lunes, 15 de febrero de 2010

Sí, pedir perdón

Denise Dresser

“Las disculpas se dan por aquello que no logran alterar”

Benjamin Disraeli

Hace unos días, Fernando Gómez Mont ofreció una disculpa a nombre del presidente por la forma en el cual se expresó ante el asesinato reciente de 15 jóvenes en Ciudad Juárez. Aunque se aprecia el remordimiento que demostró, ojalá abarcara más temas y más errores de omisión. Ojalá que el arrepentimiento fuera compartido por muchas otras personas y por motivos más amplios. Ojalá que tantos responsables de lo que ocurre allí tuvieran el valor civil, el sentido de responsabilidad, la integridad necesaria para ofrecer disculpas a los mexicanos –y a los juarenses– por lo que no han logrado resolver, encarar, o entender de la “guerra” contra el narcotráfico. Ojalá supieran cómo pedir perdón por una larga lista de agravios.
-Por una guerra emprendida sin objetivos claros, recursos necesarios, apoyos indispensables y un sentido preciso de cómo y con qué instrumentos se iba a librar.
-Porque a pesar de la presencia del Ejército y la policía federal, han aumentado los asesinatos y los secuestros y las extorsiones y las ejecuciones.
-Porque apenas ahora se reconoce que las Fuerzas Armadas no están capacitadas para llevar a cabo acciones policiacas y labores de inteligencia.
-Por la forma en la cual todos los partidos han politizado y electoralizado el problema, pateándolo de lado y de cancha en cancha.
-Porque Ciudad Juárez ha padecido pleitos entre narcotraficantes y ahora padece pleitos entre políticos.
-Por la falta de colaboración entre el gobierno federal y el gobierno estatal, dado que son de partidos distintos y les parece redituable la confrontación y la descalificación.
-Porque apenas hace unos días que Felipe Calderón llamó a revisar la estrategia y a incrementar la participación social en el combate a la inseguridad.
-Porque apenas ahora anuncia que “va a hablar con los juarenses” cuando debió haberles tendido la mano desde hace años e involucrarlos en una estrategia integral que no estuviera basada exclusivamente en más armas, más militares, más helicópteros, más sangre en el suelo.
-Porque como señala Eduardo Güereque, presidente del Observatorio Ciudadano a nivel local: “más de 16 mil militares, policías federales, estatales y municipales no pueden contener la escalada de violencia”.
-Porque una estrategia puramente delincuencial no ha logrado lidiar con un amplio fenómeno de descomposición social.
-Porque al no insistir en la remodelación del sistema de impartición de justicia para resolver el problema de la impunidad institucionalizada, se siguen combatiendo síntomas en lugar de atacar causas.
-Por los espectaculares colocados en toda la ciudad que dicen “Policía municipal lista”, “Subprocuraduría de Justicia: Metas Rebasadas!”, “El Ejército y la Policía Federal vienen a salvar a Ciudad Juárez”.
-Porque la presencia del Ejército –encargado de tareas que no le corresponden– ha estado acompañada de retenes, cateos, allanamientos, revisiones e interrogatorios que con frecuencia vulneran las garantías individuales.
-Porque el Operativo Chihuahua también ha implicado desapariciones forzadas y asesinatos de líderes sociales y defensores de los derechos humanos.
-Por la impunidad prevaleciente desde la era de los “feminicidios” que transformó a Ciudad Juárez en la ciudad donde se podía matar sin recibir castigo por ello.
-Porque no es cierto que toda la violencia derive de una confrontación entre narcotraficantes. Los delitos de fuero común han aumentado también, junto con los delitos sexuales.
-Porque en una ciudad en la cual el 24% de los hogares son liderados por mujeres, no hay una política integral de apoyo hacia ellas que incluya guarderías, horarios extendidos en las escuelas, capacitación para el trabajo y pleno cumplimiento de los derechos laborales y sociales.
-Porque no se han instrumentado programas de salud ni de combate a las adicciones ni de ampliación educativa ni de becas ni de compras de armas a civiles ni de esparcimiento ni de recuperación de los espacios públicos.
-Por las 10 mil pequeñas y medianas empresas en Ciudad Juárez que han cerrado como resultado de la extorsión y las amenazas, y por los cerca de 100 mil juarenses que se han ido a vivir a El Paso.
-Porque el Director de Seguridad Pública Estatal acaba de renunciar, pero no por vergüenza ante los asesinatos, sino para buscar la presidencia municipal de Ciudad Juárez.
-Porque las autoridades siempre prometen “investigaciones profundas” que lleven al “esclarecimiento” de las muertes, pero eso nunca ocurre.
-Porque no se ha reconocido plenamente el reto de la corrupción política en el gobierno estatal, y cómo la infiltración de las instituciones hace imposible el combate a la criminalidad. La autoridad declara que va ganando la guerra contra los malosos cuando en realidad los protege.
-Porque cuando toda la atención del Procurador General de la República debería estar centrada en Ciudad Juárez, Arturo Chávez Chávez prefiere combatir los matrimonios entre homosexuales.
-Porque la actitud de miembros del gobierno demuestra un profundo desdén a los ciudadanos y un gran menosprecio hacia la situación crítica en la que se encuentran. Viviendo detrás de cercas electrificadas, rodeados de guaruras y séquitos que garantizan su seguridad personal, los políticos pueden pontificar sobre lo que ocurre en Chihuahua sin tener que padecerlo en carne propia.
-Porque Ciudad Juárez merece un esfuerzo nacional que abarque ideas nuevas, enfoques diferentes, planes conjuntos, estrategias coordinadas e involucramiento social.
-Por los muchachos Brenda, Rodrigo y Juan Carlos, recordados hace unos días en su escuela por sembrar flores y por su afición al deporte.
-Porque Ciudad Juárez se está muriendo de tristeza y eso bien merece una disculpa por parte de quienes han permitido que sea así.
Proceso14/02/2010

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