La participación de militares contra el crimen está destinada al fracaso: Ferrajoli
*Utilizar al Ejército, aun con la figura de mando único, es demagógico e incorrecto, afirma
Alfredo Méndez
Periódico La JornadaMartes 9 de febrero de 2010, p. 5
La militarización de las calles en regiones fronterizas como Ciudad Juárez, Chihuahua, con altos problemas de criminalidad organizada, es “un error evidente que no solucionará el problema de la violencia en México”.
Lo anterior no lo dice un político de oposición, tampoco un abogado o criminalista mexicano experto en la materia. Lo sostiene el jurista italiano Luigi Ferrajoli, uno de los teóricos del derecho penal más citados en la actualidad por investigadores y académicos del derecho en todo el mundo.
“La utilización del Ejército en labores contra el crimen organizado, aun con la figura de un mando único, es una utilización básicamente demagógica y muy incorrecta. Es necesaria la capacidad investigadora, no la fuerza militar o policiaca”, aseguró Ferrajoli al ser entrevistado ayer en las instalaciones del Instituto Nacional de Ciencias Penales (Inacipe), adonde acudió a impartir una conferencia magistral.
La ejecución masiva de jóvenes en Ciudad Juárez, perpetrada una semana atrás, así como los asesinatos vinculados al crimen organizado que todos los días aparecen en los diarios mexicanos, “son la prueba del fracaso de la política militar contra el crimen, pues la lógica de guerra alimenta la guerra”, expresó.
Desde la perspectiva de Ferrajoli, entre las soluciones para frenar la delincuencia organizada está la aplicación de políticas sociales capaces de reducir la pobreza, la ignorancia y la marginación, “que son un constante alimento no sólo de la criminalidad callejera y de subsistencia, sino también aquella subalterna que es expresada por la mano de obra criminal reclutada por los grandes poderes delictivos”.
En el auditorio Alfonso Quiroz Cuarón del Inacipe, antes de impartir la conferencia magistral Las fuentes de la legitimación de la jurisdicción, Ferrajoli sostuvo que la llamada independencia de los jueces es “sumamente limitada”.
En su ponencia, el jurista italiano criticó a aquellos sistemas de justicia en los que las autoridades ministeriales y judiciales recurren comúnmente a “procesos judiciales ofensivos, donde el juez se hace enemigo del reo y no busca la verdad del hecho, sino sólo el delito en el encarcelado y le pone lazos”, en lugar de optar por la aplicación de un derecho de protección de garantías constitucionales donde el inculpado es inocente hasta que se demuestra lo contrario.
Luigi Ferrajoli (Florencia, 1940) es uno de los principales teóricos del garantismo jurídico, teoría que desarrolló inicialmente en el ámbito del derecho penal, pero que considera en general un paradigma aplicable a la garantía de todos los derechos fundamentales.
En otra parte de su ponencia, Ferrajoli expresó que en realidad estaba “haciendo autocrítica”, lo que provocó risas en la concurrencia. Entre 1967 y 1975, Ferrajoli se desempeñó como juez en Italia.
Ante un auditorio repleto de jueces, especialistas y estudiantes de derecho, el jurista dijo: “Una tercera implicación concierne a la actitud de los jueces en el ejercicio de sus funciones. (…) Tanto los jueces como los agentes del Ministerio Público deberían estar conscientes de que la averiguación probatoria siempre es el fruto de inducciones y jamás de deducciones, y que por ello en su trabajo siempre es posible el error”.
El especialista en temas jurídicos concluyó que la presunción del juzgador “es la que genera abusos y atropellos, y al mismo tiempo desconfianza en su función. La verdad empírica y la verdad procesal jamás es absolutamente cierta, sino sólo probabilista, y cualquier tesis, aunque esté asistida por pruebas que sean consideradas contundentes, bien podría ser falsa”.
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