PATRICIA TUBELLA - Londres - 03/03/2009/El País
El mundo ha reconocido en él a uno de los más importantes historiadores del último siglo, su vasta obra de investigación es una referencia obligada y su biografía de riguroso intelectual marxista le mereció en su día el muy restringido honor real de Compañero de Honor por sus "servicios a la nación". Las credenciales que exhibe Eric Hobsbawm a sus 91 años no parecen sin embargo impresionar a los servicios de espionaje británicos, cuya rama doméstica (MI5) se empecina en denegarle el acceso a su propio expediente, amparándose en nebulosas razones de seguridad nacional.
El nonagenario historiador ha solicitado esos documentos para corregir posibles errores en su autobiografía, cuya primera edición fue publicada en 2002. En ella se recoge su filiación al hoy difunto Partido Comunista británico desde 1936, o sus años de universitario izquierdista en el campus de Cambridge, donde entró en contacto con aquella cantera de espías encabezada por Anthony Blunt. Pero "hasta donde alcanza mi conocimiento, nunca he estado implicado en ningún asunto que concierna a la seguridad del país", aduce sorprendido por el veto. El caso Hobsbawm sí se ha convertido en un asunto de interés nacional.
El laborista lord Lipsey, miembro vitalicio de la Cámara alta, utilizaba ese foro la semana pasada para reclamar al Gobierno que resuelva el absurdo. Antiguo consejero especial del primer ministro James Callaghan, durante los años setenta, Lipsey pudo "comprobar cómo los servicios de espionaje estaba ansiosos por recabar información sobre los comunistas -entonces un partido que no representaba una amenaza para nadie- mientras obviaban a las sectas trotskistas que sí encarnaban una amenaza potencial para la seguridad nacional". El lord laborista concluye que el MI5 quiere en realidad "evitar exponer su propia ineptitud".
La actual legislación británica sobre protección de datos permite al ciudadano solicitar el acceso a los archivos secretos sobre su persona, pero también ampara a la agencia de seguridad para denegarlos por diversos motivos, entre ellos si considera que la seguridad nacional puede verse lesionada. Tras dirigir su petición al MI5, en junio de 2007, Hobsbawm recibió una negativa como respuesta. "La única razón que se me ocurre es que no quieren revelar quién me delató a las autoridades", señala. Igual de sorprendente le resulta la apostilla de la carta remitida por el MI5. "No debe concluir de nuestra respuesta que poseamos o no cualquier dato personal sobre usted".
No hay comentarios:
Publicar un comentario