*Producido por Germaine Gómez Haro y dirigido por Albino Álvarez, tuvo buena acogida en el festival de Guadalajara
*Intentamos abordar al maestro a su manera: con ese espíritu recreador, dicen
Jorge Caballero
Enviado
Guadalajara, Jal., 25 de marzo. El resplandeciente documental El informe Toledo, dirigido por Albino Álvarez y producido por Germaine Gómez Haro, acerca del reconocido artista plástico oaxaqueño Francisco Toledo, tuvo buena acogida en el 24 Festival Internacional de Cine en Guadalajara.
Germaine Gómez Haro comentó: La idea era presentar al ser humano en todas sus diferentes facetas y en la gran dimensión del artista que es, porque mucha gente conoce la obra de Toledo, así que no nos centramos en el pintor, porque creemos que para eso están los libros, los catálogos y las exposiciones. Realmente nuestro interés era presentar al ser humano, al luchador social, al hombre comprometido, al ser tímido, sencillo, generoso, todas estas facetas, que, creo, quedaron muy bien representadas en el documental.
Al lado de los conflictos hay una comunidad muy talentosa
Albino Álvarez agregó: Además, quisimos dejar testimonio de un estado que es emblemático de la República, en un momento muy particular de México. A todos nos duele Oaxaca, todo lo que ha pasado allí, pero al lado de esos conflictos también hay un pueblo, una comunidad tremendamente talentosa, muy sensible y, sin duda, el maestro Francisco es cabeza de este movimiento.
–¿Cómo surgió la idea de hacer este documental?
Germaine: De nuestro interés por la plástica oaxaqueña. Hemos realizado 10 trabajos fílmicos sobre el tema, en los cuales quisimos dar una visión general, muy amplia, sobre la plástica oaxaqueña contemporánea de la generación posterior a Francisco Toledo. Desde el principio quisimos hacer uno sobre Toledo, pero en ese entonces era muy complicado y él no había accedido. Después terminamos los 10 trabajos y comenzamos el de Francisco, que es más ambicioso, porque el maestro lo ameritaba.
Albino: “En realidad me tardé 40 años en concretar, porque en la década de los 70 comenzó a gestarse un movimiento plástico interesante, que me simpatizaba y con el cual me identifiqué. Nos enterábamos por los periódicos, concretamente por el unomásuno. Allí empecé a ver los grabados y la obra de un tipo melenudo y de rostro muy interesante. Los planteamientos de Francisco me llamaron mucho la atención y, sobre todo, lo que estaba pasando. Ese diálogo entre el arte y los movimientos sociales contemporáneos me jalaron mucho y de pronto también tuvo mucho que ver el destino.
“Por eso digo que en estos 40 años hubo algo que embonó entre Germaine y yo para echar a andar toda una logística para que el maestro accediera… Nos encontramos con un artista con mucho sentido del humor, generoso, que responde a un momento social no sólo del país, sino del mundo; cuando se comenzó a hablar del compromiso del artista con su entorno, Francisco Toledo ya lo había asimilado, y como artista qué puedo decir, extraordinario.
Para mí no hay división entre lo que hace en la plástica, la gráfica, la labor social y su activismo. Para mí es un todo. Nos encontramos con un hombre sencillo, extraordinario, generoso y con gran sentido del humor.
Germaine: “Quiero decir que nos encontramos con una enorme cantidad de sorpresas en la realización de este trabajo, en la medida que hemos ido conociendo al maestro, pues yo he tenido la oportunidad de conocerlo desde hace muchos años. Albino también ha sido muy cercano a él, porque él participó con nosotros en algunos de los programas y siempre fue muy accesible para ayudarnos en Oaxaca.
Sin embargo, conforme empezamos a trabajar con él, encontramos la enorme dimensión del extraordinario ser humano que es, más allá del pintor, y de gran personalidad. Considero que ésa es la riqueza que encontramos y que hemos tratado de plasmar en esta película.
–¿Es un documental didáctico?
Germaine: “No, no lo creemos. Creo que desde el punto de vista cinematográfico el gran logro de Albino fue que hilvanó la obra con la vida de Toledo, con los diferentes periodos de su existencia y de su trabajo…”
Albino: “En este sentido no hay un divorcio entre el tratamiento estético de la historia que, de alguna manera, hace cierta comunión con la obra del maestro, o sea, trata bien la obra de Francisco, con mucho respeto, mucho afecto y mucha amplitud…
“Alguien me decía que El informe Toledo más que documental era una historia en la que hay una serie de momentos muy importantes, que se convierten en emblemas de Oaxaca: por un lado, abordar el asunto de Juchitán, el de la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca (APPO), su asentamiento en París, donde vivió el maestro. Como que todo ese trasfondo social está muy vinculado con el quehacer plástico del maestro.
Los comentarios van por ahí, pero definitivamente no es un trabajo didáctico. Hacemos una aproximación al trabajo artístico, pero no es lo más importante.
El blanco, gran referente del negro
–¿Como lograron fusionar los dos lenguajes, el plástico y el cinemático?
Albino: “Siguiendo la misma lógica del maestro al abordarse a sí mismo. Toledo se define, más que como ilustrador, como recreador, y de alguna manera intentamos abordarlo con ese espíritu de recrear también al propio Francisco y su obra desde el punto de vista cinematográfico.
“En esa medida partimos de ese grabado, de ese taller, de ese negro, de esos aguatintas que están en Francisco, de la carpeta del maestro, que es negra, muy negra, muy oscura. En el documental está esa tinta; creo que trabajamos por esos aspectos blancos y negros, en los que el blanco está fuera, como el gran referente del negro. Siempre hay contrastes, en los que procuramos reflejar estéticamente eso, por lo que utilizamos las animaciones y altos contrastes en ellas. Creo que estos lenguajes no están divorciados, sino que hay cierta integración.
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