Reconoce la secretaria de Estado incapacidad de su país para evitar contrabando de arsenales
Georgina Saldierna/La Jornada
La secretaria de Estado, Hillary Clinton, dijo ayer que es injusto culpar a México por la guerra entre los cárteles. Reconoció que los esfuerzos en Estados Unidos por reducir las adicciones claramente no han tenido éxito porque nuestra insaciable demanda de drogas ilegales impulsa el narcotráfico, mientras nuestra incapacidad de evitar el contrabando de armas a través de la frontera causa la muerte de policías, soldados y civiles.
Con estas declaraciones, hechas en el vuelo que la trasladó al Distrito Federal, la funcionaria admitió la responsabilidad que tiene su país en la violencia que se registra en México como consecuencia del trafico de estupefacientes, y ratificó la decisión de su gobierno de cooperar con la administración calderonista en la lucha contra el trasiego de drogas y armas de asalto, el cual tiene consecuencias muy serias, subrayó.
Predijo que fracasarán los criminales y las organizaciones que diseminan la violencia y tratan de erosionar los fundamentos de ley, orden, amistad y confianza, luego de señalar que no hay una decisión de su gobierno sobre el despliegue de la Guardia Nacional en la frontera común. Por lo pronto, expuso que el gobierno de Barack Obama trabaja para ofrecer más apoyo a las fuerzas militares y policiacas de México, y en ello nos va a guiar lo que el gobierno mexicano crea que es apropiado y que está funcionando.
Clinton rechazó luego las hipótesis de un Estado fallido en México, al señalar que no cree que exista una sola parte de territorio mexicano ingobernado.
En la primera jornada de su visita oficial de dos días, la funcionaria se reunió con el presidente Felipe Calderón y con la canciller Patricia Espinosa; por la tarde dialogó con miembros del gabinete de seguridad, entre ellos los secretarios de Marina, Mariano Francisco Saynez, y de la Defensa, Guillermo Galván; el procurador Eduardo Medina Mora, y el secretario de Seguridad Pública, Genaro García Luna. Por la noche tuvo una cena con la esposa del Presidente, Margarita Zavala, y mujeres del ámbito político y cultural.
A lo largo del día predominó el tema de la seguridad. En este contexto, Clinton ofreció a México 80 millones de dólares para comprar helicópteros de asalto Black Hawk, con el fin de combatir a los cárteles de la droga.
Dio a conocer la creación de una nueva oficina bilateral en México, donde funcionarios de los dos países trabajarán conjuntamente en la lucha contra el crimen organizado.
En conferencia de prensa conjunta con Patricia Espinosa, la secretaria de Estado manifestó que la relación entre ambas naciones es una de las más importantes que existen entre dos países. Somos parte de la misma familia, compartimos este continente como nuestro hogar y habitaremos un futuro común.
Puntualizó que la crisis global financiera ha reforzado la noción de cuán cercanamente están vinculadas las dos economías. Si en algún momento existió alguna duda sobre esto, ya no debe existir. Nosotros nos levantamos y caemos juntos, enfatizó.
La funcionaria destacó que el comercio entre las dos naciones es y será siempre una parte crucial de nuestra recuperación económica. Para poder facilitar el tráfico comercial legal y los viajes, sostuvo, la Casa Blanca ha asignado 720 millones de dólares para la modernización de los cruces fronterizos.
En la cancillería, ante más de 100 periodistas, reconoció que el narcotráfico está motivado por la demanda de drogas ilegales en Estados Unidos, por lo cual mencionó que es responsabilidad de su país asistir al gobierno y al pueblo mexicanos para derrotar un enemigo que está diseminando la violencia.
Recordó en este contexto el plan anunciado el pasado martes, que tiene como propósito utilizar todas las herramientas disponibles para rastrear armas ilegales, castigar a quienes trafican con ellas y compartir más información con el gobierno de Felipe Calderón, para que éste pueda también seguir y decomisar el armamento.
Al preguntarle sobre las medidas que tomará la administración Obama para erradicar la posesión de armas de asalto y su consecuente contrabando hacia México, dijo que se trata de un tema políticamente muy difícil en el Congreso en Washington, pero es posible que haya algún enfoque que sea aceptable y lo estamos explorando.
Ciertamente la exportación de armas de asalto es algo que tiene consecuencias muy serias para México y vamos a estudiar todo lo que sea posible hacer, tanto en la administración federal como en el Congreso, insistió.
Durante la conferencia de prensa también mencionó que es consciente de lo difícil que ha sido para el gobierno mexicano el largo proceso de aprobación de los recursos contemplados en la Iniciativa Mérida, y se comprometió a analizar cómo se puede acortar ese tiempo. Añadió que la administración calderonista está logrando grandes progresos en la lucha contra los cárteles de la droga y no creo que existan territorios ingobernados en México.
Al respecto, Patricia Espinosa rechazó la idea de un Estado fallido. Si bien señaló que hay que tener cuidado en algunos lugares y tomar las precauciones debidas, dijo que no hay razón alguna por la que cualquier persona pudiera decir que México es un Estado fallido y que las instituciones no están funcionando adecuadamente.
Clinton recordó que en su país hubo hace 15 o 20 años una ola de criminalidad y que en muchas ciudades la gente no se sentía segura, así que sabemos lo que es sentir temor a los criminales. Expuso que tanto en Estados Unidos como en México hay barrios difíciles, por lo cual es importante el trabajo conjunto para combatir y derrotar la violencia y el crimen organizado.
Sobre la reforma migratoria, explicó que es de alta prioridad para el presidente Obama, pues comprendemos la enorme preocupación que hay respecto a los mexicanos en Estados Unidos.
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