‘‘Este es mi trabajo’’, dice un embozado antes de asestar un cabezazo a un
fotógrafo
Periódico La Jornada
Viernes 4 de octubre de 2013, p. 5
Viernes 4 de octubre de 2013, p. 5
Continúa el flujo de testimonios sobre casos de violencia de
granaderos y de jóvenes ‘‘infiltrados’’ –varios de éstos con el rostro cubierto–
contra manifestantes pacíficos durante la marcha del miércoles pasado para
conmemorar la masacre del 2 de octubre de 1968. Aquí, varias escenas.
En Reforma, entre Hidalgo y Juárez, uno de los jóvenes embozados le quita su
cámara a un fotógrafo independiente. En la discusión, el afectado le espeta al
agresor: ‘‘Es mi materia de trabajo, ¿tú cuándo has trabajado en tu vida?’’. Y
la respuesta es muy informativa: ‘‘Este es mi trabajo’’, lo que complementa con
un cabezazo que le tira un diente al periodista. Un segundo infiltrado se acerca
al agredido y le dice: ‘‘Mejor vete, te salió barato’’. Está a punto de
iniciarse una pelea entre ellos, pero los primeros estruendos de petardos,
cohetones y bombas molotov los dispersan.
Roban Oxxo y tratan de vender los productos sustraídos
Sobre Reforma, a media cuadra de Bucareli, un grupo de provocadores
drogados con monas (estopas y bolsas de plástico con inhalantes) que
traen en las manos, rompen con piedras los vidrios de una tienda Oxxo y la
saquean. Afuera intentan vender los yogures, dulces, paletas de hielo, refrescos
y otras mercancías a los transeúntes, quienes mejor se alejan, atemorizados.
En un estacionamiento de Lafragua e Ignacio Ramírez, un grupo de personas
llega huyendo tanto de los granaderos como de los provocadores, quienes avientan
piedras no sólo a los policías sino a la gente. Hasta ahí arriban varios
uniformados, señalan a un joven manifestante y dicen: ‘‘Ese es’’. Una muchacha
trata de defenderlo y les asegura: ‘‘Ellos sólo vienen a la marcha, no son
provocadores’’. Pero los guardianes del orden arremeten contra todos –incluida
la defensora–, los ‘‘encapsulan’’ y golpean con toletes y escudos, además de
dispararles en la cara polvo de extintores. Los trabajadores del estacionamiento
intentan una débil defensa: ‘‘Ellos no son los que están haciendo disturbios’’,
pero son parados en seco: ‘‘Ustedes no se metan’’. Y se llevan a varios jóvenes
a la fuerza.
Con los ojos llorosos, atemorizados e indignados, varios adultos caminan
frente a las instalaciones de la PGR en la colonia Guerrero, sobre Reforma.
Vienen del cruce con Hidalgo, donde alcanzaron a ver y oír varios estallidos,
además de una valla de granaderos que avanza hacia allá.
–¿Quiénes son ustedes?
–Somos maestros de la UNAM, íbamos a sumarnos a la marcha, pero nos lo impidieron los policías con gases.
Mientras documenta detenciones cerca de la Torre del Caballito, Xilo, de la agencia Subversiones, es agredida por varios uniformados pese a portar un gafete que la organización Artículo 19 dio a los reporteros independientes. ‘‘Mientras intentaba grabar tropecé, caí y quedé de espaldas a los granaderos. Sentí un golpe en la cabeza, creo que con un escudo. Me traté de proteger y comenzaron a patearme en la espalda baja y en la cabeza. Logré ponerme de pie y pude salir del lugar. Hoy (jueves) tengo dolor de cabeza, algunos chipotes y muchos moretones’’.
Un contingente de jóvenes del CCH-Vallejo pasa frente a la Lotería Nacional. Los policías les lanzan gas pimienta. Los ojos les arden, pierden visibilidad, se les dificulta respirar. La estudiante Michelle corre detrás de un camión estacionado. Está a punto de ser agredida por un granadero, pero un compañero alcanza a darle un abrazo protector. El golpe es para él. Llenos de rabia, ambos ven que los uniformados, ‘‘sin razón’’, se llevan a seis de sus amigos. ‘‘Nosotros nos manifestábamos pacíficamente, sólo marchábamos por ahí, pero fueron contra nuestro contingente’’.
(Con información de Blanca Juárez)
–¿Quiénes son ustedes?
–Somos maestros de la UNAM, íbamos a sumarnos a la marcha, pero nos lo impidieron los policías con gases.
Mientras documenta detenciones cerca de la Torre del Caballito, Xilo, de la agencia Subversiones, es agredida por varios uniformados pese a portar un gafete que la organización Artículo 19 dio a los reporteros independientes. ‘‘Mientras intentaba grabar tropecé, caí y quedé de espaldas a los granaderos. Sentí un golpe en la cabeza, creo que con un escudo. Me traté de proteger y comenzaron a patearme en la espalda baja y en la cabeza. Logré ponerme de pie y pude salir del lugar. Hoy (jueves) tengo dolor de cabeza, algunos chipotes y muchos moretones’’.
Un contingente de jóvenes del CCH-Vallejo pasa frente a la Lotería Nacional. Los policías les lanzan gas pimienta. Los ojos les arden, pierden visibilidad, se les dificulta respirar. La estudiante Michelle corre detrás de un camión estacionado. Está a punto de ser agredida por un granadero, pero un compañero alcanza a darle un abrazo protector. El golpe es para él. Llenos de rabia, ambos ven que los uniformados, ‘‘sin razón’’, se llevan a seis de sus amigos. ‘‘Nosotros nos manifestábamos pacíficamente, sólo marchábamos por ahí, pero fueron contra nuestro contingente’’.
(Con información de Blanca Juárez)
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