17 febrero 2012
El ex gobernador de Tamaulipas asegura a Animal Político que no existe orden de captura en su contra o presentación en México ni en Estados Unidos
México, DF. Tomás Yarrington no está escondido o, por lo menos, eso dice. “No estoy desaparecido ni tampoco detenido y mucho menos prófugo de la justicia”.
No hay, ni siquiera, una sola orden de captura o de presentación ya sea en México o en Estados Unidos, según ha podido investigar el equipo de abogados que representa al ex gobernador de Tamaulipas.
“Estoy en Estados Unidos y si en verdad la DEA tuviera algo en mi contra, ya me hubiesen agarrado. Si el gobierno norteamericano localizó a Bin Laden, imaginen lo que me sucedería a mí”, dice en entrevista exclusiva con Animal Político.
Aun así, sabe que estas últimas semanas se ha publicado en diversos medios que se le señala como cómplice de narcotraficantes, concretamente del Cártel del Golfo y de los Zetas. Y que la acusación presuntamente viene de la DEA. Por ello, reconoce, ha tenido que tomar “medidas de protección”, como el aguardar en Estados Unidos con su familia hasta que pueden conocer con mayor claridad cuáles serían los cargos en su contra.
“Yo no he sido notificado de que me estén buscando. Oficialmente, no hay nada en mi contra”, afirma.
En la entrevista, realizada en EU, Yarrington asegura que sólo se ha tratado de filtraciones a medios de comunicación con fines electorales contra el PRI, toda vez que no existe una orden de captura o de presentación.
Tomás Yarrington agrega que está dispuesto a ir ante un juez o al Ministerio Público en el momento que sea requerido para comprobar que “nunca recibió” sobornos del narco a cambio de protección política. No obstante –destaca- tampoco será parte de “una telenovela mediática”, en la que primero sea capturado y luego el gobierno pretenda disculparse ante el desvanecimiento de pruebas, como sucedió con los alcaldes de Michoacán.
“Voy a ir con todo contra quienes han filtrado información dolosamente para perjudicarme, sea quien sea”, sentencia.
Yarrington no tiene el semblante de un hombre que se sabe perseguido. Por el contrario, golpea en la mesa, señala con el índice derecho, sostiene la mirada y aprieta las mandíbulas cuando se le pregunta sobre su responsabilidad política en el fortalecimiento del narcotráfico en su estado.
Como gobernador, dice, compartió con el ex presidente Vicente Fox, así como con el entonces secretario de la Defensa Nacional, Ricardo Clemente Vega García, con el procurador Eduardo Medina Mora y hasta con el secretario de Gobernación la información que tuvo sobre los cárteles que dominaron la región.
No obstante, señala al gobierno del presidente Felipe Calderón de ponerlo en la picota, como una agenda paralela durante la veda de los partidos y los candidatos para la elección presidencial del año 2012.
El ex gobernador tamaulipeco supo de las acusaciones mientras aterrizaba en San Antonio, Texas. Un reportero le dejó un mensaje en su teléfono móvil para pedirle una opinión sobre la presunta alerta migratoria contra tres ex mandatarios que se estaba difundiendo en la Ciudad de México.
“Pácatelas, pensé. Pero acostumbrado a la política, no me lo tomé muy en serio; me pareció descabellado. Al rato pasaría”, recordó Yarrington. Desde entonces no ha salido de Estados Unidos.
- ¿Conoce a Peña Argüelles a quien investigan aquí en Estados Unidos por lavado de dinero? ¿Es su amigo?
“Lo conozco como a miles de tamaulipecos. Pero niego, categóricamente, que haya tenido con él algún trato de negocios y, menos aún, para algo relacionado con el narcotráfico. Eso es absolutamente falso”.
-Un testigo protegido dijo a la DEA que hubo un trato para proteger políticamente a Los Zetas y al Cártel de Golfo desde su gobierno y, directamente, apareció su nombre….
“Un periódico publicó que obtuvieron un documento confidencial sobre esas acusaciones, cuando se trata de un documento público. Si lo leemos bien, quien está a disposición de las autoridades es sólo el señor Peña Argüelles. Los supuestos testigos protegidos generan opiniones respecto de ese caso.
-¿Y su nombre?
“Tomás Yarrington no tiene un proceso formal en ninguno de los dos países. Si lo tuviera, sin haber sido citado a declarar, se violarían sus garantías constitucionales. Lo que hemos visto es un manejo mediático. “Se trata de judicializar la política. Yo no estoy en contra de que me investiguen, pero hace siete años que dejé de ser gobernador. Siete años. El Gobierno Federal está haciendo un uso indebido de las investigaciones judiciales.
“Pero está bien; no voy a dirimir esto en los medios porque no quiero seguirles el juego. En esto hay dos partes, si es que las hay: el ministerio público y el juez. Cualquier cosa que deba esclarecer ante ellos lo haré en cuanto me citen. Todo lo demás, obedece a una lógica distinta a la procuración de justicia”.
-Sea más directo, ¿en qué observa un uso político-electoral?
