Desde el año 2006 México a sufrido los efectos de la guerra entre carteles de la droga y fuerzas armadas mexicanas.
sábado, 04 de julio de 2015
Un estudio elaborado por dos científicos de la UNAM revela los patrones por los que la violencia se extendió por todo el territorio mexicano y es desde finales de 2006 que las ciudades de México han sufrido los efectos de la guerra entre varios cárteles de la droga, tanto entre ellos como con las fuerzas armadas mexicanas.
Si bien el número de víctimas de esta guerra varía de 30 a 100 mil muertos, los estragos económicos y sociales son imposibles de cuantificar.
Durante los últimos 8 años, México ha sido el escenario de una batalla brutal entre varios grupos armados; los principales participantes en esta guerra son el Cártel de Sinaloa, el Cártel del Golfo, el Grupo Zetas, el Cártel de los Beltrán Leyva, La Familia Michoacana Cártel (FM), el Cártel de Juárez y el Cártel de Tijuana, por nombrar sólo unos pocos; y las fuerzas armadas mexicanas (tanto del Ejército y de la Marina), la Policía Federal de México y el Estado y policías municipales. Quienes se han visto involucrados en el narcotráfico, el secuestro, la extorsión y otras actividades criminales.
Estas operaciones dieron lugar a una oleada de violencia que se extendió a toda la república.
Es por ello que la revista PLoS ONE retomó esta investigación de los mexicanos Jesús Espinal y Hernán Larralde, y nos revela los patrones por los que la violencia se extendió por todo el territorio mexicano entre los años 2007 y el 2011.
ESTUDIO
Estos científicos Jesús Espinal y Hernán Larralde construyeron una red en la que mes por mes ilustraron la relación entre las ciudades donde la violencia va en aumento o disminuyendo al mismo tiempo, analizando las tasas de mortalidad superior a 70 muertes por cada 100 mil habitantes en un año y eran menos de 200 kilómetros de distancia. Larralde y Espinallos unieron entre sí en su mapa, para desentrañar los patrones geográficos más amplios.
En el 2008 en el estado de Sonora se podía viajar desde el norte de este estado hastael Istmo de Tehuantepec, en el que sólo se presentaban dos ciudades violentas, pero en el 2010, Tamaulipas y Nuevo León se convirtieron en zonas de guerra y para el año 2011, México tenía una tasa de mortalidad más alta que la reportada en Irak durante la invasión estadounidense.
Además el análisis también destaca que la violencia relacionada no se propaga como una epidemia, es más bien algo más propio de ciudades que se encuentran retiradas o en distancias lejanas, las razones del porqué sucede esto no son del todo claras, ya que el estudio no lo determina; pero al parecer en ciudades como Juárez, Acapulco, Cancún, Culiacán, Monterrey, Tampico y Tijuana se ha centrado el número de muertos, siendo éste un nodo de red de la narcoviolencia .
¿Así que si las autoridades mexicanas se centrarán en la reducción de la violencia en los nodos centrales, la esperanza de paz se daría desde ahí?
“Atacar a las ciudades centrales de la red podría ser una gran idea o una idea terrible”, advierte Andrés Monroy-Hernández, investigador de computación social de Microsoft Research en Seattle. esto puede detener temporalmente el derramamiento de sangre, pero también puede causar que los cárteles antes centralizados se conviertan en redes más pequeñas, por lo que la violencia sería aún más difícil de controlar.
Por ello que el mapeo de estos dos científicos no ayudaría del todo a predecir hacia dónde se extenderán los hechos violentos ya que se necesitan más datos sobre las tasas de mortalidad diarias y variaciones geográficas en la violencia, siendo un factor muy importante por el cual este estudio no ayude a las autoridades, como también la represión del gobierno contra el crimen, los desvíos del tráfico de drogas, y el cambio de alianzas y rivalidades entre los cárteles.
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