lunes, 2 de marzo de 2009

Se despliega ejército de “El Chapo”

La célula “Gente Nueva” está distribuida en 13 municipios chihuahuenses; son sicarios entre 20 y 35 años y operan en parejas o grupos de cuatro; su misión es pelear las calles contra operadores y sicarios de “La Línea”


Alberto Torres
El Universal Lunes 02 de marzo de 2009
justicia@eluniversal.com.mx

CIUDAD JUÁREZ, Chih.—
“Decían que eran gente del Chapo. Que los habían mandado para que nos cargara la chingada a todos los de Villa Ahumada”, dice uno de los secuestrados liberados y que sobrevivieron al enfrentamiento entre sicarios y efectivos de Fuerzas Especiales del Ejército mexicano el pasado 10 de febrero y que dejó un saldo de 21 muertos.

Los sicarios de Joaquín Guzmán Loera

Se hacen llamar Gente Nueva. Son células de sicarios y operadores del cártel de Sinaloa que se han desplegado en el estado de Chihuahua por órdenes de Joaquín Guzmán Loera, El Chapo, narcotraficante prófugo de la justicia mexicana desde 2000, de acuerdo con testimonios obtenidos por militares.

Son jóvenes de entre 20 y 35 años, algunos con facha de cholos (pandilleros), otros con cortes de pelo tipo militar, que llegan procedentes de municipios de Sinaloa como Ahome, Bacayopa Choix, Chinobampó, San José de Gracia o La Mesa de San Miguel, en vuelos comerciales a Chihuahua y Ciudad Juárez, según información obtenida por inteligencia militar.

Una vez que llegan a Chihuahua son arropados por células de Gente Nueva, quienes les dan vehículos de modelo reciente, en su mayoría robados, que circulan sin placas o con otras sobrepuestas de Texas. Lo mismo camionetas último modelo que autos de gran cilindrada.

La misión de estos sicarios, que se mueven en parejas o grupos de cuatro, es pelear la calle noche y día al grupo local de La Línea, operadores y sicarios del cártel de Juárez.

Las autoridades federales han detectado que desde finales de 2007 el estado de Chihuahua está en disputa entre Vicente Carrillo Fuentes El Viceroy, quien comanda el cártel de Juárez, y Joaquín El Chapo Guzmán junto con Juan Jesús Esparragoza, El Azul, quienes están al frente del cártel de Sinaloa.

La Gente Nueva es distribuida por los municipios chihuahuenses de Ciudad Juárez, Batopilas, Guachochi, Nuevo Casas Grandes, Casas Grandes, Janos, Ascensión, Ignacio Zaragoza, Galeana, Guadalupe y Calvo, Praxedis G. Guerrero, Villa Ahumada y Valle de Juárez, según consta en detenciones y enfrentamientos que fuerzas federales han tenido con este grupo.

Las células, de acuerdo con informes de personal desplegado en la zona, tienen distintos fines, existen los que dan protección, los cobradores, los ejecutores, los extorsionadores y los que supervisan la expansión de las rutas para contrabandear los enervantes a EU y regresar el dinero y armas al país.

Armados y vestidos como militares

El convoy de camionetas y carros iba por Villa Ahumada levantando gente. Entraban a las casas y sacaban a sus víctimas. Unos vestían uniformes tipo militar —fabricados en Estados Unidos—, otros iban de civil, con pantalones de mezclilla y chamarras.

El convoy de la Gente Nueva había terminado su trabajo. Iban por una brecha paralela a la carretera Ciudad Juárez-Villa Ahumada para evitar el reten militar. Ahí se toparon con una patrulla del 20 Batallón de Caballería Motorizado y comenzó el combate.

Militares que participaron en el primer enfrentamiento refieren que eran cerca de 40 sicarios pero el convoy se dispersó. En total habría cinco enfrentamientos; 14 sicarios, seis secuestrados y un militar fallecidos y se liberaría a tres secuestrados.

El viernes 13 de febrero, un día después de los primeros enfrentamientos murieron otros tres sicarios de Gente Nueva en un enfrentamiento con militares. Las fuerzas armadas continúan la búsqueda del resto de narcos que se esconden en la zona.

Para el gobernador de Chihuahua, el priísta José Reyes Baeza, el pasaje de Villa Ahumada fue una disputa por la ruta del trasiego de drogas y aseguró que los nueve levantados también eran sicarios, esto lo dijo en entrevista radiofónica el pasado 12 de febrero en el noticiario de radio de Joaquín López Dóriga.

Los tres sobrevivientes del secuestro en Villa Ahumada niegan, por separado, pertenecer a algún grupo, aseguran conocerse entre sí y dicen desconocer las causas por las que fueron levantados. Sus respuestas ante el Ejército son escuetas.

“Llegué a las 11:00 de la noche a su casa, a descansar. De ahí me fui a acostar. En eso llegaron unas gentes. Tocaron. Salió mi hermana. Se metieron a fuerza y me sacaron a golpes. Me subieron a la camioneta y me empezaron a golpear. Decían que me iban a matar”, dice uno de los liberados.
Me dedico a la carpintería… Llegó un grupo de enmascarados, me confundieron no sé con quién. Me trajeron y ya no me dejaron. Me trajeron y el Ejército nos rescató. Entraron a la casa, me golpearon y me sacaron. Le preguntaron a alguien que si era yo y la otra persona dijo que no. De todos modos me llevaron”, declara otro de los secuestrados.

También tienen a sus comandantes

El 13 de mayo de 2008 la guerra entre los grupos antagónicos se declaró en Chihuahua. Fue detenido el narcotraficante Pedro Sánchez Arras, tercer operador del cártel de Juárez en jerarquía, sólo por abajo del Viceroy y del JL, quien desde entonces busca ajusticiar a los responsables.

Sánchez Arras, de 38 años, controlaba la región de Villa Ahumada, un pueblo cuya principal actividad es la venta de burritos y de donde es originario. Días después de su captura uno de sus hermanos aparecería muerto.

Cada capo tiene a sus comandantes a cargo de esta lucha. Por el lado del cártel de Juárez está el JL, quien a su vez se apoya en El Pariente; el cártel de Sinaloa tiene a El Paisa, quien se apoya de Mario Meza, El Mayito, de acuerdo con información recabada por testimonios de detenidos en este Operativo.

La guerra se salió de control

El conflicto inició desde el asesinato de Rodolfo Carrillo Fuentes, Rodolfillo, hermano de Vicente, ocurrido en Sinaloa en 2004. Gatilleros de El Chapo Guzmán son señalados como responsables.
En 2008, Vicente Carrillo decidió cobrar derecho de piso a El Chapo para pasar la droga y El Chapo decidió arrebatarle la plaza.

“Ellos (los sicarios) traen armas y uniformes de alto poder pero no saben dispararlas. En este enfrentamiento de Villa Ahumada puede verse. Ellos disparaban mil, nosotros unos 500 cartuchos. El equipo con el que cuentan no saben usarlo, eso nos da ventaja. El día que sepan usar las armas quién sabe qué pasará”, dice uno de los comandantes de este Operativo Conjunto.

Fuentes consultadas y que se encuentran involucradas con el Operativo Conjunto Chihuahua aseguran que tras el enfrentamiento en Villa Ahumada la violencia se recrudecerá.

Día y noche los helicópteros y avionetas del Ejército sobrevuelan Ciudad Juárez. El pasamontañas o los lentes se vuelven parte de la piel para los efectivos.

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