“En la prensa dicen que el señor Peña Argüelles estuvo 53 días sin orden de aprehensión, sin proceso abierto y lo liberaron sin cargos. Lo liberaron las autoridades mexicanas. Ahora me entero, de nuevo por los medios de comunicación, que la PGR reconoció que es testigo protegido. Qué casualidad que un testigo protegido de la PGR apareció en San Antonio (Texas) justo en la época en que se inicia el ayuno de las campañas por la Presidencia.
“Esto lo hizo el gobierno para tener un tema de golpeteo. Yo no tengo conocimiento de citatorios por parte de las autoridades”.
-Pero son los testigos protegidos quienes dicen que recibió dinero del narcotráfico, no los medios…
“Es falso. Absolutamente falso. Nunca he tenido nada que ver son eso”.
-Dicen que para protección política
“Muchos de esos hechos se refieren a cuando yo ya no era gobernador. En el sistema político mexicano un presidente o un gobernador difícilmente tienen influencia total sobre su sucesor. Entonces pregunto: ¿Podría brindar protección política? Y, si leemos con cuidado la investigación de un agente de la DEA, el manejo del dinero presuntamente sucio es entre las cuentas de dos hermanos que nada tienen que ver conmigo.
“Lo importante de esto, es que hay una manta en la cual los delincuentes recriminan al señor Peña Argüelles que los engañara y no les cumpliera con la protección política por parte del gobernador. ¿Entonces de qué hablamos? “.
-A un testigo protegido le consta una reunión en la cual usted discutió con Peña Argüelles por dinero, evidentemente relacionado con el narcotráfico…..
“Nunca. No he tenido con el señor Peña Argüelles ningún trato que tenga que ver con un interés económico y mucho menos que tenga relación con el narcotráfico. Lo desmiento categóricamente”.
-¿Nunca sospechó o supo algo de él? ¿Cómo es entonces que lo conoce?
“Yo tengo la costumbre de ir de cacería. Nuevo Laredo es un área que se presta para la cacería del venado de cola blanca. Él era el alcalde. Yo tengo amigos que van conmigo. Un día, ellos me llevaron a comer con el señor Peña quien había pasado por la pérdida de un hijo adolescente, en la época navideña. Él estaba en un momento difícil, con La Biblia entre las manos. Eso es lo que recuerdo de él”.
-En la investigación hay un supuesto registro contable con los nombres de quienes recibieron soborno y ahí está el suyo. Esto sería una prueba y no un dicho….
“Es falso, en caso de que existiera ese documento. Lo puedo aclarar en cuanto me pidan. Es absolutamente falso”.
-Tamaulipas es un estado azotado por el narcotráfico, ¿de verdad como gobernador nunca se enteró de esto?
“Si vemos la cifras del Sistema Nacional de Seguridad Pública y revisamos el periodo 1998-2004, se darán cuenta que el índice de delitos prácticamente se abatió en todos los rubros.
“Cuando platicas con los tamaulipecos te enteras que en mi sexenio hubo festivales culturales, empleos, no había secuestros. Hubo violencia pero no a los niveles que vemos ahora. Hace siete años que yo terminé mi gobierno. Era otro país. Cualquiera puede ver esos datos en internet”.
-¿Tuvo información sobre el empoderamiento del Cártel del Golfo y Los Zetas?
“Los estados fronterizos tienen en su fortaleza su debilidad. Por Tamaulipas pasa más del 50% del comercio terrestre con Estados Unidos. Nada más por Nuevo Laredo pasan 6 mil o 7 mil tráileres diarios. Los delincuentes van a preferir siempre ocultar su mercancía en esa zona, que en una donde hay un tráfico de 200 ó 300 vehículos”.
¿Y la información sobre eso?
“Yo siempre estuve en coordinación con el Gobierno Federal y con mi contraparte en Estados Unidos. Y ahí están los resultados. La mayor parte de mi administración fue con un Presidente del PAN (Vicente Fox). Y trabajamos coordinados. No se pude juzgar lo que pasa ahora con lo que se hizo antes”.
-El ex gobernador de Michoacán, Lázaro Cárdenas, pidió apoyo a Felipe Calderón para combatir al narcotráfico. Ahí empezó la guerra. La situación era grave. ¿Usted no palpó algo así en su estado?
“Nosotros no sólo lo palpamos, estuvimos permanentemente coordinados con el Gobierno Federal”.
-¿Está diciendo que el Gobierno Federal sabía lo que estaba pasando en Tamaulipas?
“Antes del 2005, los gobiernos estatales no tenían competencia en materia de narcotráfico. Aun así peleamos por más recursos y dimos resultados. A partir del 2005 yo ya no era gobernador. Yo hice mi mejor esfuerzo por mantener en paz a Tamaulipas. Todos mis esfuerzos estuvieron coordinados con el Gobierno Federal”.
-¿Entonces informó al Gobierno Federal encabezado por Vicente Fox lo que pasaba en Tamaulipas?
“Claro”.
-¿Usted sí pasó información sobre los cárteles del Golfo y los Zetas al Gobierno Federal?
“Nosotros teníamos una coordinación permanente con el Gobierno Federal. Nos reuníamos por separado”.
-¿Con quién trató este asunto?
