El hallazgo se ubica detrás de la Catedral Metropolitana, con dirección al Templo Mayor
*Raúl Barrera, del PAU, dijo que podría medir hasta 32 metros de alto
*Fuentes históricas señalan que ahí se hacían sacrificios humanos, pero esa información aún se debe cotejar con los vestigios
Ana Mónica Rodríguez
Periódico La JornadaLunes 22 de febrero de 2010, p. a10
El templo circular mexica dedicado a Ehécatl Quetzalcóatl, dios del viento, que data de 1486-1502, fue descubierto en la calle de Guatemala, atrás de la Catedral Metropolitana, con dirección al Templo Mayor.
La estructura prehispánica mexica fue encontrada por los especialistas del Programa de Arqueología Urbana (PAU), adscritos al Instituto Nacional de Antropología Historia (INAH), que trabajan en las excavaciones para consolidar y definir los límites de este edificio, ubicado en un predio que funcionaba como estacionamiento.
Raúl Barrera, director del PAU, explicó a La Jornada: “En diciembre pasado se iniciaron los trabajos en este predio, los cuales han arrojado interesantes hallazgos, como este edificio prehispánico mexica, conformado por dos elementos arquitectónicos: una plataforma orientada de norte a sur y una estructura circular adosada en la parte central posterior.
“Aún no conocemos las dimensiones reales de todo el edificio, pero calculamos que se encuentra arriba de los 32 metros de ancho, y que la estructura circular mide 14 metros de diámetro, aproximadamente.”
El reciente descubrimiento también se halla muy cerca del predio Las Ajaracas, donde fue hallada la colosal piedra de Tlaltecuhtli, en 2006.
“Este templo dedicado a Ehécatl está orientado hacia el Templo Mayor; sus características determinan que aquí fue venerado el dios del viento. Además, en otros trabajos arqueológicos también han aparecido representaciones de esta deidad, como en la estación Pino Suárez del Metro y en la Catedral Metropolitana, en 1976”, dijo Raúl Barrera.
El especialista dio más detalles sobre el templo mexica: “Este edificio, con vista al Templo Mayor, es uno de los más importantes del antigo centro ceremonial. Su importancia se relaciona con la salida del Sol, que aparece en la parte posterior del Templo Mayor y se oculta al poniente”.
Para el arqueólogo es necesario recordar que Ehécatl “es una deidad del viento, cuya función era provocar corrientes de aire para ayudar a los dioses de la lluvia, Tláloc y Tlaloques”.
Otra característica que menciona Barrera es la que narran las fuentes históricas sobre que en esta estructura prehispánica se llevaban a cabo sacrificios humanos, aunque todavía no aparecen datos sobre este hecho en las recientes excavaciones.
“Las crónicas del siglo XVI, especialmente la de Bernal Díaz del Castillo, describen que este templo posee una entrada elaborada con fauces de serpiente y con diversos elementos decorativos, como grandes ollas que estaban al frente de este edificio”, agregó el arqueológo.
Raúl Barrera aclara que esta estructura exhibe ahora las últimas etapas constructivas del templo, llamadas 6 y 7, “debido a sus características arquitectónicas y de materiales constructivos, tanto en los muros como en los pisos, así como por diferentes tipos de suelo de basalto que fueron colocando los antiguos en las plazas que rodean este edificio”.
–Después de este hallazgo, ¿qué se hará en el predio?
–Estamos en la primera etapa de delimitación del edificio y seguimos los lineamientos del Consejo de Arqueología para la investigación y excavación. Esta estructura prehispánica será rehabilitada, y tendremos que esperar las investigaciones para saber qué determinarán las autoridades académicas para el siguiente proceso.
En estas semanas, explicó Barrera, “continuaremos con las excavaciones para delimitar el tamaño del edificio, tanto en el extremo sur como en la parte posterior del templo de Ehécatl; también buscamos determinar la circunferencia de este templo y consolidar los estucos, los cuales, al estar sepultados por muchos años, podrían perder sus características originales si se exponen de manera prolongada al medio ambiente”.
En el siglo XVI vivió en este predio uno de los primeros fundadores de la Nueva España; los elementos arqueológicos aportan datos importantes que sí encajan con las fuentes históricas y con los antiguos planos de Tenochtitlán.
“Como toda investigación, aún no tenemos datos concluyentes porque necesitamos trabajar más, pero lo importante es que se corroborará lo que se manifiesta en las fuentes históricas, como el plano del arquitecto Ignacio Marquina, quien ubica el templo de Ehécatl frente al Templo Mayor, aunque aún hay más por discutir.”
