CARLOS ACOSTA CÓRDOVA
Acapulco, 19 de marzo (apro).-- Ante los banqueros del país, los presidentes nacionales del PAN y PRI, Germán Martínez y Beatriz Paredes intercambiaron acusaciones sobre el narcotráfico.
En primera instancia, Martínez exigió al PRI que se defina: "o está del lado del presidente Felipe Calderón (en su lucha contra el crimen organizado) o está del lado de personas que tienen vínculos con el cártel de Juárez".
Según el dirigente panista, el PRI tiene en Ciudad Juárez, a un candidato (no precisó nombre ni aspiración) que está siendo investigado por la DEA.
Durante un panel previo a la inauguración de la 72 Convención Bancaria, en la que también participó el presidente nacional del PRD, Jesús Ortega, Martínez Cázares acusó al PRI de simular apoyo a las políticas gubernamentales contra la delincuencia organizada que, en realidad -dijo--, sólo revelan "dudas, vacilaciones y pretextos" del PRI en torno a la lucha contra el crimen organizado.
El panista fue tercero al micrófono -después de Jesús Ortega, del PRD, y Beatriz Paredes, del PRI-- en el panel "Posibles medidas para enfrentar la crisis", organizado por la Asociación de Banqueros de México, última actividad antes de la inauguración oficial de la Convención Bancaria, que encabezará por la noche el presidente Felipe Calderón.
Antes de exigir al PRI esa definición, Martínez Cázares acusó que las iniciativas de ley enviadas por el Ejecutivo sobre la extinción de dominio (de los bienes de los delincuentes) y sobre el combate al narcomenudeo "están atrapadas en algunos métodos legislativos del PRI, en el chantaje del PRI, en algunos insultos del PRI y en descalificaciones del PRI".
Las participaciones de Ortega y Paredes habían pasado sin sobresalto, ofreciendo desde las perspectivas de su partidos algunas propuestas para enfrentar la crisis económica actual. Inclusive el panista inició suavemente su intervención, con algunos coqueteos con los banqueros -los topes a las tasas de interés, como piden algunos legisladores, "son una puerta falsa", pues desincentivarían el crédito"--, pero al concluir su exposición no tuvo empacho en emprenderla contra el Revolucionario Institucional.
El tema: la indefinición del PRI, sus dudas, sus pretextos para no apoyar al gobierno federal contra el crimen organizado.
Dijo el panista -a quien semanas atrás Beatriz Paredes acusó de ser un "muchacho pendenciero" que sólo busca pleitos-- que "la vieja cultura política del país, la cultura del arreglo, del acomodo, no es la vía para enfrentar el crimen organizado, ni para generar un entorno viable y duradero de paz pública.
"La seguridad en las calles no regresará de la mano de una clase política dispuesta a ceder el terreno, a voltear para otro lado, a cambio de una ilusoria e irreal tranquilidad social".
Insistió: "Es el momento de que el PRI defina con rotundidad si apoya la lucha contra el narcotráfico y la delincuencia organizada" emprendida por el gobierno federal.
"Más: "El presidente Felipe Calderón y el PAN estamos del lado de la seguridad. Nosotros queremos saber de qué lado está el PRI".
Durante esta última parte de la intervención del panista se hizo un silencio expectante en el salón, lleno de funcionarios y directivos de los bancos del país. Beatriz Paredes sonreía nerviosa, pero con gestos anunciaba la réplica.
Y sí, solicitó al moderador, Javier Beristáin -ex rector del ITAM, director general de Afore XXI--, el uso del micrófono para responder al que, hace unas semanas, calificó de "muchacho pendenciero".
La lideresa priísta se disculpó con el público por "este lamentable espectáculo que estamos presenciando" y criticó el discurso de su homólogo panista.
"Es una estratregia de discurso muy dañina para la democracia. Es una estrategia de discurso que me llevaría, y no lo haré en este foro por respeto a ustedes, a señalar cómo ha crecido el narcotráfico a partir de las administraciones federales de Acción Nacional.
"Me llevaría a señalar que la anterior administración estuvo presidida por (Vicente) Fox y el incremento del volumen del crimen organizado. Me llevaría a precisar con nombres cuáles son zonas de enorme crecimiento y cómo estaban en manos de administraciones municipales de Acción Nacional".
Al final, el perredista Jesús Ortega, se excusó: "Yo no vine a pelear. Las peleas no rinden votos ni ayudan al país".
Proceso20/03/2009
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