“Con todos”.
-¿Con quiénes?
“Del Presidente de la República para abajo”.
-¿El Presidente Fox y quién más?
“Con el secretario de Gobernación (Santiago Creel), con el secretario de la Defensa Nacional (general Ricardo Clemente Vega), con el Procurador (Eduardo Medina). Participé y di resultados.
“Aquí está Tomás Yarrington. Pero tampoco voy a ser rehén de la PGR. Estoy dispuesto a aclarar este tema ante las autoridades. Lo que no se vale es que, en el momento en que los partidos y los candidatos a la Presidencia tienen que entrar en silencio, abramos una agenda paralela mantener el interés de la opinión pública.
“Y no me opongo a que me investiguen, sólo quiero respeto. No quiero ser atropellado, ahora ni nunca. No se vale que por medio de filtraciones se destroce el nombre, la reputación de un hombre y su familia sin que haya sustancia. Estamos en el peor de los mundos: hoy en la mañana dijeron que estaba arrestado o que me había entregado. Ayer fui condenado y no hay averiguación. Ya llevan tres años con el asunto del señor Peña Argüelles”.
-Niega el soborno pero ¿considera que tiene una responsabilidad política por no haber hecho algo o no reportar a tiempo la fortaleza del Cártel del Golfo y Los Zetas?
“No, me remito de nuevo a los números la delincuencia bajo en mi sexenio. Y en todo me coordiné con el Gobierno Federal. Hace siete años que dejé de ser gobernador. Cada quien en su tiempo cumplió con una responsabilidad.
“El tema de la delincuencia organizada ha estado en la agenda nacional durante mucho tiempo. En mi caso, hicimos el mejor esfuerzo por acotarla”.
-¿No le resulta extraña lo que pasa? ¿Hay una responsabilidad al menos compartida en esto?
“En las reuniones de coordinación se hablaba de éste y todos los temas. Cada quien hizo su esfuerzo. Sí, las autoridades federales estaban enteradas de lo que pasaba. A nivel local se contribuía con la lucha contra el crimen”.
-¿Y la gente no le decía algo al gobernador?
“En Tamaulipas hicimos el festival “Letras en el Golfo” al que asistieron durante seis años, escritores que ahora han ganado el Premio Nobel de Literatura. Un movimiento cultural sin precedente. En materia educativa subimos a Tamaulipas a los tres primeros lugares. La gente vivía en paz”.
-¿Quiere decir que el Gobierno lo utiliza como punta de lanza contra el PRI?
“Va a ser una estrategia fallida. La gente ya no se come estas cosas. Otra vez, Tomás Yarrington no va a ser rehén de la procuraduría. No me voy a conformar con el usted dispense luego de que pase la elección. Vamos a tener que cumplir todos, si ellos tienen una averiguación previa que hagan su trabajo y yo me defiendo conforme a derecho. Pero hay que dejar de manosear mediáticamente estas cosas”.
-¿Cuál es entonces su situación legal?
“Oficialmente no he sido notificado de nada. En ninguno de los dos países”.
-¿Sin embargo está tomando precauciones aquí en Estados Unidos?
“Ahí está el caso de Michoacán. Acusaron sin fundamento. La gente podría decir `¡pero qué precavido eres!´ No, la verdad es que soy sensato. Mis hijos tenían 10 y 11 años cuando yo era gobernador y ahora tienen alerta migratoria. ¿De qué estamos hablando?”
-¿De qué vive ahora?
“Tengo una consultoría política. A eso dedico la mayor parte del tiempo. La vocación por la política no se acaba. El gobierno cuando quiera puede revisar mis cuentas. Pero otra cosa es que te sometan al escarnio público con una telenovela antes de que llegue un citatorio. Es algo deleznable”.
¿Qué sigue?
“Voy a defenderme contra todo aquel que me haya calumniado, que me haya difamado y contra todo aquel que haya manipulado los documentos públicos de la DEA con tal de incriminarme.
“No se vale que una pluma fácil atribuya las declaraciones de un testigo protegido a las de un acusado de la justicia norteamericana. No es lo mismo decir que hay una declaración de un testigo protegido que una investigación de la DEA contra mí.”
-¿Para usted el presunto responsable no lo ha incriminado?
“Yo no voy a hacerla de presunto culpable, como en el documental. Soy un político profesional. Estoy dando la cara. Voy a esclarecer lo que sea ante un juez. Pero no voy a ser protagonista de esta telenovela para distraer a la gente de los verdaderos problemas nacionales y menos un época electoral”.
-Cualquiera puede decir: el señor se lava las manos. Después de mí, la catástrofe…
“Yo nunca dije eso. Jamás. Que no se entienda así. Las cifras del Sistema Nacional de Seguridad Pública indican que se abatieron prácticamente todos los delitos. A cada uno nos juzgará la gente. Pero es absurdo: ¿Por qué ahora me hacen eso ante una elección federal? ¿Por qué ahora cuando el partido en el que milito va al frente de las encuestas?
“Los gobernadores del norte, en mi época, hacíamos cabalgatas con el presidente Fox al frente. Las condiciones eran otras. No había elección presidencial de por medio”.
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