*Raúl Barrera, del PAU, dijo que podría medir hasta 32 metros de alto
*Fuentes históricas señalan que ahí se hacían sacrificios humanos, pero esa información aún se debe cotejar con los vestigios
Ana Mónica Rodríguez
Periódico La JornadaLunes 22 de febrero de 2010, p. a10
El templo circular mexica dedicado a Ehécatl Quetzalcóatl, dios del viento, que data de 1486-1502, fue descubierto en la calle de Guatemala, atrás de la Catedral Metropolitana, con dirección al Templo Mayor.
La estructura prehispánica mexica fue encontrada por los especialistas del Programa de Arqueología Urbana (PAU), adscritos al Instituto Nacional de Antropología Historia (INAH), que trabajan en las excavaciones para consolidar y definir los límites de este edificio, ubicado en un predio que funcionaba como estacionamiento.
Raúl Barrera, director del PAU, explicó a La Jornada: “En diciembre pasado se iniciaron los trabajos en este predio, los cuales han arrojado interesantes hallazgos, como este edificio prehispánico mexica, conformado por dos elementos arquitectónicos: una plataforma orientada de norte a sur y una estructura circular adosada en la parte central posterior.
“Aún no conocemos las dimensiones reales de todo el edificio, pero calculamos que se encuentra arriba de los 32 metros de ancho, y que la estructura circular mide 14 metros de diámetro, aproximadamente.”
El reciente descubrimiento también se halla muy cerca del predio Las Ajaracas, donde fue hallada la colosal piedra de Tlaltecuhtli, en 2006.
“Este templo dedicado a Ehécatl está orientado hacia el Templo Mayor; sus características determinan que aquí fue venerado el dios del viento. Además, en otros trabajos arqueológicos también han aparecido representaciones de esta deidad, como en la estación Pino Suárez del Metro y en la Catedral Metropolitana, en 1976”, dijo Raúl Barrera.
El especialista dio más detalles sobre el templo mexica: “Este edificio, con vista al Templo Mayor, es uno de los más importantes del antigo centro ceremonial. Su importancia se relaciona con la salida del Sol, que aparece en la parte posterior del Templo Mayor y se oculta al poniente”.
Para el arqueólogo es necesario recordar que Ehécatl “es una deidad del viento, cuya función era provocar corrientes de aire para ayudar a los dioses de la lluvia, Tláloc y Tlaloques”.
Otra característica que menciona Barrera es la que narran las fuentes históricas sobre que en esta estructura prehispánica se llevaban a cabo sacrificios humanos, aunque todavía no aparecen datos sobre este hecho en las recientes excavaciones.
“Las crónicas del siglo XVI, especialmente la de Bernal Díaz del Castillo, describen que este templo posee una entrada elaborada con fauces de serpiente y con diversos elementos decorativos, como grandes ollas que estaban al frente de este edificio”, agregó el arqueológo.
Raúl Barrera aclara que esta estructura exhibe ahora las últimas etapas constructivas del templo, llamadas 6 y 7, “debido a sus características arquitectónicas y de materiales constructivos, tanto en los muros como en los pisos, así como por diferentes tipos de suelo de basalto que fueron colocando los antiguos en las plazas que rodean este edificio”.
–Después de este hallazgo, ¿qué se hará en el predio?
–Estamos en la primera etapa de delimitación del edificio y seguimos los lineamientos del Consejo de Arqueología para la investigación y excavación. Esta estructura prehispánica será rehabilitada, y tendremos que esperar las investigaciones para saber qué determinarán las autoridades académicas para el siguiente proceso.
En estas semanas, explicó Barrera, “continuaremos con las excavaciones para delimitar el tamaño del edificio, tanto en el extremo sur como en la parte posterior del templo de Ehécatl; también buscamos determinar la circunferencia de este templo y consolidar los estucos, los cuales, al estar sepultados por muchos años, podrían perder sus características originales si se exponen de manera prolongada al medio ambiente”.
En el siglo XVI vivió en este predio uno de los primeros fundadores de la Nueva España; los elementos arqueológicos aportan datos importantes que sí encajan con las fuentes históricas y con los antiguos planos de Tenochtitlán.
“Como toda investigación, aún no tenemos datos concluyentes porque necesitamos trabajar más, pero lo importante es que se corroborará lo que se manifiesta en las fuentes históricas, como el plano del arquitecto Ignacio Marquina, quien ubica el templo de Ehécatl frente al Templo Mayor, aunque aún hay más por discutir.”
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