la crisis que provocaron los anteriores gobiernos, trayendo a la postre, un gobierno que ha cometido más delitos y atrocidades que en toda la historia del país.
“No sólo regresó el PRI, regresó el peor PRI de la historia, el que ha tenido más crímenes”, dijo el escritor Diego Osorno.
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